PROCESO DE PAZ

Para llevar a cabo un proceso de paz, indudablemente se requiere un minucioso análisis retrospectivo, sobre la estabilidad del país en toda su historia, sus factores, tendencias y situación actual; para encontrar las verdaderas raíces del problema y luego establecer las posibles alternativas y propuestas de negociación.

En el caso Colombiano, desde la independencia, sin especular demasiado, es permisible afirmar que el sector político, ha convertido a la guerra, en un elemento indispensable para manejar el poder, bien sea para conseguirlo, mantenerlo o ensancharlo; generando a su vez la cultura guerrerista por antonomasia.

Sin embargo ésta concepción política parece que está invertida en la percepción y tratamiento que siempre se ha dado, buscando confundir causa con efecto, pues a decir verdad, como todas las guerras del mundo, es el factor económico la verdadera causa; se ha demostrado por su regionalización y coyunturas; las bananeras, el caucho, esmeraldas, el Bogotazo, narcotráfico, el petróleo, etc.

por el contrario se ha utilizado la fachada política para darle facilidad al manejo de la guerra, y con ésta el apoderamiento de la riqueza; hasta el punto de ofrecer una “ideología” muy incoherente teóricamente y con mayor razón en la práctica; convirtiendo justamente a la política en la principal estrategia de guerra con ambiciones de riqueza.

Éstas causas, y por el mismo hecho de ser Colombia un país extraordinariamente rico, han sido los abortivos del éxito de la famosa revolución socialista, convirtiendo a las guerrillas en entes amañados y burgueses por excelencia; paradójicamente antípodas de sus propias ideologías, que de hecho siempre han pasado a un segundo plano; lo importante es la fortuna para sus máximos dirigente; tan cierto y tan increíble resulta ver alianzas entre individuos del paramilitarismo y guerrilla o de políticos que en sus campañas prometen exterminar a los guerrilleros, quienes supuestamente han ayudado a subir a muchos mandatarios a la curul presidencial.

En el caso que nos aqueja, los principales actores, guerrilla y paramilitares, supuestamente fueron grupos creados por personas que posteriormente fueron presidentes de la república, el primero ya fallecido y el segundo muy conocido por todos, cada uno lo utilizó, para subir a la presidencia y desde allí controlar y apoderarse de la economía.

Una guerra con más de sesenta años cuya ideología se ha materializado en injusticia, fuego, sangre, ilimitada corrupción, falsos procesos de paz, desprestigio en el exterior y unos poquitos enriquecidos hasta la saciedad, fruto del negocio con ésta en todas sus facetas.

Son dos grupos aparentemente opuestos, aunque con el mismo propósito, el poder; la guerrilla desde la clandestinidad el paramilitarismo con oficialismo tácito, se ubicaba en los lugares más céntricos y ricos tanto así que tenían el lema “donde hay paramilitares hay riqueza y desarrollo” sus actos igual o peor de perversos y lo más grave apoyados y protegidos por el gobierno.

El tratamiento dado por los diferentes mandatarios, a los procesos de paz, por lo general ha sido un simple simulacro, utilizado como fuente de enriquecimiento; el pasado gobierno, debido a su franca oposición entre el grupo creado por él y la guerrilla, se caracterizó por darle pleno auge a la guerra, éste método es el mejor negocio, porque permite invertir infinidad de recursos sin ningún control, se consigue el botín, y se crea un escenario espectacular de terrorismo, que obliga a un total sometimiento al pueblo, permitiendo ejercer el autoritarismo en pleno.

Por eso frente a los procesos de paz, con justa razón el pueblo Colombiano es totalmente escéptico; no obstante en las circunstancias actuales existen muchos factores favorables; definitivamente la nación posee un insuperable anhelo de paz por la vía de la paz, y el mundo entero rechaza y repudia totalmente a la guerra, obligando a los políticos beligerantes a ceder terreno, de tal manera que los países que han apoyado la guerra en el nuestro, tanto los liderados por los EU, como el bloque socialista, han bajado la guardia, por el mismo desgaste que ésta les ha dado, y de hecho la guerrilla ha entendido que la mejor salida es ponerle fin a su actividad de barbarie, y lo más importante tenemos un presidente que asimiló perfectamente éste avance, buscando la paz por la vía del dialogo, el entendimiento y la concertación, incluso con nuestros países vecinos; desapareciendo esa terrorífica, escalofriante y peligrosísima guerra fría que había desatado el anterior mandatario contra ellos.

Sin embargo no hay que desconocer ni mucho menos confiarse, de las grandes dificultades que ofrecen los factores y enemigos de la paz; a todos aquellos políticos que están acostumbrados a ser elegidos y a ejercer a su antojo y sin mayor esfuerzo; con el patrocinio o utilización de los paramilitares, hoy Bacrim, obviamente no les conviene que el país encuentre sosiego, porque quedan en la orfandad y se les acaban los tres huevitos de oro, guerra, riqueza y poder, de ahí que su máximo líder en plena campaña no ha hecho más que atacar el proceso, activar brutalmente las Bacrin para agravar la inseguridad ciudadana y fastidiar a los países vecinos, para darle aun mayor desestabilidad; generando odio e incertidumbre; convencido que es una buena estrategia para su elección al congreso, haciéndose ver como indispensable.

Además negociar con personas que han vivido en un mundo, sin más ley que la fuerza de los cañones; seguramente la diplomacia y el diálogo serán como juego de niños; igualmente dentro de ellos mismos no dejan de existir los disidentes.

Así mismo y con razón aparece la gran afronta, aunque pasiva, dentro de la sociedad al existir injusticia, después de tanta crueldad llegan a obtener tantos privilegios; sin embargo los mayores los han recibido los paramilitares, con su famoso arrepentimiento reparación perdón y olvido y luego a ubicarlos en los mejores cargos, capacitaciones, plante para empresas, legalización del botín en lujosas inversiones, etc, etc a quienes incluso su máximo jefe les cambio su denominación por Bacrim, para confundir a la sociedad y poder continuar en su actividad guerrerista, y eludir a la ley y no ser juzgados por grandes delitos sino por pandillaje, evadir la extradición y si les dan prisión por tan horrendos delitos, no pasan de dos o tres años, mientras si una madre le da una bofetada a su hijo para corregirlo le salen catorce años de prisión y el total escarnios rechazo y señalamiento por todos los medios y la LEY y en las altas curules del estado siguen ejerciendo sus jefes y continúan orondos en campaña.

Lo importante y trascendental es que en este momento no interesan los costos económicos y sociales que pueda tener el proceso; siempre y cuando se haga una realidad; para lo cual se requiere apoyo definitivo, por el bien nuestro y de nuestras futuras generaciones, porque un solo hombre jamás es capaz de hacer grandes cosas, tienen que haber muchos más a su alrededor que lo apoyan y no olvidar que la guerra le ha causado incalculables e irreparables perdidas y daños a nuestro país; con el dinero gastado y perdido en la guerra, Colombia sería una potencia mundial y no habría pobreza.

HUMBERTO GONZALEZ PESCA

Economista-Politólogo