IZQUIERDA O DERECHA

La derecha ha sido tan paranoica, que desde tiempos inmemorables se ha venido mitificando y a su vez satanizando a la izquierda.

Jesucristo subió a los cielos y está sentado a la derecha del padre.

Persignarse con la mano izquierda es alabar a satanás y despreciar al señor, es un pecado mortal.

Un juramento se hace con la mano y los dedos derechos, seguramente con la izquierda sería un desjuramento.

Se debe saludar con la mano derecha; lo contrario es mala educación y muy mal visto, reprochable.

Al levantarse de la cama, se debe poner al piso primero el pie derecho, si lo hace con el izquierdo tendrá mala suerte y se debe bajar siempre por el lado derecho.

Cuando se baña debe jabonar y refregar primero la pierna, el pie, el brazo y la mano derecha después los izquierdos.

Meter primero el pie derecho en la manga del pantalón o el brazo derecho en la camisa o el zapato derecho si se está calzando luego el izquierdo.

Cuando salga de la casa, el primer pie que debe colocar afuera de la puerta es el derecho, de lo contrario aténgase a la mala suerte.

Al subir o bajar del bus o del carro, hágalo primero con el pie derecho, de lo contrario corre el riesgo que lo atropelle un carro o la mala suerte lo perseguirá durante el resto del día.

Cuando una persona hace algo bueno y bien hecho se dice que es diestro, si ocurre algo malo se dice siniestro

Quien nace siniestro por lo general el médico o los mismos padres lo “corrigen” para volverlo diestro.

Aunque es razonable, por el bajo número de zurdos existentes, todos los artefactos son fabricados o construidos para derechos, poniendo en muchas dificultades y riesgos a los zurdos, al momento de utilizarlos; manejar un carro por ejemplo, tiene que efectuar los cambios con la mano “menos diestra”

Es tan marcada la derecha que en la niñez en forma inconsciente los padres y demás, enseñan a sus hijos a mantener el dominio de la derecha sobre la izquierda, y la mano izquierda se convierte en el peón de brega, la obrera, la ayudanta de la mano derecha en toda actividad, seguramente esta dinámica pone a las personas a pensar solamente en pro de la derecha política.

Pero, imaginemos, ¿qué haría una persona si pudiera nacer sin todo el costado izquierdo, y qué significaría para los de la derecha?; sería un Dios, un símbolo, pero un total inútil, que jamás podrá nacer.

Los ultraderechistas, deberían mutilarse las extremidades izquierdas, como símbolo de perfección y lealtad a sus principios.

Y los ambidiestros, políticamente, no serían ni chicha, ni limonada, estarían entre dos aguas, sin complicación alguna para, ni, con ninguno.

Lo cierto es que el cuerpo humano es tan inocente, bueno, noble, puro y necesario, que cualquier pedacito, desde un mechón de cabello o una uñita, hasta nuestro propio corazón, nos hace falta, mucha falta y los queremos mucho, nos duele y todo, totalmente todo, es lo que nos hace sentir vivos, mover y actuar y nos enorgullece por feos, viejos o fenomenales que seamos.

Por eso no entiendo, por qué, hasta en el propio cuerpo se haya podido infiltrar la mezquindad, el marginamiento y la horrenda discriminación política.

Nuestro cuerpo debe actuar con plena libertad y naturalidad sin artificios, formalismo hipócrita y mal infundado, ni prejuicios.

HUMBERTO GONZALEZ PESCA

Economista-Politólogo.