GUACAS O CALETAS

Hace bastante tiempo, el sueño dorado de muchos era enguacarse y las guacas eran oro puro enterrado, en polvo, lingotes, figuras, morrocotas, etc o plata y tuvo tanta trascendencia que se tornó, fabuloso y fascinante, creando grandes mitos y leyendas.

Donde había un entierro, de noche aparecían luces, a cualquier hora se veían animales raros, como, perros, arañas gigantes doradas, aves solitarias, araguatos, culebras que parecían de oro, gallinas con artos pollitos amarillitos, ancianos, una linda mujer peinando su dorada cabellera o hermosos niños, que de un momento a otro desaparecían y hasta habían matas, denominadas del entierro, donde según quienes las conocían, cuando alguien entraba a ellas llovía, o surgían ruidos extraños y causantes de miedo, etc.

Cuando alguien encontraba un entierro, se le podía ir de las manos, profundizándose más en la tierra o cambiando de lugar; debido a que era una mala persona o en el momento de desenterrarlo pensaba con muchas ambiciones egoístas o sencillamente por que el tesoro estaba muy protegido por los dueños, quienes lo habían enterrado.

Muchas veces hacían conjuros y pactos con el diablo, y el mejor día para tener éxito era el viernes santo a las doce de la noche; cuando encontraban al personaje que lo cuidaba, por ejemplo, un raro niño sentado que siempre lloraba, la persona debía quitarse los interiores y con todo el cuidado colocarlos al revés sobre la cabeza del niño y esperar bastante tiempo retirado del lugar; al regresar el tesoro estaba sobre la superficie de la tierra.

Al sacar un tesoro debían destaparlo con sumo cuidado, y echarle artos orines, con sal, limón y alcohol; Muchas personas supuestamente murieron, enloquecieron o quedaron torcidos la cara o el cuerpo, por recibir directamente el vapor, al destapar la vasija, donde se encontraba el oro o por efecto de los espíritus que lo protegían.

Estos tesoros fueron enterrados por sus dueños para protegerlos de los robos y con el tiempo muchos olvidaron el lugar exacto donde los dejaron o que por lo general murieron, quedando la guaca en el abandono bajo tierra; indudablemente han sido muchas las personas que han logrado enriquecerse con entierros.

Sin embargo después de ser tan común el tema de los entierros, con el tiempo han venido desapareciendo, su búsqueda, creencia y comentarios, tal vez por que ahora quedaran muy pocos o por que mucho de lo que se decía era simple mito, no obstante surge una nueva modalidad, las caletas del delito.

Ahora se escucha de la existencia de muchísimas caletas y no de miles de millones, sino de muchas canecas gigantes, repletas de billetes de la mayor denominación, incluso de dólares, producto de la desgarradora delincuencia, de la guerrilla y especialmente de los paramilitares; por la vacuna, extorción, chantaje, robo a mano armada, asesinato, destierro, expropiación, narcotráfico; amasando inimaginables fortunas que tuvieron que enterrar por la desconfianza que tenían entre ellos mismos y hacia las fuerzas armadas y la misma auto culpabilidad por el atroz método de consecución; se dice que los llanos orientales están inundados en caletas.

Indudablemente, estos dineros además del sistema de caletas, también tienen otras modalidades, testaferros, muchos de los cuales quedaron súper-riquísimos, al morir sus jefes paramilitares; inmensas inversiones en lujosísimos y costosos edificios, grandes fincas, hoteles, fábricas, cadenas de supermercados y almacenes, empresas de transporte, bombas de gasolina, etc. Para realizar el perfecto lavado, ante el estado y ante la sociedad.

Estos entierros igual están abrigando los mismos mitos que los tesoros y hay personas que han dedicado su vida y sus propios recursos para la búsqueda de caletas, sin resultados; pagan equipos y brujos que obtienen bonanzas, cobrando gruesas sumas de dinero, supuestamente para ubicarlos y proteger a sus buscadores.

Otros disque han encontrado las canecas de la fortuna, pero con el dinero totalmente descompuesto, hecho pedacitos; el secreto, dicen, está en la forma de destapar las canecas, es con pequeños agujeros para que el gas, allí contenido vaya saliendo muy lentamente; cuando se destapa en forma brusca y total el dinero se despedaza.

Obviamente deben existir muchas personas, además de los testaferros, que han obtenido total éxito con la búsqueda de caletas, como también muchos habrán perdido hasta la vida, por que es una actividad muy peligrosa, en que además de los “espíritus” que son mucho más bravos y agresivos que los de los tesoros, por que son de matones o los verdaderos dueños del dinero, posiblemente han muerto bárbaramente por ese, aparecen frecuentemente individuos del grupo o grupos que los enterraron tratando de ubicarlos.

A raíz de éste juego con el dinero, aparecen interrogantes, sobre cómo manejará el Banco de la República la contabilidad del circulante y que tanta credibilidad pueden tener los índices e indicadores, emitidos por el mismo al respecto y que tanta dignidad y firmeza pueden tener el dinero y los grandes ricos de nuestro país; ¿será por eso que en otras partes del mundo miran a los Colombianos con miedo, rabia y total rechazo?.

HUMBERTO GONZALEZ PESCA

Economista-Politólogo