La realidad

La realidad como problema

¿Qué hay? ¿Qué existe? ¿Hay distintas formas de existir? ¿Qué es real y qué sólo parece real?

Los primeros filósofos, los filósofos griegos de los siglos VII y VI a.C., se plantearon el objetivo de comprender racionalmente la realidad. Sin acudir a fuerzas o seres sobrenaturales, estos filósofos se hicieron preguntas metafísicas como:

Como ejemplo de las respuestas que dieron estos primeros filósofos, estudiemos brevemente a algunos de ellos.

Tales se preguntó por aquello de lo que todos los seres naturales están hechos. Algo que además explicase el origen o principio de todos los seres. Ante la variedad de seres y los múltiples cambios que sufren, Tales se preguntó si habría una única sustancia que explicase la variedad y los cambios que observamos a nuestro alrededor. 

La respuesta de Tales fue que el agua era esa sustancia. El agua común y corriente, sujeta a los cambios que cualquiera puede observar, es aquello de lo que todo está hecho y que origina todo lo que vemos. Este tipo de respuesta es un ejemplo inicial de teoría monista: un modo de pensar en el que para explicar la variedad, la pluralidad de seres, recurrimos a un único principio. Al proponer el agua, Tales es también un ejemplo de una teoría materialista de la realidad: todo lo que existe se explica a partir un principio material como es el agua.

Naturalmente, el gran obstáculo de cualquier explicación monista de la realidad es explicar cómo a partir de un único principio puede surgir la extraordinaria variedad de seres que percibimos.

Zenón de Elea, seguidor de Parménides de Elea, estudia si es posible el cambio en general. El cambio de estado, el cambio de lugar (movimiento), el cambio en alguna característica, cualquier tipo de cambio. Por ejemplo:

En estos razonamientos, nos vemos obligados a elegir entre dos opciones igualmente difíciles de aceptar (por ello se les llama paradojas):

Zenón optó por la segunda opción, y concluyó que el cambio es sólo aparente pero que no es real. El cambio es una noción confusa, producto de la información procedente de los sentidos, pero que no resiste un análisis racional. Si razonamos, encontramos que el movimiento es imposible. La realidad no cambia (no se mueve), es única (monismo de nuevo) y sólo puede comprenderse racionalmente.

En la búsqueda de un principio que explique toda la realidad, Pitágoras dio una respuesta muy diferente a Tales. Mientras que éste propuso un principio material (el agua), Pitágoras propuso que la clave explicativa del universo es algo formal o ideal (algo que sólo puede captarse por nuestra mente) como son los números y las formas geométricas. Y dado que hay más de un número y más de una forma geométrica, Pitágoras propone un pluralismo formalista.

En lugar de concentrar la atención en aquello que forma o compone los seres, Pitágoras se concentra en las regularidades numéricas y los patrones geométricos que encontramos en la Naturaleza:

Considera las siguientes preguntas y razona qué tipo de respuesta (al estilo de Tales, de Zenón o de Pitágoras) damos hoy: