MAFIOCRACIA

En los mentideros políticos no es raro escuchar decir que “las mafias todo lo tienen, todo lo quieren y todo lo pueden” y cuando alguien surge exuberantemente de la noche a la mañana, dicen seguramente se metió a la mafia o se volvió mafioso o parece un mafioso.

Los permanentes e insólitos escándalos provenientes del seno de los mismos gobiernos y difundidos por los medios, nos dan a entender, que las grandes mafias nacionales e internacionales, convirtieron la política, en un gran número de países y especialmente en el nuestro, en su potente fortín económico y facilitadora y encubridora de sus reprochables actividades; causando incalculables daños a la humanidad, durante muchos años.

El político corrupto esta presto a someterse plenamente a ellos, con tal de salir elegido y cumplir con el sueño dorado del exuberante enriquecimiento y poderío, satisfaciendo plenamente los aberrantes instintos de los capos; muchas veces los elegidos son los mismos capos o miembros activos de sus cúpulas, simulando ser carismáticos, benefactores del pueblo; para conseguir el lavado de activos y de imagen, el supra enriquecimiento ilícito y el total dominio del área por la vía de la “legitimidad”.

Este sistema se volvió tan común, que el pueblo colombiano estaba acostumbrado a él, e inconscientemente, se aceptaba que ya no era una lucha de partidos, si no de mafias narcotraficantes y/o grupos armados al margen de la ley, en que ganaba la más poderosa; apareciendo la imposición de candidatos y de ganadores, por la vía armada, convirtiéndose las elecciones en un simple simulacro, con la aceptación rotunda del fraude electoral.

A esto no se le puede denominar democracia, en alguna oportunidad en el orden nacional apareció la figura de narcocracia, pero limitaba a sus participantes, siendo mejor mafiocracia o delincocracia o sea gobierno de la delincuencia.

Obviamente este fenómeno implica que no han gobernado realmente los elegidos y mucho menos los mejores, por el contrario los más corruptos y despiadados con los pueblos.

Las principales características de las campañas de un candidato de la mafia son la exagerada cantidad de dinero y montajes; por donde van despliegan grandes caravanas de vehículos finos repletos de acompañantes, lagartos y guardaespaldas, con el fin de humillar al pueblo que queda perplejo y a los candidatos que honestamente hacen su proselitismo y para aparentar que poseen muchísimos seguidores; montan directorios con oficinas ultramodernas en todas partes, establecen grandes redes de colaboradores a sueldo y pagan grandes cantidades de dinero y compromisos a los encargados del fraude; efectúan modernísimos despliegues publicitarios y muy seguramente sobornan a cuanta institución y funcionario puedan.

Siempre inventan amenazas contra su integridad y hasta realizan auto atentados para convertirse en mártires y darse mucha importancia, con sus asesores de confianza difunden que ellos si hacen un buen gobierno, porque tienen mucha plata y no necesitan robar, insinuando que los demás si lo harían.

Una vez “nombrados” comienzan las acusaciones demandas e inconformismos de las comunidades y demás políticos y lógicamente la correspondiente defensa, solamente que ahora se hace con el mismo dinero del estado, para pagos de abogados y sobornos; por eso son muy pocos ejecutivos condenados en todo el país y ha sucedido más por error de procedimientos de los mismos políticos que por ejercicio de la justicia, o por pertenecer a grupos de oposición y deslealtad al gobierno central.

Esta magistrales maniobras han costado muchísimo al pueblo colombiano, una sanguinaria e interminable guerra, desangre económico y crisis, cinturones de miseria y desempleo, ilimitado ensanchamiento de la corrupción, la violencia, la maldad y la injusticia; comunidades abandonadas y humilladas por los supra poderosos, reformismos personificados para poder cometer con mayor facilidad los delitos y fundirlos en la impunidad y para perpetrar el poder a través de la reelección y/o colocando a sus apóstoles a la derecha del padre y una clase dominante con vida paradisiaca que desconoce en absoluto la realidad de los colombianos y por ende le importa poco los sublimes quejidos que apenas alcanzan a percibir a través de los medios, considerándolos quizás como películas de ultranza y cuando realizaban concejos comunitarios tal vez los considerarían como típicos recibimientos para un rey; y una pésima imagen de todos los colombianos en el exterior.

Si usted es una persona honesta, pensante, inteligente, científica y con muy buenas intensiones para con sus semejante es muy aconsejable que no incursione en la política, porque las personas virtuosas jamás lograran una curul y van a atravesar por una selva de saetas y peligros en que finalmente los malos lo hacen ver ante el mundo como el más pervertido y ellos como los más buenos, puros y dignos; pues la verdad allí es mentira y la mentira es verdad , la maldad es buena y lo bueno es maldad; es decir es irracional ser racional donde reina la irracionalidad y la perversión.

HUMBERTO GONZALEZ PESCA

Economista- politólogo

Marzo de 2009.