Leyendas negras

Entre el patriotismo español que clama ante las intensas y prolongadas desgracias nacionales y la apología de la «leyenda negra» pueden existir unos límites imprecisos y porosos. Mas se trata de actitudes distintas, aunque el primero pueda contribuir a alimentar la segunda. Al 98, valga la generalización, y a la generación que le precedió y a la que le siguió, puede atribuirse lo primero, pero nunca lo segundo. En estos límites se mueve este ensayo de Josep M. Colomer, dotado de una buena y clara escritura. El objetivo es la interpretación de algunos aspectos importantes de la España actual a la luz de su historia moderna, y de historias pasadas a la luz de la España actual (página 9). Se puede resumir en cuatro tesis o desgracias: un Imperio ruinoso, un Estado débil, una nación incompleta y una democracia minoritaria. En esto consiste la historia política de la España moderna. La conclusión no puede ser otra que la que da título al libro.

No obstante, el ensayo merece atenta lectura. Está muy bien construido, plantea una hipótesis clara que analiza con rigor y documentación (tal vez, algo sesgada), contiene muchos análisis correctos y algunos grandes errores, y constituye una inteligente contribución a la historia del pesimismo y, acaso involuntariamente, también aporta munición a la leyenda negra. Cabe reconocer, a su favor, que se centra más bien en la historia política y no incluiría, desde luego, una eventual frustración cultural.

También contiene un buen análisis de la democracia española actual (páginas 191 y siguientes). Desde luego los análisis del Imperio español asumen algunas de las tesis fundamentales de la leyenda negra. Al parecer, a falta de competencia militar pudimos exhibir en América nuestra brutalidad. No es ajustada su visión del Ejército ni de la Iglesia. Colomer habla de la separación entre la Iglesia y el Estado en Gran Bretaña, obviando el pequeño detalle de que allí el Jefe del Estado es la cabeza de la Iglesia, siguiendo la recomendación de Hobbes.