RUTINA

Los estados han convertido a la vida en una rutina; que atormenta, cansa, envejece y mata; siempre tenemos que aceptar y convivir con los gustos y los intereses de los demás; cuyo efecto son problemas y más problemas.

Nacer, crecer, reproducir y morir; los mismos días; lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado, domingo; las mismas horas; seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, una, dos, tres, cuatro, cinco; los mismos meses; enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre, diciembre; las mismas fiestas; semana santa, in dependencia, navidad, cumpleaños, madre, padre, san, san, san; año tras año mil ochocientos, mil novecientos, dos mil…

Madrugar, levantarse, bañarse, trabajar, estudiar kínder, primaria, secundaria si se puede universidad, los mejores e inolvidables años y ocupación de toda persona, o no hacer nada, comer y dormir todos los días.

Pobres y ricos los de arriba los de abajo, indigentes, drogadictos, buscar trabajo en vano, desmotivación, irresponsabilidad, incertidumbre, stress, injusticias, prohibiciones, mezquindad, represión, impuestos, más impuestos, pecados y más pecados, engaños y desengaños y frustraciones, nostalgias, arrepentimientos de haber o no haber hecho muchas cosas y debido a esta consumismo, consumismo y más consumismo, limites, fronteras, dinero, dinero, sin dinero no se puede hacer nada, discriminación, clasismo, formalismo, formalismo y más formalismo, hipocresía, ato-rancia, ato-rancia ¿para qué? Si todos tenemos que morir.

En Colombia ver los noticieros de televisión más largos, mentirosos y repetidos del mundo, sobre violaciones, robos o atracos, asesinatos, accidentes, politiquería con héroes a la cabeza o las novelas más largas, cursis, lavadoras de cerebros y repetidas, narco-parapolítica, hasta la saciedad, hasta las náuseas.

Las películas siempre son las mismas, con diferentes nombres y personajes, con lujosísimos escenarios, para demostrar que el sistema es maravilloso, en ellas prácticamente nunca le dan cabida a los pobres ni a los tugurios, ni a los perritos chandosos de la calle y siempre después de ingentes y peligrosísimas luchas y batallas en que los ganadores demuestran su valentía de verdaderos guerreros, siempre ganan los buenos y por lo general el gran actor besa a la mujer más linda, igual ocurre con las novelas.

Deberían hacer una vez que otra que ganaran los malos para mirar como celebran el triunfo y como son los malos en el poder, a lo mejor son más buenos que los buenos o miraríamos que tan buenos son realmente los buenos.

Encarnizada lucha por el poder con narco- parapolítica, guerrilla e Innumerables y sanguinarias guerras por todo el mundo; en las que siempre los que ganan son los buenos y los que pierden los malos y no exactamente por el hecho de haber perdido sino por su actuación y perversidad, “gracias a los buenos que siempre ganan o si no ya nos hubiera comido el demonio y estaríamos en el infierno”, dicen los dueños del poder.

Las misas con los mismos repertorios de hace infinidad de siglos, el bien y el mal; el cielo y el infierno; mezquindad y prohibición; amenazas, terror; Dios y el Demonio y su lucha por el poder y nunca gana ninguno de los dos; el regreso del Señor para premiar a los buenos y fundir a los malos en el infierno y nunca llega; arrodillarse, obedecer y poner la otra mejilla, porque en el cielo hay desquite.

Los maestros con personalidades y métodos de enseñanza que introdujeron los españoles en el descubrimiento.

Los mismos políticos con el mismo discurso del primer candidato que hubo haciendo campaña, con otras palabras; destrozando a sus adversarios con el desprestigio, auto-ponderándose, como dioses y brindando las ilusiones más ilusas del mundo a los embrutecidos y amnésicos seguidores.

Un estado jactancioso, desafiante y muy enriquecido de corrupción; con una sociedad complaciente admiradora, protectora y fortaleciente del mismo, y cuyo comportamiento de ésta, es el resultado de modelos extraídas y aprendidos del ejemplo del mismo estado o incluso obligado por éste, como, la lucha y rapiña encarnizada entre unos y otros, la depredación, chisme, calumnia, mentiras, hedonismo, egoísmo, envidia, guerra, mezquindad.

Servicio militar en que enseñan a los jóvenes a odiarse y a matarse unos a otros por la patria y la patria son los políticos, los dueños del poder.

Realmente no existe igualdad, derechos, paz y libertad, los estados, han convertido al planeta tierra en una imaginaria caja perfectamente blindada para aprisionar a la humanidad, manteniéndola en una permanente rutina; como el rebaño que está pastoreado, con todas las herramientas con que cuenta dicho estado, educación formal, leyes, religión, fuerzas armadas y dinero y lo hace por su carácter naturalmente conservador, que le implica el mito de mantener el poder.

La acumulación durante tantos siglos de rutina hace que la humanidad nazca vieja y cansada y busque fuentes de desahogo, como drogadicción, alcoholismo, criminalidad, prostitución, homosexualismo, rebeldía y muchísimos terminan en la locura; sin embargo todo se atribuye, al destino, la suerte, castigo o prueba del señor, a la incomprensión y falta de afecto y de educación dentro de la familia; más no a la represión, explotación y aprisionamiento que han hecho los estados de la innocua e indefensa humanidad.

Es permisible afirmar, que por lo menos el 80% de las enfermedades sicológicas, biológicas, sicosomáticas y muertes son producidas directa o indirectamente por las actuaciones y naturaleza misma del estado, sin importar el sistema que esté reinando.

Sin embargo estamos tan acostumbrados a la rutina, que no podemos identificarla y resulta inconcebible que el mundo fuera de otra manera, la defendemos, y también la ejercemos y hasta reprochamos fuertemente a quien diga lo contrario.

HUMBERTO GONZALEZ PESCA

Economista-Politólogo