8.1.1. Santa María del Fiore (Duomo) (B)

Duomo:

  • Horario: Todos los días de 10:00 a 17:00, jueves de 10:00 a 16:00, sábado de 10:00 a 16:45 y domingo de 13:30 a 16:45. Cuerrado el 6 de enero.

  • Precio: Entrada gratuita.

Campanile del Duomo:

  • Horario: Todos los días de 08:30 a 19:30. Cerrado del 25 de diciembre al 1 de enero y el 8 de septiembre.

  • Precio: 6 euros.

Cúpula del Duomo:

  • Horario: Todos los días de 08:30 a 19:00, sábados de 08:30 a 17:40. Domingos y festivos cerrado.

  • Precio: 8 euros.

La taquilla cierra 40 minutos antes del cierre del Campanile, Cúpula y Museo dell’Opera del Duomo.

Aunque ya habíamos pasado el día antes por la Plaza del Duomo, cuando al día siguiente volvimos, nos volvió a sorprender esta maravilla de la arquitectura. No hay nada comparable en el mundo, y desde luego que tampoco en España. Rompe totalmente con el concepto de catedral que tenemos los españoles: en lugar de grandiosa solemnidad, la percepción que te causa el Duomo de Florencia es de esplendor, de belleza armónica, de alegría. Porque aunque ya habíamos visto en otras catedrales el uso de mármoles de colores, en este caso su empleo produce cierta “musicalidad”, probablemente se deba a que no sólo la portada neogótica está cubierta de mármoles blancos, verdes y rosas, sino toda la catedral: laterales, ábside, e incluso la espléndida torre (el campanario), que en este caso se separa literalmente del cuerpo de la catedral formando un edificio independiente. También contribuye a esa asombrosa sensación la vista de la enorme cúpula que asoma por detrás del cuerpo central de la catedral: la archiconocida e imitada cúpula de Brunelleschi, que más tarde visitaríamos.

El único “pero” que se puede poner, es que, si bien la localización del Baptisterio en el conjunto arquitectónico le da mayor interés, su demasiada cercanía al Duomo le resta a éste cierto protagonismo, e impide su plena observación en las mejores condiciones posibles (a cierta hora del día incluso le da sombra).

Sin embargo, a pesar de ello, la contemplación de Santa María del Fiore es una experiencia única, no sólo por la tonalidad del edificio, sino también por su rica decoración: los arcos apuntados de las puertas, los enormes rosetones, las pilastras con esculturas, la bella galería de nichos con esculturas de los apóstoles y de la Virgen… todo eso, convierte a este edificio en uno de los más bellos de todo el mundo.

Después de estar un rato admirando la fachada dimos una vuelta a su alrededor para comprobar la belleza completa del edificio. Los laterales son también dignos de mención, ya que siguen la decoración de la portada. Los ábsides estaban tapados por andamios para ser restaurados, algo que, aunque en un principio te molesta porque te impide la completa observación, en el fondo agradeces; en la próxima visita, estarán tan relucientes como la portada.

Nos pusimos a hacer cola para entrar al interior de la catedral. No esperamos mucho, quizá unos 10-15 minutos. Al entrar la primera sensación que te causa es de grandiosidad, al igual que las catedrales góticas europeas, tiene una altura enorme. Se compone de una nave muy ancha, y separada de otras dos estrechas naves laterales, casi pasillos, por altísimas columnas que forman arcos apuntados. Tanto las paredes como las bóvedas de las naves son de color claro, por lo que la impresión es de mayor luminosidad. La decoración interior es bastante sencilla, destacando el reloj de una sola aguja situado sobre la puerta principal, que muestra las 24 horas del día. Sobre el presbiterio se alza la descomunal cúpula de Brunelleschi. Es taaan alta que desde abajo no se percibe bien la decoración pictórica de la misma. Es increíble que en aquella época pudiera hacerse algo tan inmenso. Por eso precisamente fue una revolución en aquel momento. Brunelleschi se guió por la también maravillosa cúpula del Panteón de Roma, aunque con ciertas complicaciones, y se convirtió en un símbolo de Florencia y en un hito de la arquitectura.

Salimos, podíamos optar por subir al campanario o a la cúpula, nos decantamos por esta última y fuimos a la cola. La subida es parecida a la de la cúpula de San Pedro. Hay una primera parada que te lleva hasta su interior, como a una pasarela, desde donde puedes observar mejor las pinturas, dedicadas a El Juicio Final. Luego sigues subiendo y sales al exterior. La vista es asombrosa, toda Florencia a tus pies. Nos hicimos bastantes fotos, y cuando empezó a pintear nos bajamos.

Imágenes

Audioguía

Información

La Basílica de Santa Maria del Fiore es la catedral (Duomo, en italiano) de la archidiócesis católica romana de Florencia, notable por su cúpula. Es una de las obras maestras del arte gótico y del primer Renacimiento italiano. Símbolo de la riqueza y del poder de la capital toscana durante los siglos XIII y siglo XIV, la catedral florentina es uno de los edificios más grandes de la cristiandad. Su nombre (que se traduce como «Santa María de las Flores») se refiere al lirio, símbolo de Florencia, o al antiguo nombre del pueblo llamado Fiorenza. Pero, por otra parte, un documento del siglo XV afirma que la «flor» se refiere a Cristo.

Destaca, de forma singular, la grandiosa cúpula de Brunelleschi, de 100 metros de altura interior, 114,5 metros de altura exterior, 41 metros de diámetro interior y 45,5 metros de diámetro exterior;[1] el campanario independiente del Giotto, de 82 m de altura, y el baptisterio de San Juan, construido en Florencia después de la Basílica de Santa Cruz y Santa María Novella con las famosas puertas de bronce de Ghiberti. El conjunto, formado por la iglesia, el campanario y el Baptisterio de San Juan, en el centro de la ciudad, constituye una de las joyas artísticas y arquitectónicas de Florencia.

Historia

Fue levantada en el espacio que ocupó la antigua iglesia de Santa Reparata, impulsada su construcción por la magnificencia de las nuevas catedrales de Pisa y Siena. Al final del siglo XIII, la vieja iglesia de Santa Reparata, de nueve centurias, se derrumbaba, como lo atestiguan los documentos. Más aún, resultaba demasiado pequeña en un período de rápido crecimiento de la población. La próspera Florencia quería sobrepasar la grandiosidad de sus rivales toscanos, Pisa y Siena, con una iglesia magnífica, más grandiosa en tamaño y adornada más ricamente en el exterior. Esta catedral, cuando se terminó, resultó ser la más grande de Europa, con una capacidad para 30.000 personas. En la actualidad sólo es superada, en tamaño, por la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la Catedral de San Pablo en Londres, la Catedral de Sevilla y la Catedral de Milán.

La nueva iglesia fue diseñada por Arnolfo di Cambio en 1296 para ser el templo católico mayor del mundo (aunque su diseño fue alterado varias veces y más tarde reducido en tamaño). Arnolfo di Cambio fue también el famoso arquitecto de la Basílica de Santa Cruz (Florencia) y el Palazzo Vecchio. Diseñó tres anchas naves que morían bajo la cúpula octogonal, con la nave central cubriendo la superficie de Santa Reparata. La primera piedra fue puesta el 8 de septiembre de 1296 por el cardenal Valeriana, el primer nuncio papal enviado a Florencia. La realización de este vasto proyecto duraría 170 años, así como los esfuerzos colectivos de varias generaciones. Después de la muerte de Arnolfo, en 1302, el trabajo en la catedral se hizo más lento y llegó a suspenderse durante treinta años. La construcción recibió un ímpetu nuevo cuando las reliquias de San Zenobio fueron descubiertas en 1330 en Santa Reparata. En 1331, el Arte della Lana (la Cofradía de los Mercaderes de la Lana) asumió el patronazgo exclusivo para la construcción de la catedral y, en 1334, nombraron a Giotto como maestro de obras. Asistido por Andrea Pisano, continuó el diseño de Arnolfo di Cambio. Su triunfo mayor fue la construcción del campanile («campanario»), pero murió en 1337, dejando inacabada la obra. Andrea Pisano continuó con los trabajos hasta que éstos tuvieron que abandonarse a causa de la Peste negra en 1348.

Las paredes están cubiertas por bandas alternadas en horizontal y vertical con mármoles multicolor: de Carrara (blanco), Prato (verde), Siena (rojo). Estas bandas de mármol tenían que repetir las decoraciones del baptisterio y del campanario de Giotto. Hay dos puertas laterales, las Puertas de los Cardenales (sur) y la Puerta de los Mandoria (norte) con esculturas de Nanni di Banco, Donatello y Jacopo della Quercia. Las seis ventanas laterales, notables por su delicado trazado y adornos están separadas por pilares. Solo las cuatro ventanas más cercanas al transepto dejan pasar la luz; las otras dos son simplemente ornamentales. Las ventanas del triforio son redondas, una característica común en el estilo ítalo-gótico. El pavimento de la iglesia fue cubierto con mármol en el siglo XVIII.

Cúpula

La cúpula, de 45,6 metros de ancho, era originalmente una cúpula de madera construida por Arnolfo di Cambio. Construir una cúpula sobre el presbiterio conllevaba muchos problemas técnicos. Existía ya un modelo de ladrillo para la cúpula desde 1367 (como queda explicado en la Vida de Brunelleschi de Antonio Manetti, ca. 1480).

En el 1419 tendrá lugar un concurso para diseñar una nueva cúpula (cupola en italiano) para la catedral. Los dos competidores más importantes eran Lorenzo Ghiberti (famoso por su labor en las «Puertas del Paraíso», en el baptisterio) y Filippo Brunelleschi.

Brunelleschi se inspiró en la cúpula del «doble-emparedado» del Panteón de Roma. Con la ayuda de Donatello y Nanni di Banco construyó un modelo de madera y ladrillo (exhibido en el Museo de la Opera del Duomo). Brunelleschi ganó por poco. Su modelo sirvió como guía para los artistas, pero intencionadamente lo presentó incompleto a fin asegurar su control sobre la construcción.

Las soluciones de Brunelleschi eran ingeniosas y sin precedentes, el peculiar diseño octogonal de doble-emparedado: la cúpula se eleva sobre un tambor octogonal, lo que permitía que la cúpula entera fuera construida desde la superficie, sin necesidad de andamios, que suponían un elevado coste.

Esta enorme construcción pesa 37.000 toneladas métricas y contiene más de 4 millones de ladrillos. Él hizo varios modelos y dibujos durante su construcción. Brunelleschi tuvo que inventar máquinas elevadoras especiales y grúas para izar las piedras grandes. Estas máquinas especialmente diseñadas y las brillantes técnicas de masonería fueron las espectaculares contribuciones a la arquitectura de Brunelleschi. La habilidad de traspasar un círculo en una cara de un cono dentro del interior del doble-emparedado permite la construcción del arco «horizontal» que se sostiene a sí mismo ya que, geométricamente, un plan circular es necesario para tal construcción.

Por ejemplo, en la cúpula se utilizaron, también, refuerzos horizontales de tirantes de piedra y hierro, preparando el camino para las ideas de reforzamiento de hierro y acero que se utilizarían siglos después, como el caso del hormigón.

Pese a la resolución del concurso, ambos arquitectos fueron los encargados de llevar a cabo la obra. No hubo consenso. Ghiberti se burló de estos planos y los tildó de imposibles. Brunelleschi, profundamente ofendido, pretendió una enfermedad y partió para Roma, dejando el proyecto en las manos de Ghiberti. Pero Ghiberti pronto se dio cuenta de que no estaba capacitado para llevar a cabo la obra por sí solo. En 1423 Brunelleschi regresó asumiendo la responsabilidad de su construcción.

El trabajo de la cúpula comenzó en 1420 y fue completado en 1436. La catedral fue consagrada por el Papa Eugenio IV el 25 de marzo de 1436 (el primer día del año de acuerdo con el calendario florentino) Fue la primera cúpula octogonal en la historia que se construyó sin el soporte de un marco de madera (El Panteón romano fue construido entre 118 y 128 sin estructuras de soporte, pero se trata de una cúpula redonda) y fue la mayor cúpula construida entonces (todavía es la cúpula de albañilería más grande del mundo) Fue uno de los proyectos más espectaculares del Renacimiento.

La idea de Brunelleschi para coronar la cúpula con una gran linterna fue puesta en duda, dando lugar a otro concurso de adjudicación. Sus competidores fueron Lorenzo Ghiberti y Antonio Cachieri, Brunelleschi resultó el ganador. Su diseño era para una linterna octogonal con ocho arbotantes en radio y ocho ventanas arqueadas (ahora exhibidas en el Museo de la Opera del Duomo). La construcción de la linterna se inició unos meses antes de su muerte, en 1446. Su construcción se ralentizó durante 25 años sin que su progreso fuera notable, debido a las intervenciones realizadas por varios arquitectos. Finalmente fue completada por su amigo Michelozzo en 1461. El tejado cónico, fue rematado por Verrocchio en 1469, con una capa de cobre y una cruz que contenía reliquias. Éste utilizó una grúa especialmente diseñada por Leonardo da Vinci. Esta última estructura supone una altura total de 114,50 metros entre la cúpula y la linterna. La cubierta de cobre fue golpeada por un rayo el 17 de julio de 1600 y se cayó. Fue reemplazada por otra, aún más grande, dos años más tarde. La cúpula de Florencia es uno de los monumentos que, desde su construcción, ha sido considerado como perfecto.

La decoración del tambor de la galería, realizada por Baccio d’Agnolo nunca fue acabada porque fue desaprobada por Miguel Ángel.

Una estatua enorme de Brunelleschi se encuentra ahora erigida fuera del Palazzo dei Canonici en la Piazza del Duomo, mirando pensativamente su obra capital, la cúpula que para siempre dominaría el panorama de Florencia, precursora de muchas consecuciones arquitectónicas posteriores. La construcción de la catedral, empezada en 1296 con el diseño de Arnolfo di Cambio, fue acabada en 1469 por Verrocchio con el cimborio de cobre en la linterna. Pero la fachada aún estaba por completarse y seguiría así durante bastantes años.

Fachada

La fachada original, diseñada por Arnolfo di Cambio y normalmente atribuida a Giotto, fue, de hecho, comenzada veinte años después de la muerte de Giotto. Un dibujo a pluma y tinta de mediados del siglo XV de la llamada fachada de Giotto se conserva en el Codex Rustici, así como el dibujo de Bernardino Poccetti de 1587, ambos exhibidos en el Museo de la Ópera del Duomo. Esta primera fachada se debe al esfuerzo colectivo de varios artistas, entre ellos Andrea Orcagna y Taddeo Gaddi, y fue sólo completada en su parte baja, después fue abandonada. En 1587-1588 el arquitecto de corte de los Médici Bernardo Buontalenti, la demolió por orden del Gran Duque Francisco I de Médicis, ya que parecía no estar de moda en los tiempos del Renacimiento. Algunas de las esculturas originales se muestran en el Museo de la Ópera del Duomo, detrás de la catedral. Otras están ahora en el Museo de Berlín y en el Louvre. El concurso para una nueva fachada terminó con un gran escándalo de corrupción. El diseño de la fachada, en madera, de Buontalenti, está expuesto en el Museo de la Ópera del Duomo. Varios diseños nuevos fueron propuestos en años posteriores, pero los modelos (de Giovanni Antonio Dosio, Giovanni de Médici con Alessandro Pieroni y Giambologna) no fueron aceptados. La fachada se dejó, por tanto, descubierta hasta el siglo XIX.

En 1864 se abrió un concurso para diseñar una fachada nueva resultando ganador Emilio De Fabris (1808-1883) en 1871. El trabajo comenzó en 1876 y se terminó en 1887. Esta fachada neogótica en mármoles blancos, verdes y rosas forma una unidad en armonía con la catedral, el campanario de Giotto y el baptisterio

La fachada entera está dedicada a la Madre de Cristo.

La construcción de las tres puertas de bronce discurrió desde 1899 hasta 1903. Están adornadas con escenas de la vida de la Madonna. Los mosaicos de las lunetas que se hallan encima de las puertas fueron diseñados por Niccoló Barabino. Representan (de izquierda a derecha): Caridad entre los fundadores de instituciones filantrópicas Florentinas, Cristo en el trono con María y Juan Bautista; Artesanos florentinos y Mercaderes y humanistas rindiendo homenaje a la Fe. El frontispicio encima del portal central contiene un medio relieve de Tito Sarrocchi y representa a María entronizada empuñando un cetro floreado.

Encima de la fachada hay una serie de nichos con los doce Apóstoles y, en el centro, la Virgen con Niño. Entre el ventanal rosa y el tímpano hay una galería con los bustos de grandes artistas florentinos.

Interior

La catedral está construida como una basílica, con una nave y dos pasillos, formando una cruz romana. La nave y los pasillos están divididos por anchos arcos angulares con columnas compuestas, dividiendo la nave en cuatro galerías cuadradas.

Sus dimensiones son enormes: 153 m de largo por 130 m de ancho (de un lado a otro del transepto) y 107 de alto desde la base hasta la cima de la cúpula. La altura de los arcos en los pasillos es de 23 m.

El gótico interior es sombrío y da una impresión de vaciedad. La relativa desnudez de la iglesia corresponde a la austeridad de la vida religiosa, tal como la predicaba Girolamo Savonarola.

Muchas de las decoraciones de la iglesia se han perdido con el paso de tiempo o han sido trasladadas al Museo Ópera del Duomo, como los magníficos púlpitos cantoriales (las galerías para las corales) de Luca Della Robbia y Donatello.

Como la catedral fue construida con fondos públicos, algunos de los objetos de arte de esta iglesia están dedicados a las personas ilustres y líderes militares de Florencia.

· Dante y la Divina Comedia de Domenico di Michelino (1465). Esta pintura es especialmente interesante porque nos muestra, aparte de las escenas de la Divina Comedia, una vista de Florencia en 1465, una Florencia que Dante mismo no hubiera podido ver en su tiempo.

· La estatua ecuestre de John Hawkwood de Paolo Uccello (1436). Este fresco, casi unicolor, fue transferido a tela en el siglo XIX, está pintado en terra verde, el color más cercano a la pátina del bronce.

· La estatua ecuestre de Niccoló da Tolentino de Andrea del Castagno (1456). Este fresco transferido a tela en el siglo XIX, en el mismo estilo que el original, está pintado en un color semejante al mármol. Sin embargo está decorado más ricamente y da una mayor impresión de movimiento.

Ambos frescos representan a los condottieri como figuras cabalgando triunfalmente. Ambos pintores tuvieron problemas cuando aplicaban las nuevas reglas de perspectiva y acercamiento, usaron dos puntos de unidad, uno para el caballo y otro para el pedestal, en lugar de usar sólo un punto de unificación.

· Bustos de Giotto (por Benedetto da Maiano), Brunelleschi (por Buggiano, 1447) Marsilio Ficino y Antonio Squarcialupi (famoso organista). Todos estos bustos son de los siglos XV y XVI.

Encima de la puerta mayor está la colosal fachada del reloj con retratos al fresco de cuatro Profetas o Evangelistas pintados por Paolo Ucello (1443). Este litúrgico reloj con una sola aguja muestra las 24 horas de la hora itálica (el horario italiano), un período que termina con el ocaso a las 24 horas. Este horario fue usado hasta el siglo XVIII. Es uno de los pocos relojes de aquel tiempo que todavía existen y funcionan.

La iglesia es particularmente notable por sus 44 vitrales, el proyecto más grande de este tipo en Italia de los siglos XIV y XV. En las vidrieras de las naves y del transepto se representan figuras de santos del "Antiguo y Nuevo Testamentos", mientras que en el rosetón de la cúpula o encima de la entrada muestran a Cristo y María. Es el trabajo de los artistas florentinos más importantes de la época como Donatello, Lorenzo Ghiberti, Paolo Uccello y Andrea del Castagno. Cristo coronando a María como Reina, la vidriera redonda encima del reloj, con un rico caleidoscopio de colores, fue diseñada por Gaddo Gaddi a principios de 1300.

Donatello diseñó la vidriera (La Coronación de la Virgen) en el tambor de la cúpula (la única que se puede ver desde la nave).

El precioso monumento funerario de Antonio d’Orso (1323), obispo de Florencia, fue hecho por Tino da Camaino, el escultor más importante de su tiempo.

La cruz monumental, situada detrás del trono episcopal, en el altar mayor, es de Benedetto da Maiano (1495-1497). El coro es obra del famoso Bartolommeo Bandinelli. Las puertas de la sacristía, de diez paneles de bronce, fueron realizadas por Luca Della Robbia, quien también tiene dos trabajos en terracota vidriada dentro de la sacristía: Angel con cándil y La Resurrección de Cristo.

Detrás del ábside central está el altar de San Zenobio, primer obispo de Florencia. Su santuario plateado, una obra maestra de Ghiberti, contiene la urna con sus reliquias. Encima de este santuario está el cuadro de La Última Cena del menos conocido Giovanni Balducci. También había un panel-mosaico en pasta vidriada El Busto de San Zenobio obra del miniaturista del siglo XVI Monte di Giovanni expuesto, actualmente, en el Museo Ópera del Duomo.

Muchas decoraciones datan del siglo XVI, bajo el patronazgo de los Grandes Duques, como el pavimento coloreado en mármoles, atribuido a Baccio d'Agnolo y Francesco da Sangallo (1520-26). Algunas piezas del mármol de la fachada fueron usadas, boca abajo, en el pavimento (como se demostró en la restauración del mismo después de la inundación de 1966).

Primero se sugirió que los 45 metros de ancho del interior de la cúpula fueran cubiertos con una decoración en mosaico para aprovechar al máximo la luz que entraba por los rosetones y a través de la linterna. Brunelleschi propuso que la bóveda brillara como oro resplandeciente, pero su muerte en 1446, puso fin a este proyecto y las paredes de la cúpula fueron enjalbegadas. El Gran Duque de Toscana decidió que la cúpula fuera pintada con una representación de El Juicio Final. Esta obra tremenda, 3.600 m² de superficie pintada fue comenzada en 1568 por Giorgio Vasari y Federico Zuccaro y duraría hasta 1579. La parte superior, cerca de la linterna, representa a Los 24 Ancianos del Apocalipsis. Fue acabado por Vasari antes de su muerte en 1574. Federico Zucchero y otros colaboradores, como Domenico Cresti, acabaron otras secciones: (de arriba hacia abajo) Coros de Ángeles, Cristo, María y los Santos, Virtudes, Regalos del Espíritu Santo, y Beatitudes, y en la parte baja de la cúpula: Pecados Mortales e Infierno. Estos frescos están considerados como las mejores obras de Zucchero. Pero la calidad de la obra es desigual debido a las colaboraciones de artistas varios que utilizaron diferentes técnicas. Vasari había usado pintura al fresco mientras que Zucchero pintaba con pintura en seco.

Cripta

La catedral ha sufrido laboriosas excavaciones entre 1965 y 1974. Las bóvedas subterráneas eran usadas para sepultar a los obispos florentinos a través de los siglos. Recientemente la historia arqueológica de esta enorme área fue reconstruida: Ruinas de casas romanas, un pavimento del cristianismo temprano, ruinas de la antigua catedral de Santa Reparata y ampliaciones sucesivas de esa iglesia. Cerca de la entrada abierta al público está la tumba de Brunelleschi como prueba del gran cariño que le profesaron los florentinos.

Intervenciones artísticas

En el interior de la catedral, muy austero, destacan los vitrales (la mayoría de 1434-1445, alguno de ellos proyectada por Ghiberti) y el pavimento de mármol (1526-1660).

· Benedetto y Giuliano da Maiano (plafones de la sacristía).

· Andrea del Castagno (fresco de Niccolò da Tolentino a caballo, en el muro del norte).

· Luca Della Robbia (relieves de la Resurrección y Ascensión encima de la puerta de la sacristía; obras en la puerta de la sacristía realizados, conjuntamente, con Michelozzo; galería del coro, actualmente en el Museo del Duomo).

· Domenico di Michelino (Dante explicando la Divina Comedia, en el muro norte).

· Donatello (cabezas de un profeta y una sibila, en el lado sur del exterior, galería del coro, ahora en el Museo del Duomo).

· Davide y Domenico Ghirlandaio (Mosaico de la Anunciación en el lado sur del exterior).

· Michelozzo (obra en la puerta de la sacristía con Luca della Robbia).

· Nanni di Banco (relieve de la Asunción de la Virgen en la parte sur del exterior).

· Paolo Uccello (decoración del reloj en la pared oeste: fresco de John Hawkwood a caballo en la pared del norte (dos vidrieras).

· Filippo Brunelleschi (Cúpula; concebida por Arnolfo di Cambio. Brunelleschi hizo una gran obra en su construcción).

· Giorgio Vasari y Federico Zuccaro (frescos de El Juicio Final en el interior de la cúpula).

Ópera del Duomo

El Museo dell'Opera del Duomo situado en Florencia, es uno de los museos de esta ciudad toscana, dedicado a escultura.

Este museo se encuentra en la Piazza del Duomo, 9, de Florencia.

Se dedica principalmente a las esculturas de la catedral de Florencia: objetos del exterior del Duomo, el campanil y el baptisterio. Hay salas dedicadas a Brunelleschi, exhibiéndose herramientas utilizadas en la época de la construcción de la catedral, dos maquetas, una de la catedral y otra de la fachada.

Su principal obra escultórica es la Piedad florentina (anterior a 1555) de Miguel Ángel. Otras obras expuestas en este museo: San Juan (1408-1415), cantorie, La Maddalena (1455) y Profeta Habacuc (1423-25) de Donatello, la Virgen de los ojos de cristal (1296) de Arnolfo di Cambio, cantorie de Luca Della Robbia, y cuatro de los paneles de la puerta del baptisterio (Puerta del Paraíso) de Ghiberti.

(Fuente: Wikipedia)