El presidente Santos, economista, recibió un país en total crisis económica, social, psicología, política, administrativa, totalmente inestable e inseguro, en guerra y lo primero que hace es instaurar un sistema fiscal agresivo, con elevadísimas tasas impositivas y con un monstruo como la DIAN que con temple de león hambriento persigue hasta a los más pobres para cobrarles por su miseria.
A esto se suma el horrendo sistema financiero, cuyos bancos literalmente se han convertido en un verdadero raponero de los pobres ahorradores y las famosas Cámaras de Comercio que ofrecen una inmensa e interminable telaraña de trámites para la inversión.
Realmente si no fuera por el narcotráfico y la explotación petrolera, Colombia ya habría muerto de hambre, con nuestras impropias políticas gubernamentales, que siempre nos han propiciado, una cosa es Harvard y otra Colombia.
De esta manera es apenas obvio que se produzca la fuga de capitales y en estos momentos cualquier país del mundo puede convertirse en paraíso fiscal para los pocos adinerados que hay en Colombia.
Los efectos de la horrenda maldad que nos brindó nuestro Padre de la patria Álvaro Uribe, hoy le sirve, a través de las críticas y la provocación y rompimiento de la diplomacia con los demás países, para ganar aplausos y obtener una minúscula recuperación de la merecida impopularidad que disfruta; tildando a Panamá de paraíso fiscal y presuntamente enviando mercenarios a que asesinen los políticos de Venezuela ubicando a nuestro país entre dos peligrosísimos fuegos.
Y desde luego este tipo de perversión es lo que agrada y desean los mercenarios Uribistas, sin medir consecuencias, ni pensar siquiera en sus propias progenitoras.
HUMBERTO GONZALEZ PESCA
Economista-Politólogo.