PARADIGMA DE PIRAMIDE

Indudablemente la pirámide más gigantesca y pervertida es el estado; permanente, obligante y amparada por la legalidad; cuyo único objetivo es el “infinito” enchansamiento de las riquezas y del poder de los “elegidos”.

Esta pirámide cotidianamente le rapa el pan de la boca al pueblo, a través de los impuestos y otras figuras, para revertírselo en represión y en más impuestos e incluso con la misma guerra, si así lo desean, enfrentándolo a muerte entre sí o con los pueblos de otros países.

Dentro de esta inmensa pirámide existen otras de menor dimensión, no menos nocivas e indeseables, como el sistema bancario, que capta el dinero de empresarios y trabajadores con la aparente mansedumbre y benevolencia de la figura del ahorro y obligatorias transacciones, que después le devuelven en forma de crédito, cinco o diez veces más costosos y con férreas garantías y ventajas favorables a los bancos.

Son innumerables los colombianos que en forma despiadada, injusta e inexplicable han quedado en la ruina, por los remates y expropiaciones que han hecho de sus bienes el estado y los bancos, por mora o incumplimiento en sus pagos o cualquier otra causa.

A pesar que el sistema financiero puede ser considerado como improductivo y por el contrario causante de muchas falencias para los sectores productivos, es el más apoyado por los gobiernos, muchos políticos son copropietarios de estas entidades, y cuando los bancos entran en crisis, propician gigantescas inyecciones financieras para salvarlos, que posteriormente tienen que pagar todos los ciudadanos; como el caso reciente de los Estados Unidos; o se inventan figuras contributivas, como el cuatro por mil en Colombia, que fue una medida transitoria pero que se quedó en forma indefinida para seguirlos enriqueciendo a costa de los ahorradores .

Las sectas religiosas, las bolsas de valores, los servicios públicos y las loterías constituyen otras pirámides. Las loterías supuestamente programan los números ganadores cuyos billetes no son puestos en venta al público.

Esperar que la justicia condene y capture a nuestros altos gobernantes, atándolos de pies y manos, con un gran despliegue de seguridad y la correspondiente resonancia de acusación a través de todos los medios nacionales e internacionales, para sembrar el escarnio en los demás; por llevar a la quiebra a un país, fraude electoral, apropiación de bienes del estado, enriquecimiento ilícito, tiranía, terrorismo, concierto para delinquir, crímenes de lesa humanidad, violación de los derechos humanos, violación de la constitución y la ley; aprovechando cobarde mente de la inocencia, miseria, ignorancia e inocuidad de la indefensa nación; como un paradójico método para la proliferación de campañas políticas, convirtiéndose en indispensables para buscar la reelección y la perpetuidad en el poder, es apenas una utopía y solamente se ha visto en el Perú con la persecución y efectiva captura del señor Fujimori, hecho que ya avizora a esta nación como digna y progresista.