Santillana del mar

Santillana del Mar y sus tres mentiras

Hoy tengo ganas de contaros alguna mentira; bueno, más que mentira, mentirijilla. No sé por qué pero he comenzado la semana con esta sensación de sentirme un poco “Pinocho”… Y para llevar a cabo mi deseo, he elegido un destino que me lo pone muy fácil: Santillana del Mar. ¿Qué por qué? Enseguida te lo contaré. Mientras tanto, te daré una pista: no te voy a mentir una sino tres veces. ¿Qué no sabes por dónde voy? Otra pista más: el nombre del post es Santillana del Mar y sus tres mentiras; o lo que es lo mismo, las tres mentiras de Santillana del Mar.

Antes de empezar a mentir, quiero que te pongas en situación. Supongo que conoces Santillana del Mar pues es super turística pero, si aún así no la conoces, voy a darte alguna razón de verdad (de la buena) para que te acerques en cuanto tengas ocasión.

Pues bien, Santillana del Mar (Cantabria) es uno de los municipios más conocidos y visitados de todo el norte peninsular debido a su gran riqueza patrimonial y paisajística. De hecho, suele ocupar los primeros puestos del ranking de los pueblos más bellos de España.

La actual Santillana tiene su origen en la Alta Edad Media, cuando un grupo de monjes se asentó en estas tierras para construir una ermita donde proteger las reliquias de una mártir llamada Juliana. Años después, aquella primitiva ermita se transformó en un monasterio, y en torno a él se fueron levantando casas de agricultores, dando lugar a una pequeña villa que tomó el nombre del centro religioso: “Sancta Luliana” (nombre que más adelante derivaría en “Santillana”). Con el paso del tiempo la villa fue adquiriendo una gran importancia jurídica y administrativa y, gracias a una serie de privilegios reales y a la abundancia de donaciones, el monasterio se convirtió en colegiata, en su día la más importante de la Cantabria medieval. Este hecho favoreció la expansión y el desarrollo urbano de la villa tal y como lo conocemos ahora.

La época de esplendor de Santillana nos ha dejado un estupendo legado artístico y monumental en forma de casonas, palacetes y edificios religiosos de la época medieval, así como de la renacentista y la barroca. Si tienes la oportunidad de pasear por sus calles, como yo hice, te sentirás sumergido en una clase de historia del arte por la cantidad de tesoros arquitectónicos que te encontrarás a cada paso. Mi recomendación es que te dirijas a la oficina de turismo y elijas al menos una de las dos rutas planificadas para conocer sus dos principales periodos históricos. Y si lo tuyo son los museos, en Santillana te vas a encontrar con unos cuantos, así como exposiciones variadas y que cambian cada cierto tiempo.

Y dicho esto, comienzo a mentir

Santillana del Mar es santa: FALSO

Santillana del Mar es llana: FALSO

Santillana del Mar tiene mar: FALSO como una catedral.

No en vano existe un dicho popular que reza algo así como “ni es santa, ni llana, ni tiene mar”.

Pero como bien sabrás, muchas veces detrás de una mentira se esconde algo de verdad…

Puede que Santillana del Mar no sea santa, pero cuenta en su patrimonio con laColegiata de Santa Juliana, considerada como la joya más importante del románico en Cantabria. Puede que no sea llana, pero tampoco tiene grandes cuestas, con lo que se puede recorrer y patear con cierta facilidad. Y puede que no tenga mar (ni falta que le hace), pero si te apetece acercarte a darte un baño o un paseo por la orilla, puedes hacerlo en la Playa de Santa Justa, a apenas 6 kilómetros de distancia.

Y una vez aclaradas estas mentirijillas (estarás conmigo en que ni siquiera llegan a ser piadosas), te voy a dar un par más de recomendaciones que no debes de perderte una vez te acerques hasta aquí: las pinturas de la Cueva de Altamira y el Zoo de Santillana (y en este orden).

A tan sólo dos kilómetros, se encuentran las pinturas de la Cueva de Altamira. La denominada “Capilla Sixtina del arte rupestre” fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1985 y es considerada como la gran joya del lugar, pues se trata de uno de los ejemplos más relevantes de la producción artística del hombre del paleolítico a nivel mundial. Bien es verdad que el acceso a la misma es bastante complicado por no decir imposible. De hecho, la cueva se cerró al público en 1977 y fue abierta de 1982 hasta 2002 con un régimen restrictivo de visitas. Sin embargo, y a pesar de las opiniones enfrentadas entre el CSIC y el Presidente de Cantabria, se quiere volver a permitir el acceso al público de manera controlada. Y, no te lo pierdas, parece ser que el primer privilegiado puede ser el mismísimo Obama (¡qué fuerte!!!). En cualquier caso, y para los que no somos ni Presidentes de Estados Unidos ni ni siquiera de nuestra misma casa o comunidad siempre nos quedará una réplica exacta en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.

¿Te gustan los animales? Sí la respuesta es sí y, además, te refieres a los de cuatro patas, no te pierdas la oportunidad de visitar el Zoo de Santillana, calificado por ADENA / WWF como uno de los cuatro mejores de España y (siguiendo con el número cuatro) se caracteriza por centrarse en cuatro grandes atractivos: los primates, los grandes felinos, las mariposas tropicales y las anátidas.

Todos estos reclamos turísticos (unidos al siempre impresionante entorno natural de Cantabria) atraen a cerca de 800.000 visitantes al año, y puede que ahí radique su parte negativa (no todo podía ser bueno). Si vas en coche, tendrás que esperar y armarte de paciencia porque el parking que se encuentra a la entrada del pueblo suele estar prácticamente lleno (sobre todo en algunas épocas del año) y es continua la llegada y salida de autocares que transportan a grupos enteros de turistas que después invaden las calles de la villa y… ¡sálvese quien pueda! . De igual modo, quizás te parezca (y con razón) exagerado el número de comercios y establecimientos que se concentran en sus dos principales vías, algo más propio de una pequeña ciudad que de un destino rural.

Con todo y con eso, no dejes de visitar alguna de sus tiendas y especialmente las que se dedican a la venta de productos típicos de la tierra, como son sus quesos, las anchoas de Santoña o los sobaos pasiegos. Te aconsejo que hagas un alto en el camino para comprar una ración de la deliciosa quesada casera y que te la comas allí mismo. Hazme caso y pruébala porque merece realmente la pena (ummmmmmmm, me relamo con tan sólo recordarlo).

Por si te he picado la curiosidad con el tema de la posible apertura de la Cueva de Altamira, te recomiendo que amplies información en esta noticia que me encontré la semana pasada en Elmundo.es

Y si todavía te han quedado ganas de volver, no me abandones sin contestar a la siguiente pregunta: ¿a favor o en contra de que abran la Cueva de Altamira al público?