Las Metafísicas de Platón y Aristóteles

Recogiendo muchas de las ideas de los primeros filósofos de los siglos VI y V a.C., Platón y su discípulo Aristóteles (ambos enseñaron en Atenas, entre los siglos V y IV a.C.) construirán sendos sistemas metafísicos que pretenden dar explicación de toda la realidad.

Generalizando la propuesta de Pitágoras, Platón propone la existencia de ciertos seres perfectos, eternos e inmutables que sirven de principio explicativo para todo lo que existe y que son además la razón por la que todo lo demás existe. Estos seres son las Ideas o Formas:

Y en general, hay una Forma, Idea o Arquetipo para cada clase natural de seres materiales. Esta Forma es un objeto real que tiene las características perfectas de cada clase natural. Existen por tanto dos clases de seres: Formas y seres materiales. Ambas clases tienen características muy diferentes, opuestas en muchos aspectos.

Ideas, seres ideales

Objetos físicos, seres materiales

Dualismo platónico

La metafísica platónica es dualista, pues plantea una serie de oposiciones entre dos clases de seres, dos formas de conocimiento, dos principios constitutivos del ser humano:

Ontología (estudio del ser, lo que existe):

Antropología (estudio del hombre):

Epistemología (estudio del conocimiento):

Este mismo dualismo es la fuente principal de críticas a la metafísica platónica:

Haz un breve resumen de la teoría platónica de las Formas incluyendo:

La palabra "metafísica" tiene su origen en los escritos de Aristóteles: la investigación sobre lo que existe en general, sin distinguir si se trata de seres vivos, de seres celestes, si cambian o si no, etc. es una investigación máximamente general, máximamente abstracta. A esta investigación Aristóteles la llamó Filosofía Primera.

Andrónico de Rodas, un seguidor de Aristóteles, ordenando las obras del maestro, situó sus escritos de Filosofía Primera después de sus escritos de Física, de ahí que fuesen conocidos como Meta-Física (lo que va después de la Física).

Crítica a Platón

Los problemas del dualismo platónico llevan a Aristóteles a proponer una alternativa que tiene como elemento central el rechazo del dualismo ontológico: no existen por un lado Formas ideales y por otro seres materiales, sino que sólo existen un tipo de seres, los seres materiales. Eso sí, los seres según Aristóteles son una composición o combinación de dos principios:

Todo ser (sustancia, como llama Aristóteles a cada uno de los seres que existen) es por un lado una cierta cantidad de materia, pero de materia organizada según ciertas formas o características (forma, cantidad, cualidades, etc.) Las formas de una sustancia son muchas, y ellas sólo existen unidas a la materia, nunca separadas de ella como sí lo hacen las Formas platónicas. Tampoco existe materia informe, toda materia tiene algunas características.

Con su teoría de que los seres (sustancias) son una unión de materia + formas, Aristóteles quiere superar la oposición entre metafísicas materialistas (como la de Tales) y metafísicas idealistas o formalistas (como la de Platón). Tanto la materia como las formas existen en pie de igualdad, ambas son principios básicos de la realidad.

Frente a las sustancias, que existen por sí mismas sin la necesidad de otras sustancias para existir, están los accidentes. Pensemos por ejemplo en el precio de una mesa o en la inteligencia de nuestro perro. Tanto el precio como la inteligencia existen, pero no existen por sí mismos, existen porque existen la mesa o nuestro perro. En general, un accidente es algo que existe en una (o varias) sustancias. Es una característica, una propiedad de las sustancias: sin ellas los accidentes no existen.

Teoría de las causas

En su intento por aunar las explicaciones materialistas y formalistas, Aristóteles propone su teoría de que en todo cambio hay cuatro tipos de causas actuando simultáneamente. En todo cambio intervienen tanto aspectos materiales (propios de las explicaciones materialistas) como formales (propios de las explicaciones formalistas).

Para explicar la naturaleza, para explicar ciertos procesos (cambios) naturales, en ocasiones la clave está en el elemento material de los seres:

¿Por qué asciende un dirigible?

¿Por qué arden las velas?

Para explicar otros procesos la clave está en la/las formas de los seres. No importa de qué materia están hechos sino cómo está organizada esa materia:

¿Por qué vuela un avión?

¿Qué distingue al carbón del diamante?

Así pues, tanto la materia como las formas (características) de una sustancia son causas internas que explican los cambios naturales. Pero no todos los cambios se explican por estas dos causas, en ocasiones la causa es algo externo, otra sustancia que interviene en el cambio y que Aristóteles llama causa eficiente:

¿Qué mueve las aspas del aerogenerador?

¿Qué mueve el arado?

Por último, los seres realizan ciertas acciones para lograr un objetivo, una meta, un fin. Es la causa final, la última y según Aristóteles la que más y mejor explica los cambios de los seres:

¿Por qué migran las aves?

¿Por qué vamos al gimnasio?

Es muy importante entender que en todo cambio intervienen múltiples causas: materiales, formales, eficientes y finales. Por ejemplo, en el proceso de crecimiento de una planta intervienen al mismo tiempo:

¿Qué hace crecer a un árbol? ¿Por qué existen los árboles?

¿Cuáles son las causas del dinero? ¿Por qué existe el dinero?

Cuatro tipos de causas

¿Estás de acuerdo con Aristóteles en que la causa final es la más explicativa en cada una de estas preguntas?

Teleología

Que siempre haya una causa final (un fin o meta) que impulsa el proceso y que cuando se alcanza, finaliza dicho proceso, es una tesis o doctrina que recibe el nombre de teleología. En la metafísica de Aristóteles, todo cambio persigue un fin (todo tiene un porqué) y como resultado el cosmos entero muestra un orden que puede comprenderse racionalmente. Este fin puede ser algo propio o interno al ser o algo ajeno y externo, y esta diferencia permite hacer una distinción fundamental:

Cosmología

El cosmos aristotélico es una esfera en la que los seres compuestos de las materias más pesadas (tierra, agua) tienden a su centro, mientras que las materias más ligeras (aire, fuego, éter) se sitúan en las partes más altas, en esferas concéntricas formadas por éter, una materia transparente de la que están compuestas las estrellas, los planetas, el Sol y (con impurezas) la Luna. El movimiento circular de la esfera más exterior (la de las estrellas), se transmite a las esferas inferiores hasta llegar al aire (los vientos y otros fenómenos atmosféricos) y al agua (las mareas y corrientes).

Diagrama del cosmos aristotélico.

El cosmos de Aristóteles presenta un marcado dualismo entre dos regiones: la región situada por encima de la esfera lunar (región supralunar) y la situada por debajo de aquella (región sublunar):

Región supralunar

Región sublunar

Escribe un breve resumen de la teoría aristotélica de la realidad, incluyendo (entre otros) los siguientes puntos: