"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

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6ª  Hora

6º  Exceso de Amor



El Amor sofocado y confinado en las tinieblas del pecado y de la ingratitud 

(Ingratitud: 7mo. Exceso)


Hija mía, ven, ruega a mi querida Mamá que te haga un lugarcito en su seno materno para que tú misma veas el estado doloroso en que me encuentro.” 

Entonces me parecía con el pensamiento, que nuestra Reina Mamá, para contentar a Jesús, me hacía un pequeño lugar y me ponía dentro. 

Pero era tal y tanta la oscuridad que no lo veía, sólo oía su respiro y Él en mi interior, continuaba diciéndome: “Hija mía, mira otro exceso de mi Amor: Yo soy la Luz eterna, el sol es una sombra de mi luz. Pero mira dónde me ha conducido mi Amor, mira la oscura prisión en la que estoy, no hay ni un rayo de luz, siempre es noche para Mí, y noche sin estrellas, sin reposo; siempre despierto, ¡Qué pena!, la estrechez de la prisión en la que estoy, sin poder moverme en lo más mínimo, las tinieblas tupidas…; hasta la respiración…, respiro por medio del respiro de mi Mamá, ¡oh, … que dificultoso es! Además, agrega las tinieblas de las culpas de las criaturas; cada culpa era una noche para Mí, es la dureza del corazón humano en el que no entra ningún arrepentimiento, es la negra ingratitud que como monstruo infernal, me sofoca la respiración; y uniéndose todos juntos forman un abismo sin confines de oscuridad, de sofocación, de dolores inauditos… 

¡Qué pena! ¡Oh exceso de mi Amor no correspondido! Tú me has hecho pasar de una inmensidad de luz eterna a una profundidad de densas  tinieblas y a una estrechura tal, que me priva de la libertad de poder respirar…”  

Y mientras decía esto, gemía sofocadamente por la falta de espacio, y lloraba. Yo me deshacía en llanto, le agradecía,  lo compadecía, quería darle un poco de luz con mi amor, como Él me lo pedía, ¿pero quién puede decirlo todo? La misma voz interior agregaba: “Basta por ahora. Pasa al séptimo exceso de mi Amor”. 

Concebidos En Jesús,

En el Vientre Purísimo

De María Santísima

Vol. 29-38 (1-3) Septiembre 21, 1931

"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

Jesús nos Revela

Yo soy la Luz eterna, el sol es una sombra de mi luz. 6to. Exceso

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AUDIO

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 29-38 (1-3) Septiembre 21, 1931

Cómo la Divina Voluntad forma el día en el acto de la criatura


(1) Estaba siguiendo mis actos en el Querer Divino y rogaba a mi sumo Bien Jesús que hiciera surgir en cada acto mío el Sol de la Divina Voluntad, a fin de que pudiera darle en cada acto mío el amor, el homenaje, la gloria, como si le formará en cada acto mío un día de luz divina, de amor, de adoración profunda, comunicado a mí, en mi acto, por su misma Voluntad. ¡Oh! cómo quisiera decir en cada acto mío, grande o pequeño: “Hago un día a Jesús para amarlo más”. Pero mientras esto pensaba, mi amado Jesús me ha dicho al repetir su acostumbrada visita a mi alma: 

(2) “Hija mía, mi Divina Voluntad es el verdadero día para la criatura, pero para formar este día quiere ser llamada en el acto de ella, porque en cuanto es llamada se encierra en el acto para hacer surgir su día divino, tiene virtud de cambiar el acto, la palabra, el paso, las alegrías y las penas, en días esplendidísimos y encantadores. Así que mi Voluntad está esperando, en cuanto la criatura surge de su reposo nocturno, para ser llamada a formar su jornada de acción en ella, y como es luz purísima no se adapta a trabajar en el acto oscuro de la voluntad humana, sino que con su luz cambia el acto en día, y forma en él su espléndida jornada llena de acciones heroicas y divinas, con tal orden y belleza, digna sólo de su virtud vivificadora y operadora. Se puede decir que está esperando detrás de las puertas del acto de la criatura, así como el sol detrás de las ventanas de las habitaciones, en que a pesar de que afuera hay mucha luz, las habitaciones están a oscuras, porque todavía no se abren las puertas; así mi Divina Voluntad, a pesar de que es luz que todo llena, el acto humano está siempre oscuro si no se le llama a surgir en él. Por eso llámala a surgir en cada acto tuyo si quieres que forme en ti su bella jornada, y Yo pueda encontrar en ti y en cada acto tuyo mis días de amor que me circunden de alegría y de delicias, que me harán repetir: ‘Mis delicias son el estarme con los hijos de mi Divina Voluntad’. Pasaré en ti mis días feliz, no en la infeliz noche de tu voluntad humana, sino en la plena estancia de mi luz y de la paz perenne de mi Patria Celestial. ¡Ah! sí, repetiré: ‘Soy feliz en esta criatura, en ella oigo el eco de mi jornada pasada acá abajo sobre la tierra, y el eco de mi jornada que hago en mi prisión en el Sacramento de amor, jornada toda llena de mi Divina Voluntad’. Así que si quieres hacerme feliz, haz que encuentre en ti la virtud obrante de mi Divina Voluntad, que me sabe formar mis bellos días de luz fulgidísima, todos empapados de alegrías inefables y de felicidad celestial. 

(3) Mucho más que la criatura desde el principio de su creación fue puesta por Dios en el día feliz y pacífico de nuestra Voluntad Divina, dentro y fuera de ella todo era luz, mejor dicho pleno medio día, dentro de su corazón, ante sus ojos, sobre su cabeza, y hasta bajo de sus pasos veía y sentía la Vida palpitante de mi Santo Querer, el cual, mientras la tenía inmersa en la plenitud de la luz y de la felicidad, le cerraba todos los caminos y los pasos de la infelicidad humana. Y la criatura con hacer su voluntad humana se formó las salidas, los caminos infelices, los pasos dolorosos, las densas oscuridades, en las cuales ella misma se formaba la infelicidad, las torturas, el dolor, la noche oprimente, no de reposo, sino de desvelos, de pasiones, de agitaciones y de tormentos, y esto en mi misma Voluntad Divina, y esto porque habiendo sido creada la criatura sólo por Ella y para vivir de Ella y en Ella, no hay lugar para la criatura, ni en la tierra ni en el Cielo, ni en el mismo infierno, fuera de mi Fiat Divino. Entonces quien trata de vivir en mi Voluntad Divina cierra estas salidas, cada acto suyo en Ella suprime los caminos infelices que se ha formado, hace desaparecer los pasos dolorosos, sofoca la noche, surge el reposo y pone término a todos sus males. Es más, mi mismo Querer en cuanto ve que quiere vivir en Él, la acaricia, la pone en fiesta y le ayuda a suprimir las salidas, cierra las puertas a sus males, porque no queremos, ni amamos a la criatura infeliz, esto nos deshonra y forma nuestro dolor y el suyo, por eso la queremos ver feliz y de nuestra misma felicidad. ¡Oh! cómo es doloroso para nuestro corazón paterno poseer inmensas riquezas, alegrías infinitas, y ver a nuestros hijos en nuestra misma casa, esto es, en nuestra misma Voluntad, pobres, en ayunas, e infelices”


Fiat Divina Voluntad

Concebidos En Jesús,

En el Vientre Purísimo

De María Santísima

Vol. 29-38 (6-8) Septiembre 21, 1931


"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

Jesús nos Revela

"si el alma hace correr todo en mi Voluntad".  Vol.. 29-38 (6-8)

"ofreciendo todo en el adorable Querer y para obtener el triunfo de su Reino" Vol.. 29-38 (6-8)

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 29-38 (6-8) Septiembre 21, 1931


“Mi Querer invistiéndola con su luz la convierte en esplendidísima luz”


(6) … Mi Voluntad cuando es poseída por el alma simboliza una ciudad llena de luz y que tiene comunicación con todas las partes del mundo, es más, sus comunicaciones se extienden en el mar, en el sol, en las estrellas, en el cielo; a esta ciudad llegan de todas partes provisiones de todo tipo, así que es la más rica, provista de todo y por medio de las comunicaciones es la más conocida del Cielo y de la tierra, todo a ella afluye y es la más amada. Todo lo contrario para quien no posee mi Voluntad: Vive en escasez, sufre hambre, apenas las migajas le son concedidas por piedad, frecuentemente es saqueada por los enemigos, sufre la oscuridad y vive en la más escuálida miseria”.Reino 

(7) Después de esto, sintiéndome oprimida por la privación de mi dulce Jesús, con el agregado de otras penas mías, estaba ofreciendo todo en el adorable Querer y para obtener el triunfo de su Reino. Ahora, mientras esto hacía he mirado el cielo tapizado de nubes blancas y brillantes y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

(8) “Hija mía, mira qué bellas son esas nubes, cómo tapizan el cielo y forman un bello ornamento a la bóveda azul, ¿pero quién ha sido el que ha cambiado la oscuridad y ha hecho huir de dentro de aquellas nubes las tinieblas, las sombras negras y las ha transformado en blancas y refulgentes nubes? El sol, invistiéndolas con su luz les ha hecho perder la oscuridad y las ha transformado en nubes de luz. Así que son nubes, pero ya no nubes que dan tinieblas y oscurecen la tierra, sino nubes que dan luz, y mientras que antes que las invistiera el sol parecían que hacían afrenta con su oscuridad, quitándole lo bello de su azul, ahora le hacen honor y le forman un bello ornamento. Ahora hija mía, las penas, las mortificaciones, mis privaciones, las circunstancias dolorosas, son como nubes para el alma, que dan tinieblas, pero si el alma hace correr todo en mi Voluntad, Ésta, más que sol las inviste y las convierte en fulgidísimas nubes de luz, de modo que forman el más bello ornamento en el cielo del alma. En mi Voluntad todas las cosas pierden la parte oscura que oprime y parece que hace afrenta a la pobre criatura, y todo sirve para darle luz y adornarla con refulgente belleza y Yo voy repitiendo a todo el Cielo: ‘Miren cuán bella es la hija de mi Voluntad, adornada por estas nubes blancas y fúlgidas; ella se nutre de luz y mi Querer invistiéndola con su luz la convierte en esplendidísima luz”


Fiat Divina Voluntad

Concebidos En Jesús,

En el Vientre Purísimo

De María Santísima

Vol. 29-9 (2-4) Marzo 30, 1931


"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

Jesús nos Revela

"la dureza del corazón humano en el que no entra ningún arrepentimiento, es la negra ingratitud que como monstruo infernal, me sofoca la respiración; y uniéndose todos juntos forman un abismo sin confines de oscuridad, de sofocación, de dolores inauditos…" 6to Exceso 

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 29-9 (2-4) Marzo 30, 1931


“Un corazón duro es capaz de todos los males”


(2)”... Hija buena, no me des este dolor, abandónate entre mis brazos y déjame hacer lo que quiero”. 

(3) Y yo: “Amor mío, perdóname, Tú conoces las luchas en que me encuentro, y en qué humillaciones profundas he sido puesta; si las cosas estuvieran como al principio, ¿cuándo te he rechazado algo? Por eso ten cuidado y piensa ¡oh! Jesús en lo que me haces, y en qué laberinto me pones si me haces caer en los acostumbrados sufrimientos, y si te digo Fiat es tanto el esfuerzo que hago, que me siento morir. ¡Jesús! ¡Jesús! Ayúdame”

(4) Y Jesús: “Hija mía buena, no temas, la humillación es portadora de gloria, al desprecio de las criaturas surge el aprecio divino, y el abandono de ellas es el llamado de la fiel compañía de tu Jesús, por eso déjame hacer. Si tú supieras cómo está armada la Divina Justicia, no te opondrías, más bien me rogarías que te hiciera sufrir para perdonar en parte a tus hermanos, serán devastadas otras regiones y la miseria está a las puertas de las ciudades y de las naciones. Mi corazón siente tales ternuras al ver a qué estado de desolación y de desorden se reducirá la tierra, y esta mi ternura tan sensible por las criaturas viene ofendida por la dureza del corazón humano. ¡Oh! cómo me es intolerable la dureza del corazón humano, mucho más ante el mío que es todo ternura amorosa y bondad hacia ellos. Un corazón duro es capaz de todos los males, y llega a tanto de hacer burla de las penas de otros, y cambia las ternuras de mi corazón para él en dolores y llagas profundas. La prerrogativa más bella de mi corazón es la ternura, todas las fibras, los afectos, los deseos, el amor, los latidos de mi corazón, tienen por principio la ternura, así que mis fibras son tiernas, mis afectos y deseos son ternísimos, mi amor y latidos son tan tiernos, que llegan a derretirme el corazón por ternura, y este amor tierno me hace llegar a amar tanto a las criaturas, que me contento de sufrir Yo, antes que verlos sufrir a ellos; un amor cuando no es tierno es como un alimento sin condimento, como una belleza envejecida que no sabe atraer a ninguno para hacerse amar, y como una flor sin perfume, como un fruto árido sin jugo y dulzura. Un amor duro, sin ternura, es inaceptable y no tendría virtud de hacerse amar por ninguno. Por eso mi corazón sufre tanto al ver la dureza de las criaturas, que llegan a cambiar mis gracias en flagelos”.


Fiat Divina Voluntad

Concebidos En Jesús,

En el Vientre Purísimo

De María Santísima

Vol. 21-15 (1-2) Abril 14, 1927


"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

Jesús nos Revela

mira la oscura prisión en la que estoy, no hay ni un rayo de luz, siempre es noche para Mí

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 21-15 (1-2) Abril 14, 1927


Cómo Nuestro Señor vino a la tierra a sufrir todos los males que había hecho la voluntad humana


(1) Estaba pensando en la Divina Voluntad y el mal del querer humano, y mi amado Jesús todo afligido me ha dicho: 

(2) “Hija mía, todo lo que Yo sufrí en mi Humanidad no fue otra cosa que todo el mal que había producido la voluntad humana a la pobre criatura. Ella formó la prisión, le quitó la libertad de poder espaciarse en su Dios, en los cielos, donde quisiera, la volvió incapaz de hacer el bien, le quitó la luz y la circundó de densas tinieblas. Yo vine sobre la tierra y me encerré en la prisión del seno de mi querida Mamá, y si bien era santa aquella prisión, pero no se puede negar que era la más estrecha y oscura prisión que pudiera existir en el mundo, tanto, que no podía extender ni una mano, ni un pie, ni me era concedido dar ni un paso, ni había espacio para poder abrir los ojos. Todo esto había hecho la voluntad humana a las criaturas, y Yo desde el principio de mi concepción vine a sufrir la pena para abatir la prisión de la voluntad humana y restituirle lo que había perdido. Quise nacer en un establo y sufrir la pobreza más extrema; más que establo había formado el querer humano a las pobres criaturas, mientras que las pasiones habían formado el estiércol en sus almas y soplando más que viento habían quedado ateridas por un frío intenso, hasta influir sobre la naturaleza y quitarle no sólo la felicidad terrenal, sino le hicieron probar el hambre y la pobreza no sólo del alma, sino también la del cuerpo, y Yo quise sufrir el frío, la pobreza extrema, el hedor del estiércol que había en el establo, y viendo dos animales cerca de Mí, tenía el dolor de que el querer humano había convertido casi en bestia nuestra obra más bella, nuestro amado joyel, nuestra amada imagen cual era el pobre hombre. No hubo pena que Yo sufrí que no tuviera su principio en la voluntad humana, y Yo me sujetaba a todo para rehabilitarla de nuevo en el Reino del Fiat Supremo; hasta en mi Pasión quise sufrir el ser despojado en la flagelación y desnudado en la cruz, estirado en modo horrible, tanto que se podían contar mis huesos, entre confusiones, abandonos y amarguras indecibles. Todo esto no era otra cosa que el desahogo del querer humano que lo había despojado de todos los bienes y con su aliento venenoso lo había cubierto de confusión y de oprobios hasta transformarlo en forma horrible y a volverlo objeto de escarnio ante sus enemigos. Hija, si quieres conocer todos los males que ha hecho la voluntad humana, ESTUDIA BIEN MI VIDA, numera una por una mis penas y leerás los caracteres negros de la historia maléfica de la voluntad humana, sentirás tanto horror al leerla, que te contentarás con morir antes que hacer entrar en ti una sola sílaba de ella”. 


Fiat Divina Voluntad

Concebidos En Jesús,

En el Vientre Purísimo

De María Santísima

Vol. 18-17 (1-2) Diciembre 20, 1925


"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

Jesús nos Revela

Yo me deshacía en llanto, le agradecía,  lo compadecía, quería darle un poco de luz con mi amor

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 18-17 (1-2) Diciembre 20, 1925


"No hay lágrima que brote del ojo humano que no haya derramado Yo de mis ojos"


(1) “...En mi real niño había un intenso e infinito amor y un dolor sin término, así que mucho le debieron costar sus lágrimas”. Ahora, mientras esto pensaba, mi dulce Jesús se ha movido en mi interior y me hacía ver su rostro bañado en lágrimas, pero tantas, que una corría tras la otra, hasta bañarle el pecho y las manos, y suspirando me ha dicho: 

(2) “Hija mía, mis lágrimas comenzaron desde el primer instante de mi Concepción en el seno de mi Mamá Celestial y duraron hasta mi último respiro sobre la cruz. La Voluntad de mi Padre Celestial me confió también el trabajo de las lágrimas, y debía derramar tantas de mis ojos por cuantas debían derramar todas las criaturas juntas. Así como concebí todas sus almas en Mí, así debía derramar todas sus lágrimas de mis ojos. Mira entonces cuánto debí llorar: Debí derramar de mis ojos las lágrimas que las criaturas derraman por pasiones, a fin de que las mías apagaran sus pasiones; debí derramar las lágrimas que se necesitan después del pecado, para darles el dolor de haberme ofendido y el convencimiento del mal que han hecho, preparando con mis lágrimas el propósito de no ofenderme más; debí derramar las lágrimas para enternecer a las almas para hacerles comprender las penas de mi Pasión; como también derramé lágrimas abundantes de amor para atraer a las almas a amarme, para captar su simpatía y su corazón todo para Mí; basta decirte que no hay lágrima que brote del ojo humano que no haya derramado Yo de mis ojos. Ninguno supo mis tantas lágrimas, mis tantos llantos ocultos y secretos; cuántas veces aún como tierno niño volaba de la tierra al Cielo, y apoyando mi cabecita sobre las rodillas de mi Padre Celestial lloraba, lloraba y sollozando le decía: ‘Padre mío, mira, he nacido en el mundo a las lágrimas y al dolor, semejante a mis hermanos que nacen a las lágrimas y mueren en el llanto, y Yo amo tanto a estos hermanos, que quiero derramar todas sus lágrimas de mis ojos, no quiero que ni una se me escape, para dar a sus lágrimas, lágrimas de amor, de dolor, de victoria, de santificación y de divinización’.   


Fiat Divina Voluntad

Concebidos En Jesús,

En el Vientre Purísimo

De María Santísima

Vol. 14-1 Febrero 4, 1922


"La concebí en Mí, la fecundé

y la formé"

Jesús nos Revela

¡Qué pena! ¡Oh exceso de mi Amor no correspondido!

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 14-1 Febrero 4, 1922


El amor errante y rechazado da en sollozos de llanto


(1) Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús se hacía ver todo afligido, su respiro era fuego, y estrechándome a Él me a dicho: 

(2) “Hija mía, quiero un refrigerio a mis llamas, quiero desahogar mi amor, pero mi amor es rechazado por las criaturas. Tú debes saber que Yo al crear al hombre, puse fuera de dentro de mi Divinidad, una cantidad de amor que debía servir como vida primaria de las criaturas para enriquecerse, para sostenerse, para fortalecerse, y para ayuda en todas sus necesidades; PERO EL HOMBRE RECHAZA ESTE AMOR, y mi amor va errante desde que fue creado el hombre y gira siempre sin detenerse jamás, y rechazado por uno corre a algún otro para darse, y como es rechazado rompe en llanto, así que la incorrespondencia forma el llanto del amor. Ahora, mientras mi amor va errante y corre para darse, si ve a uno débil, pobre, rompe en llanto y le dice: “¡Ay! si no me hicieras andar errante y me hubieras dado alojo en tu corazón, habrías estado fuerte y nada te faltaría”. Si ve a otro caído en la culpa, rompe en sollozos diciéndole: “¡Ay! si me hubieras dado entrada en tu corazón no habrías caído”. Ante aquél otro que ve arrastrado por las pasiones, ensuciado de tierra, el amor llora y sollozando le repite: “¡Ay! si hubieras tomado mi amor, las pasiones no tendrían vida en ti, la tierra no te tocaría, mi amor te bastaría para todo”. Así que en cada mal del hombre, pequeño o grande, él tiene un sollozo y continúa yendo errante para darse al hombre, y cuando en el huerto de Getsemaní se presentaron todos los pecados delante de mi Humanidad, cada culpa tenía un sollozo de mi amor, y todas las penas de mi Pasión, cada golpe de flagelo, cada espina, cada llaga, eran acompañados por el sollozo de mi amor, porque si el hombre me hubiera amado, ningún mal le podía venir; la falta de amor ha germinado todos los males y también mis mismas penas.

(3) Yo, al crear al hombre hice como un rey, que queriendo hacer feliz su reino toma un millón y lo pone a disposición de todos, para que quien quiera tome, pero a pesar de que está a disposición de todos, sólo alguno toma algunos centavos. Ahora, el rey está ansioso de saber si los pueblos toman el bien que les quiere dar, y pregunta si su millón se ha agotado para poner otros millones, y le viene respondido: “Majestad, apenas algún centavo”. El rey siente dolor al oír que su pueblo no recibe sus dones ni los aprecia. Entonces, saliendo en medio de sus súbditos empieza a ver, a quién cubierto de harapos, a quién enfermo, a quién en ayunas, a quién temblando de frío, a quién sin techo, y el rey en su dolor rompe en llantos y sollozos y dice: “¡Ah!, si hubieran tomado de mi dinero no vería a ninguno que me haga deshonor cubiertos con harapos, sino bien vestidos; no vería enfermos sino sanos; no vería a ninguno en ayunas y casi muerto de hambre, sino satisfechos; si hubieran tomado mi dinero ninguno estaría sin techo,habrían podido muy bien construirse una casa para abrigarse”. En suma, en cada desventura que ve en su reino él tiene un dolor, una lágrima, y llora sobre el millón que la ingratitud del pueblo le rechaza. Pero es tanta la bondad de este rey, que a pesar de tanta ingratitud no retira ese millón, continúa dejándolo a disposición de todos, esperando que otras generaciones puedan tomar el bien que los otros han rechazado, y así recibir la gloria del bien que ha hecho a su reino. Así hago Yo, mi amor que he sacado no lo retiraré, continuará yendo errante, su sollozo durará aún, hasta que encuentre almas que tomen de este mi amor hasta el último centavo, a fin de que cese mi llanto y pueda recibir la gloria de la dote del amor que he puesto fuera para bien de las criaturas. ¿Pero sabes tú quienes serán las afortunadas que harán cesar el llanto al amor? Las almas que vivirán en mi Querer, ellas tomarán todo el amor rechazado por las otras generaciones, con la potencia de mi Voluntad creadora lo multiplicarán cuanto quieran y por cuantas criaturas me lo han rechazado, y entonces cesará su sollozo, y en su lugar entrará la sonrisa de la alegría, y el amor satisfecho dará a esas afortunadas todos los bienes, y la felicidad que las demás no han querido”.


Fiat Divina Voluntad

Libro de Cielo Vol. 35-29 (1-2)

"Si tú no me escuchas Yo no puedo dártelo, y me haces quedar con el don suspendido en mis manos, y en actitud de llamarte siempre, no cesaré de llamarte hasta en tanto no te vea poseedora de mi don".


Fiat Divina Voluntad