NAVIDAD Y AÑO NUEVO

Muchas personas olvidan o pasan desapercibidas la celebración del cumpleaños de la mamá, el padre su conyugue o cualquier ser querido, por diversos motivos.

Sin embargo el nacimiento de Jesucristo nunca pasa desapercibido por ningún motivo, pese a que nunca lo conocimos, no sabemos a ciencia cierta si realmente fue bueno o no, solamente por una historia que ha sido adecuada y seguramente muy distorsionada de la que realmente fue y a una cantidad de mentiras que a diario nos infunden los religiosos, que son muy bien pagos para que así lo hagan.

Indudablemente estas dos fechas, navidad y año nuevo son básicamente comerciales y políticas, de ahí su gran permanencia y fuerza adquiridas y que nunca pierden fortaleza y vigencia.

Se creó una cultura universal de echar la casa por la ventana en estas fechas comprando y derrochando comidas bebidas, paseos, regalos, ropas, electrodomésticos, vehículos y todo lo que se aparezca y lo peor de todo es cuando los precios se disparan brutalmente, pero el dinero se consigue prestado, por empeños, ahorros, venta a cualquier precio de lo poco que se tiene, o como sea.

Consciente o inconscientemente, este consumismo se ha venido convirtiendo en una perfecta competencia o rivalidad dentro de la sociedad, nadie se puede quedar atrás porque yo no puedo ser el peor o que dirá la gente….si el vecino o mi amigo compró para él y su familia ropa de tal marca, yo compro de otra mejor y si se comieron un suculento almuerzo yo le agrego una fiesta con equipo de sonido nuevo y a todo volumen para que todos vean que si tengo.

Desde el mismo momento en que pasa el año nuevo la gente comienza a pensar a trabajar y a ahorrar para la celebración de la próxima navidad y año nuevo, hay que esperar todo un año para la gula, como si fuera un reto; no importa que todo el año se pasen las necesidades más bárbaras, haya que aguantar hambre y sacrificar a los hijos, sin libros sin onces, con ropita vieja para el colegio y muchas veces sufrir el remate de bienes que fueron empeñados para la vanidad, perdón para la navidad.

Para los políticos la navidad constituye la principal arma de su existencia, pues Jesucristo simboliza el rey, el Dios; frente a quien todos deben estar sumisos, arrodillados, obedecer, seguir, respetar, adorar, rendir tributo; es lo máximo, el supra-poderoso y quien esté con el todo lo tendrá y quien vaya en su contra, sea indiferente o simplemente no le obedezca será el pecador, el malo el satánico y sufrirá el castigo en el infierno, en la tierra los dioses son ellos, los políticos.

El año nuevo constituye como un apéndice de la navidad y no se logra definir si se celebra por tristeza alegría, igualmente por ignorancia o por masoquismo; por la alegría de que se acaba un año perverso o por el contrario de tristeza porque se acaba un año que fue bueno y a la vez por que inevitablemente la vida es la que realmente año tras año se nos está acabando silenciosa e irreversiblemente.

Lo cierto es que la humanidad es como una ola por donde nos echen los políticos, los poderosos, corremos todos como mansas ovejas y si alguien opina lo contrario todos lo miran mal, lo reprochan, lo marginan y hasta lo agreden, y quienes están recogiendo los mejores frutos y por cantidades sin cesar, son ellos, los poderosos, los poderosísimos empresarios y comerciantes haciendo más plata y los políticos manteniendo su gran imperio de esclavos y los pobres cada vez más pobres y numerosos.

HUMBERTO GONZALEZ PESCA

Economista-Politólogo.