"Mamá celestial, 

encierra mi voluntad  

en  tu  corazón y déjame el Sol de la Divina Voluntad en mi alma"

J a c u l a t o r i a

 Libro: La Reina del Cielo Día 31

Al Inmaculado

Corazón de María

Vol. 35-2 (3-7) 

 "Es tanto su amor, que en virtud de nuestro Querer se biloca en cada una de las criaturas para preparar el interior de sus almas, las pone de acuerdo a su corazón materno, se las estrecha entre sus brazos para disponerlas a recibir la Vida del Fiat Supremo, y ¡oh! cómo ora en cada uno de los corazones a nuestra Majestad adorable...

El amor de esta Celestial Reina y Madre es insuperable,... Su acto más exuberante, magnánimo y grande, es querer que posean el reino de mi Querer como lo poseía Ella".


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

AUDIO




"Se biloca en cada una de las criaturas para preparar el interior de sus almas, las pone de acuerdo a su corazón materno, se las estrecha entre sus brazos para disponerlas a recibir la Vida del Fiat Supremo"




De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 35-2 (3-7)   Agosto 9, 1937


Prodigios de amor en el Querer Divino. Cómo duplica su amor para hacerse amar con su mismo amor. Cómo la Reina del Cielo formará la nueva jerarquía en su heredad.


(3) “ …“Dios mío, ¿quién podrá corresponderte y pagarte por tanto amor tuyo? ¡Ah! tal vez sólo la Reina del Cielo puede vanagloriarse de haber correspondido a su Creador en amor, ¿y yo? ¿Y yo?” Y me sentía oprimida, y mi siempre amable Jesús haciéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho:

(4) “Hija de mi Voluntad, no temas, para quien vive en Ella hay sumo acuerdo en el amor, porque mi Voluntad poseyendo su Vida en la criatura, duplica su amor, y cuando quiere amar ama en Sí misma y ama dentro del alma, porque en ella posee su Vida; en mi Querer el amor está en sumo acuerdo, las alegrías, la felicidad del puro amor están en pleno vigor. Nuestra paterna Bondad es tanta para quien vive en nuestro Querer, que numeramos los respiros, los latidos, los pensamientos, las palabras, los movimientos, para corresponderlos con los nuestros y llenarlos todos de amor, y en nuestro énfasis de amor le decimos: ‘Nos ama y la debemos amar’. Y mientras la amamos hacemos desahogo de tales dones y gracias, de dejar estupefactos a Cielo y tierra. Esto hicimos con nuestra Reina, desahogamos tanto, ¿pero sabes tú qué significa este nuestro desahogar? Nos miramos a Nosotros mismos y queremos dar lo que somos y lo que poseemos

(5) Hija mía, nos faltaría la fuerza si no eleváramos a la criatura que vive en nuestra Voluntad al nivel de nuestra semejanza y hacerla poseer nuestros bienes, tan es verdad, que mi Madre Celestial, como vivía en mi Fiat, poseía la misma Vida de Él, nos amamos con un solo amor, amamos a las almas con un amor gemelo. Y es tanto nuestro amor por Ella, que así como Nosotros tenemos la jerarquía de los ángeles en el Cielo, la diversidad de las órdenes de los santos, Ella, por ser la Emperatriz Celestial, la heredera de la gran herencia de nuestra Voluntad, cuando este reino se forme sobre la tierra, la gran Señora llamará a sus hijos a poseer su herencia y le daremos la gran gloria de hacerla formar la nueva jerarquía… 

…Si tú supieras cuánto ama a las almas esta Celestial Reina, Ella, copia fiel de su Creador, mira en Sí misma y encuentra sus mares de amor, de gracia, de santidad, de belleza, de luz; mira a las criaturas y quiere darse toda Sí misma con todos sus mares, a fin de que posean a la Mamá con todas sus riquezas. Ver a los hijos pobres mientras la Madre es tan rica, y sólo porque no viven en la heredad de la Madre, es un dolor, Ella los quisiera ver en sus mares de amor que amaran a su Creador como Ella lo ama, escondidos en su santidad, embellecidos con su belleza, llenos de su gracia, y no viéndolos así, si no fuese por el estado de gloria en que se encuentra, donde las penas no tienen lugar, por puro dolor habría muerto por cada criatura que no viviera en el Querer Divino. Por eso Ella ruega incesantemente, pone en oración todos sus mares, para impetrar que la Divina Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra. 

Es tanto su amor, que en virtud de nuestro Querer se biloca en cada una de las criaturas para preparar el interior de sus almas, las pone de acuerdo a su corazón materno, se las estrecha entre sus brazos para disponerlas a recibir la Vida del Fiat Supremo, y ¡oh! cómo ora en cada uno de los corazones a nuestra Majestad adorable diciéndonos:

(6) “Hacedlo pronto, mi amor no puede más contenerse, quiero ver a mis hijos vivir junto Conmigo en esa misma Voluntad Divina que forma toda mi gloria, mi riqueza, mi gran herencia, confiad en Mí y Yo sabré defender tanto a mis hijos como a la misma Voluntad vuestra que es también mía”.

(7) El amor de esta Celestial Reina y Madre es insuperable, y solamente en el Cielo conocerán cuánto ama a las criaturas y qué ha hecho por ellas. Su acto más exuberante, magnánimo y grande, es querer que posean el reino de mi Querer como lo poseía Ella, (31 Lecciones de la Reina del Cielo) y ¡oh! qué no haría esta Celestial Señora para obtener su intento. También tú, únete con Ella y ruega por esta finalidad tan santa”. ”


Fiat Divina Voluntad