15 de Agosto

Fiesta En Honor

A Tu Voluntad Divina


"La Fiesta de la Asunción

se debería llamar

La Fiesta de la Divina Voluntad"

"Es mi Voluntad la que más que todo fue y es festejada en el día de la Asunción al Cielo de mi Madre Santísima"

"la verdadera causa de esta fiesta es la Voluntad Eterna obrante y cumplida en mi Mamá Celestial" (Vol. 18-2)

"La Maternidad de la Reina del Cielo"



Promesa Divina


De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Libro de Cielo Vol. 36, cap. 46 (7)


"Yo cederé mi puesto en su corazón materno a quien viva en mi Querer; Ella los hará crecer, guiará sus pasos, los esconderá en su Maternidad y santidad, en todos sus actos se verá impreso su amor materno y su santidad, serán verdaderos hijos suyos" 



Padre Celestial, Majestad Altísima, es mi mayor deseo vivir en Tu Divina Voluntad, pronunciando mi Fiat!

para cada día


En este año, haremos como oración inicial y final de preparación para cada día, dos fórmulas de Consagración, a fin de tener varios días de meditación interior de las Palabras con las que nos hemos de Consagrar el 15 de agosto.  Son de beneficio para nuestra alma porque normalmente las decimos un día, el día de la Consagración, y ahora buscamos es sellarlas en nuestra alma, para que de el Fruto Querido en nuestra vivencia Divina.

Oración Inicial

Fórmula de Consagración


"Solemne Consagración de mi voluntad a mi Mamá Celestial"


Pronunciemos y hagamos vida, de las siguientes partes como fórmula de Consagración


Ofrecimiento de la voluntad humana a la Reina celestial

Sigue el texto del anterior video.

Fórmula de Consagración: Ofrecimiento de mi voluntad 



Ofrecimiento de la voluntad humana a la Reina celestial


  Mamá dulcísima, heme aquí ante los pies de vuestro trono postrada, soy tu pequeña hija que quiero darte todo mi amor filial, y como hija tuya quiero entrelazar todas las florecitas, todas las jaculatorias, mis promesas que tantas veces he hecho en este mes de gracias, de no hacer jamás mi voluntad, y formando corona quiero ponerla en tu seno como testimonio de amor, de agradecimiento a mi Mamá. Pero eso no basta, quiero que la tomes entre tus manos como señal de que aceptas mi don, y el toque de tus dedos maternos me la convierta en tantos soles, al menos por cuantas veces he tratado de hacer la Voluntad Divina en mis pequeños actos. ¡Ah! sí Madre Reina, tu hija quiere darte los homenajes de luz y de soles fulgidísimos, sé que Tú tienes muchos de estos soles, pero no son los soles de tu hija, en cambio yo quiero darte los míos, para decirte que te amo y para comprometerte a amarme.

  Mamá Santa, Tú me sonríes y con toda bondad aceptas mi regalo, y yo te agradezco de corazón, pero quiero decirte tantas cosas, quiero encerrar en tu corazón materno mis penas, mis temores, mis debilidades, todo mi ser como lugar de refugio, quiero consagrarte mi voluntad. ¡Ah! Mamá mía, acéptala, haz un triunfo de la gracia y un campo donde la Divina Voluntad extienda su reino. Esta mi voluntad a ti consagrada nos volverá inseparables y nos tendrá en continua relación, las puertas del Cielo no se cerrarán para mí, porque habiéndote consagrado mi voluntad, a cambio me darás la tuya, así que, o la Mamá vendrá a estarse con su hija en la tierra, o la hija irá a vivir con su Mamá en el Cielo, ¡oh! cómo seré feliz.

  Escucha Mamá queridísima, para hacer más solemne la consagración de mi voluntad a ti, llamo a la Trinidad Sacrosanta, a todos los ángeles, a todos los santos, y ante todos protesto, y con juramento, el hacer solemne consagración de mi voluntad a mi Mamá celestial.

   Y ahora Soberana Reina, para concluir te pido tu santa bendición para mí y para todos, tu bendición sea celestial rocío que descienda sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, descienda sobre el mundo entero y lo cambie al bien, descienda sobre las almas del purgatorio y apague el fuego que las quema, tu bendición materna sea prenda de salvación a todas las almas.  

Amén.


Nihil obstat Mons. Giuseppe Asciano,Canciller arzobispal, arquidiócesis de Trani24 de septiembre de 1997

#3 Lección Divina: Vol. 24-35 (3-4)

María, Portento de Gracias y Gloria

"Ella en virtud de Él, en la tierra fue un portento de gracias para Sí y para toda la familia humana, y es portento de gloria en la patria celestial"



De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 24-35 (3-4)  Agosto 15, 1928

Portento de Gracias para la tierra

Portento de Gloria en la Patria Celestial



 

"... estaba pensando y acompañando a la Soberana Reina cuando fue asunta al Cielo, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior, como ensalzando a su Madre Celeste me ha dicho:

“Hija mía, la gloria de la Mamá en el Cielo es insuperable, ningún otro en las regiones celestiales posee mares de gracia, de luz, mares de belleza y de santidad, mares de potencia, de ciencia y de amor, y mucho más, pues estos mares los posee en el mar interminable de su Creador, los otros habitantes de la bienaventurada patria a lo más poseen, quién los pequeños ríos, quién las gotitas, quién las fuentecitas, sólo Ella es la única, porque fue la única que hizo vida en el Fiat Divino, jamás tuvo lugar en Ella el querer humano, su vida fue toda de Voluntad Divina y en virtud de Ella concentró en Sí a todas las criaturas, concibiéndolas en su materno corazón y bilocando tantas veces a su Hijo Jesús para darlo a cada una de las criaturas que había concebido en su virginal corazón, por eso su Maternidad es extendida a todos, todos pueden presumir y decir: 

‘La Madre de Jesús es mi Madre, y esta Madre tan dulce, amable, amante, nos da a cada uno a su Hijo amado como prenda de su amor materno’.  


Sólo mi Voluntad podía darle esta virtud de concebir a todas las criaturas como hijos suyos y de multiplicar tantas veces a su Jesús por cuantos hijos tenía.  

Ahora en el Cielo la Madre Soberana poseyendo sus mares, no hace otra cosa que elevar olas altísimas de luz, de santidad, de amor, etc., y las descarga sobre el trono del Ente Supremo, el cual para no dejarse vencer por el amor de Ella, de debajo los mares de la Virgen Reina, donde tiene el suyo más extenso, más profundo, forma sus olas más altas y las vierte sobre Ella, y Ella prepara las otras, y Dios las otras, de modo que todo el empíreo queda anegado por estas olas de luz, de bellezas, de amor y similares, tanto, que todos toman parte y gozan, y viendo que ellos, es decir los bienaventurados, no pueden formar estas olas porque no poseen mares, comprenden que su Madre y Reina, si todo esto posee, es porque formó su vida y santidad en la Voluntad Divina, así que los santos, en la Virgen conocen qué significa Santidad de Querer Divino en la criatura, y por eso suspiran a otras criaturas que lleven estos mares a la patria celestial, para ver formar otras olas encantadoras y para su mayor gozo.  

La tierra no conoce aún la santidad en mi Voluntad, y por eso amo tanto el hacerla conocer, pero al Cielo le es bien conocida porque está la Reina Soberana, que con sólo verla se hace reveladora de la santidad de mi Fiat, así que Ella en virtud de Él, en la tierra fue un portento de gracias para Sí y para toda la familia humana, y es portento de gloria en la patria celestial, ninguna otra criatura se puede decir similar a Ella”.

Fiat Divina Voluntad

Oración Final

Consagración Eterna en la Divina Voluntad

Consagración Eterna en La Divina Voluntad 

Demos Gracias a Dios 

     Oh Voluntad Divina y Adorable, heme aquí ante la inmensidad de tu Luz, para que tu Eterna Bondad me abra las puertas y me haga entrar en Ella, para formar mi vida toda en Ti, Voluntad Divina.

     Así pues, postrado ante tu Luz, yo, el más pequeño entre todas las criaturas, entro, oh Adorable Voluntad, en el pequeño grupo de los hijos de tu “FIAT” Supremo.

      Postrado en mi nada, invoco y suplico a tu Luz que me revista y eclipse todo lo que no Te pertenece, de modo que ya no mire, ni comprenda, ni viva, sino en Ti, Voluntad Divina.

      Esta será, pues, mi vida, el centro de mi inteligencia, la raptora de mi corazón y de todo mi ser. En mi corazón no quiero que tenga más vida el querer humano; lo arrojaré afuera de mí y así formaré el nuevo Edén de paz, de felicidad y de amor.

     Con Ella seré siempre feliz, y tendré una fuerza única y una Santidad que todo santifica y conduce a Dios.

      Aquí postrado, invoco la ayuda de la Sacrosanta Trinidad para que me admita a vivir en el claustro de la Divina Voluntad, y así regrese en mí aquel Orden primero de la Creación, tal y como fue creada la criatura.

    Madre del Cielo, Soberana y Reina del “FIAT” Divino, tómame de la mano e introdúceme en la Luz del Divino Querer. Tú serás mi guía, mi dulcísima Madre, y me enseñarás a vivir y a mantenerme en el orden y en el recinto de la Divina Voluntad. Soberana Celestial, a tu Corazón confío todo mi ser. Tú me enseñarás la Doctrina de la Divina Voluntad y yo pondré toda mi atención en escucharte. Extenderás tu manto sobre mí, para que la serpiente infernal no se atreva a penetrar en este sagrado Edén para seducirme y hacerme caer en el laberinto del querer humano.

   Corazón de mi Sumo Bien Jesús, Tú me darás tus llamas para que me incendien, me consuman y me alimenten, para formar en mí la Vida del Supremo Querer.

       San José, tú serás mi protector, el custodio de mi corazón, y tendrás las llaves de mi querer en tus manos. Celosamente custodiarás mi corazón y nunca más me lo darás, para estar así seguro de no salirme jamás de la Voluntad de Dios.

     Ángel custodio mío, guárdame, defiéndeme, ayúdame en todo, para que mi vida sea llamada que atraiga a todos al Reino de la Divina Voluntad.

       Corte del Cielo toda, dame tu ayuda, y yo viviré para siempre en la Voluntad Divina.


Amén