3.9.4. Capilla Sixtina

Dentro de los Museos Vaticanos. Para horarios y precios ver: 3.09. Ciudad del Vaticano (H) y 3.9.3. Museos Vaticanos

Aunque se la denomine “capilla” es bastante más grande que las capillas tradicionales que conocemos. Cuando entras te encuentras con un halo de solemnidad impresionante. Hay muchos guardias que te impiden hacer fotos (o lo intentan, al menos) y que no dejen que se suba demasiado el tono de voz. La gente se sienta en el banco que rodea sus muros y observa en silencio, porque hay mucho, muchísimo que observar. De hecho, casi no sabes por dónde empezar. La bóbeda, el frente, los frescos laterales, los tapices, absolutamente toda la capilla está perfectamente decorada. Muy llamativo es el extraordinario fresco que cubre todo el frente de la capilla, el Juicio Final de Miguel Ángel. De fondo azul intenso, te asombra la capacidad de este genio para pintar algo tan inmenso con una minuciosidad asombrosa. En la bóveda destaca la famosísima imagen de la Creación de Adán, y en los laterales más frescos y murales diseñados por Rafael. Lo que más nos llamó la atención es que prácticamente todo la capilla está decorada con frescos, y Miguel Angel realiza una labor prodigiosa dibujando también estructuras arquitectónicas, columnas, arcos, etc. que son de un realismo espectacular. De hecho, te cuesta ver que son en realidad pinturas, y no esculturas con relieve.

Una verja separa en dos la capilla, la parte de atrás también está repleta de frescos. Estuvimos mucho tiempo allí, no sé exactamente cuánto, oyendo las audioguías, absortos entre tanto color. Imaginamos los cónclaves que se habían celebrado allí durante siglos, y nos marchamos sorprendidos, y encantados. Había merecido la pena, sin duda. La Capilla Sixtina es algo sensacional e imprescindible si vas a Roma.

Cuando salimos de allí ya era casi de noche, nos hicimos unas cuantas fotos más en la Plaza de San Pedro, que con la iluminación artificial también tiene su encanto, y nos fuimos a casa pensando que el día siguiente también sería duro.

Imágenes

Recomendación: Vista de la Capilla Sistina 360º

Audioguía

De la Wikipedia

La Capilla Sixtina es uno de los más famosos tesoros artísticos de la Ciudad del Vaticano. Fue construida entre 1471 y 1484, en la época del papa Sixto IV, de donde procede el nombre por el que es conocida, aunque inicialmente se llamó Capilla Palatina. Su arquitecto fue Giovanni d'Dolci siguiendo los modelos de las antiguas plantas basilicales romanas las cuales por su parte se inspiraban estructural y arquitectónicamente en antiguos edificios griegos como el Concejo del Ágora ateniense.

Es conocida en todo el mundo no sólo por ser la sala en la que se celebra el cónclave y otras ceremonias oficiales (como las coronaciones papales), sino sobre todo por sus murales pintados por Michelangelo Buonarroti (Miguel Ángel). Se encuentra a la derecha de la Basílica de San Pedro, después de la Scala Regia ('Escalera Real'), y originalmente servía como capilla al interior de la fortaleza vaticana.

La capilla es de forma rectangular y mide 40.93 m de longitud por 13.41 de anchura (las dimensiones del Templo de Salomón según el Antiguo Testamento). Su altura es de 20.7 m.

Su decoración pictórica al fresco se inició recién terminadas las obras y en ella participaron los pintores más exitosos de finales del siglo XV: Sandro Botticelli, Luca Signorelli, Perugino, Pinturicchio y Ghirlandaio, entre otros. Años después, ya bajo el papado de Julio II, Miguel Ángel pintó el techo (con escenas como La creación de Adán). La pared sobre el altar mayor (con una superficie de 13.7 m por 12.2 m) la ocupa el Juicio Final, pintado por el mismo genio tres décadas después.

En el centro de la bóveda se representan nueve escenas rectangulares sobre la Creación y la Caída del hombre, flanqueadas por profetas y sibilas, así como los antepasados de Jesús y arquitecturas y esculturas fingidas (trampantojos).

La decoración de esta capilla se completó con una famosa serie de tapices diseñada por Rafael Sanzio: Los Hechos de los Apóstoles. Actualmente, salvo en ocasiones especiales, estos paños de lujo se custodian en otra estancia de los Museos Vaticanos.

La Capilla Sixtina debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484) quien hizo reestructurar la antigua Capilla Magna entre el año 1477 y el 1480.

Frescos laterales

A lo largo de la Capilla Sixtina se encuentra una sucesión de frescos. Estas pinturas en las dos paredes laterales, son paralelas. Casi cada fresco está relacionado con el que está enfrente, es por eso que a continuación se reflejaran los frescos enfrentadas y no contiguos. Debían representar la vida de Moisés (Antiguo Testamento) de una parte, y la vida de Cristo (Nuevo Testamento), de la otra, según el uso de todas las antiguas iglesias.

o La Circuncisión: un ángel detiene con su espada a Moisés, por haber omitido la circuncisión de sus hijos. Zippora celebra la ceremonia. Este grupo de especial belleza recuerda la gracia de Rafael. En realidad representa el momento en que “Moisés (...) tomó a su mujer y a su hijo y, montádolos sobre un asno volvió a la tierra de Egipto. Tomó también Moisés el cayado de Dios en su mano” (Éxodo 4, 20). Pero durante el viaje —y aquí la pintura se aleja de la narración bíblica– un ángel detiene a Moisés y le ordena hacer la circuncisión de su segundo hijo (a la derecha) .Fresco atribuido a Perugino y su dicípulo Pinturicchio.

o El Bautismo de Cristo: el Omnipotente está arriba, entre querubines y ángeles; debajo hay una paloma, símbolo del Espíritu Santo, posada sobre la cabeza de Cristo. En los extremos; Juan el Bautista predicando (izquierda) y el Redentor (derecha). En el valle se observan monumentos romanos. Fresco de Pinturicchio.

o Historia de Moisés: este fresco representa varios episodios de su vida juvenil. En el centro, se lo ve sacando agua para las hijas de Jethro, después de haber ahuyentado a los pastores y dado muerte al egipcio; a la izquierda guía a los israelitas en el desierto. Fresco de Pinturicchio.

o La Tentación de Cristo: sobre un edificio, Satanás tienta a Jesús, diciéndole: «Si tú eres hijo de Dios, arrójate»; a la izquierda le pide que transforme las piedras en pan; a la derecha vuelve a tentarlo ofreciéndole toda la magnificencia del mundo. Fresco de Sandro Botticelli.

o El Paso del Mar Rojo: este fresco fue para glorificar la gran victoria conseguida por las tropas papales sobre los napolitanos en Campomarte. Fresco de Sandro Botticelli.

o La Llamada de los Apóstoles: Cristo llama a Pedro y a Andrés al apostolado. Aunque sus colores son flojos, el trabajo muestra la grandeza de método y de ejecución. Fresco de Cósimo Rosselli, asistido por Piero di Cósimo.

o Dios entregando las tablas de la Ley a Moisés que las presenta al pueblo, pero las rompe cuando ve que éste danza en adoración en derredor del becerro de oro. Fresco de Ghirlandaio

o En el Sermón de la montaña: hay dos escenas: el sermón y la curación del leproso. Fresco de Cósimo Rosselli.

o Core, Dathan y Abiron, fue un fresco obra de Botticelli, a raíz de un suceso contemporáneo: Andrés Zamomelic, arzobispo de Carniola, en vista de que no había sido elegido cardenal, reunió en Basilea un concilio contra el papa, pero fue recluido en una prisión, donde se suicidó. Fresco de Cósimo Rosselli.

o Cristo entregando las llaves a San Pedro: al fondo se ven dos arcos de triunfo y en el centro un edificio octogonal. Fresco de Cósimo Rosselli.

o La Cena: es el último fresco lateral, pintado por Cósimo Rosselli. Fresco de Pietro Perugino

Los Hechos de los Apóstoles

Debajo de los citados murales cuelgan en ocasiones especiales diez tapices diseñados por Rafael, llamados Los hechos de los Apóstoles. Encargados por León X hacia 1515, fueron tejidos en el taller de Pieter Coecke en Bruselas. Los cartones a tamaño real, pintados como modelo para los tejedores, causaron gran influencia en los Países Bajos. Siete de ellos subsisten, en el Victoria and Albert Museum de Londres. Los arazzi o tapices originales se sustrajeron de la Capilla Sixtina en el Saqueo de Roma (1527), y no se devolvieron al Vaticano hasta el siglo XIX.

Bóveda de la Capilla Sixtina

La bóveda de la Capilla Sixtina estuvo decorada con un cielo raso de estrellas doradas sobre un fondo azul (simbología que se aplicaba al manto de la Virgen y que ya se encuentra en las decoraciones de cielorasos precristianos egipcios), obra de Pier Matteo d'Amelia, desde su construcción en 1484 hasta la intervención de Miguel Ángel entre 1508 y 1512.

El techo de la Capilla Sixtina se divide en varias secciones: La bóveda que es donde están pintadas las escenas del Génesis, los lunetos y las enjutas laterales que es donde están los antepasados de Cristo, los triángulos donde se encuentran los profetas y las enjutas de las esquinas o pechinas donde están las cuatro historias clave de la Salvación del pueblo de Dios.

Ahí se encuentra La creación de Adán, probablemente la escena más bella o en todo caso la más conocida.

El Juicio Universal

El Juicio Universal, también conocido como Juicio Final, es tal vez una de las obras más perfectas de la larga y activa carrera de Miguel Ángel. Llena del espíritu de Dios que crea y destruye, una obra única que domina con la espléndida audacia de su creador.

Arriba, mirando hacia la izquierda está Cristo, este es un juez implacable, con la mano derecha alzada, en actitud de condenar. La Virgen, que está a su lado, aparece resignada a la hora de la justicia. Los demás personajes de la corte son los profetas, los apóstoles, los mártires. A la derecha del Mesías están los elegidos, a la izquierda los réprobos. En el cielo, entre los lunetos, están alineados los ángeles con los instrumentos de la Pasión.

Abajo, a la izquierda, la escena de la resurrección de los muertos: un grupo de Ángeles, en el centro, que llevan el libro del juicio, tocan las trompetas, mientras de los sepulcros destapados salen los muertos para volver a encontrarse en el valle de Josafat. Y mientras los buenos suben al cielo en medio de la rabia de los demonios, los malos son arrojados a los abismos, donde los esperan Caronte con la barca y Minos, el juez infernal.

El Juicio Universal fue comenzado en el año 1535 y finalizado en 1541.

A pesar de la belleza de la composición, el hecho de que las figuras apareciesen desnudas según el gusto del artista escandalizó a la Iglesia que una década después mandó a un pintor conocido popularmente como 'Il Braghettone (Daniele da Volterra) que añadiese unos taparrabos a todos los participantes.

La Capilla Sixtina fue restaurada entre los años 1980 y 1994 con la ayuda de Japón, que sufragó los gastos de la obra, valorados en 50 millones de dólares. Algunos repintes de Volterra fueron eliminados, pero otros se dejaron, tanto por dejar testimonio de dicha alteración como porque partes originales de Miguel Ángel se habían raspado y no era posible recuperarlas.

La restauración con muy sensible instrumental moderno quitó la pátina de grasa, humedad y humo que opacaba al conjunto pictórico quedando a la vista entonces —para sorpresa de los espectadores— la paleta original de Miguel Ángel: de intensos colores, contrastados claroscuros, así como meditadas tensiones dramáticas (casi teatrales en la mejor acepción del término teatral) que resultan ser un antecedente del más excelente manierismo y por esto ya una ruptura con la pintura típicamente renacentista.

Cabe añadir que, contraviniendo las opiniones de el Bramante, arquitecto ingeniero oficial que entonces poseía el Vaticano, Miguel Ángel Buonarroti se negó a pintar los frescos sostenido por un andamiaje que debía colgar de clavijas empotradas en el techo (este sistema dañaría la composición pictórica), para solucionar un problema que parecía insoluble Miguel Ángel efectuó un innovador sistema de andamios prácticamente autoportantes que se soportaban mediante ajustes laterales en las paredes.

(Fuentes: Wapedia y Taringa)