Hernán Cortés

Estudios demográficos han demostrado que la población indígena de lo que, tras la administración colonial española, fue el actual México sufrió de la presencia de los europeos, que importaron enfermedades a las cuales los indígenas no eran inmunes, pero no es cierto que Hernán Cortés fuera un genocida. Los mexicas tiranizaban a 371 pueblos precolombinos y practicaban el canibalismo sacrificando a no menos de 20.000 personas al año para ofrecer tributos a los dioses, lo cual conllevaba un gran odio a los texcoco, tlacopan y tenochtitlan, un odio que dio pie a que Cortés pudiera apoderarse de México con poco más de 600 hombres y, esto sí, con el apoyo de los indígenas enemigos de Moctezuma y los suyos.

Dicho esto, me parece interesante establecer un paralelismo entre las consecuencias de la conquista de Hernán Cortés y la colonización española de México y lo que sucedió en Catalunya tras la victoria de los Borbones en la guerra de Sucesión una vez acabada la irresponsable resistencia austracista catalana, injustificada tras la firma del tratado de Utrecht en abril de 1714 en que Inglaterra y el resto de potencias europeas reconocían a Felipe V como rey de España, cuando ya el archiduque Carlos había dejado de ser elegible para la Corona española por haber accedido a la corona imperial, en Viena, por más que catalanes austracistas se obstinaran en seguir apoyándolo.

Tras la llegada de Cortés a México (entonces Nueva España), una real provisión de 1542, firmada por Carlos I en Barcelona, prohibió la esclavitud de los indios; en 1551 se creó la Universidad de México; se introdujo la imprenta, y Carlos I y Felipe II dictaron leyes nuevas que daban pie a que México fuera entrando en lo que entonces era la civilización occidental. No se masacró a los indígenas como ocurrió en las 13 colonias inglesas de América del Norte.