Nevada por efecto lacustre

Nevada por efecto lacustre

Una nevada por efecto lacustre (inglés "lake-effect snow") ocurre en condiciones atmosféricas frías cuando una masa de aire gélido pasa sobre grandes depósitos de agua cálida de un lago, proveyendo energía y cargando vapor de agua que se congela y es depositado en las costas de sotavento. El efecto se expande cuando la masa de aire en movimiento es elevada por el efecto de la nube orográfica debido a las altas elevaciones en costas de sotavento. Este levantamiento puede producir restringidas bandas de precipitación intensa, que depositan muchos centímetros de nieve por hora, a menudo resultando en copiosos acumulados de nieve. Estas áreas afectadas por el efecto de la nieve del lago son llamados cinturones de nieve.

Este efecto, que puede estar acompañado de relámpagos y truenos, ocurre en varias localidades alrededor del mundo, siendo mejor conocido en las ares populosas de los Grandes Lagos de Norteamérica, específicamente en los estados estadounidenses de Nueva York, Pensilvania, Ohio, Indiana y Míchigan, y la provincia canadiense de Ontario, donde en promedio dejan más de 5 metros de nieve por año.1

Para su formación es necesario que a 1.5 kilómetros de altura, donde la presión atmosférica es de unos 850 milibares, la temperatura del aire sea por lo menos 13 ºC más fría que en la superficie.

Bandas de nube sobre los Grandes Lagos provocando nevadas.

Humedad

Cizalladura del viento

Trayecto de recolección

Inestabilidad

Formación

El corte direccional es uno de los factores más importantes que rigen el desarrollo de los chubascos; ambientes con cizalladura direccional débil típicamente producen chubascos más intensos que aquellos con vientos cortantes de alto nivel. Si el cizallamiento de dirección entre la superficie y el nivel de 700mb es mayor de 60 grados, nada más que una nevisca se puede esperar a lo sumo. Si el cizallamiento de dirección entre la superficie y el nivel de 700mb es de entre 30 y 60 grados, nevadas débiles podrían ocurrir. En entornos en los que la fuerza cortante es inferior a 30 grados de fuerza, se puede esperar bandas muy desarrolladas.

La velocidad de cizallamiento es menos fundamental, pero debe ser relativamente uniforme. La diferencia entre la velocidad de viento entre la superficie y el nivel de los 700mb no debe ser mayor de 40 nudos (74km/h) a fin de evitar que cese en las partes altas. No obstante, suponiendo que de la superficie a los 700mb los vientos son uniformes, una velocidad total más rápida trabajará para transportar la humedad más rápido desde el agua y la banda recorrerá mucho más hacia tierra adentro.

Como la mayoría de los lagos tienen una forma irregular, diferentes grados de ángulo de los recorridos darán diferentes distancias; normalmente se requiere un trayecto de al menos 100 km para producir precipitación. En general, cuanto mayor sea el trayecto mayor será la precipitación que se generará. Un mayor trayecto proporciona a la capa exterior un mayor tiempo para proveerse de vapor de agua y energía térmica para desplazarse del agua al aire. A medida que la masa de aire alcanza el otro lado del lago, el aire se eleva y se enfría de nuevo. Se condensa el vapor de agua y cae en forma de nieve por lo general a 40 kilómetros del lago.3

Una diferencia de 13ºC entre la temperatura de la superficie y la temperatura del nivel de los 850 milibares (o los 1500 msnm) provee de absoluta inestabilidad y permite que el calor y la humedad se transporte vigorosamente. La gradiente vertical de la atmósfera y la profundidad de convección se ven directamente afectados tanto por la mesoescala del entorno del lago y el ambiente sinóptico; una mayor profundidad de convección, con tasas de retraso cada vez más pronunciadas y un nivel de humedad adecuado fomentan nubes más altas y gruesas que naturalmente producirán una mayor precipitación.2

Hay varios elementos clave que son necesarios para que este efecto se forme, y que determinan sus características: inestabilidad, trayecto de recolección, cizalladura, la humedad ascendente, lagos en barlovento, forzamiento sinóptico a gran escala, la orografía y topografía, y el manto níveo.

Una neveda por efecto lacustre se produce cuando vientos gélidos soplan sobre aguas templadas.

Mar Caspio en invierno

Zonas donde ocurre este fenómeno en los Estados Unidos.

Una corriente baja en humedad relativa hará que sea mucho más difícil y tomará más tiempo para la condensación y la formación de nubes y precipitación. A la vez que si hay una alta humedad, favoreciendo la condensación, la formación de nubes y creando una mayor precipitación.4

Lagos en barlovento

Cualquier gran cuerpo de agua a barlovento tendrá un gran impacto en la precipitación del efecto del lago en un lago a sotavento mediante la adición de humedad o bandas de nubes preexistentes que puede volver a intensificarse en el lago a sotavento. No obstante, los lagos a barlovento no siempre conducen a un aumento en la precipitación a sotavento.5

Fuerza sinóptica

La advección de la vorticidad en altura y el gran nivel de ascenso ayuda a incrementar la mezcla y la profundidad de la convección, mientras que la advección de aire frío baja la temperatura e incrementa la inestabilidad.6

Orografía y Topografía

Por lo general, la precipitación se incrementa con la elevación a sotavento con la elevación a sotavento del lago mientras el frena la precipitación y seca al vendaval mucho más rápido.7

Manto níveo

A medida que un lago se congela progresivamente, su capacidad para producir precipitación decrece por 2 razones. Primeramente, el área de la superficie libre de hielo disminuye, reduciendo la capacidad el espacio de absorción de humedad en el lago. En tanto que las temperaturas cercanas a la congelación reducen la energía latente de calor total disponible para producir los chubascos. Tanto es así que no es necesario que se congele el lago para que el efecto cese.

Nevada por efecto lago: cuando una ráfaga de viento congela varias casas de golpe

Nevada por efecto Lacustre en el estado de Nueva York

El fenómeno es relativamente frecuente en los Grandes Lagos

El viento frío recoge humedad del lago y se congela al contacto con las casas

En 2006 un episodio selló casas y coches con medio metro de hielo

Durante la segunda mitad del otoño y a lo largo del invierno, la zona de los Grandes Lagos de Norteamérica está expuesta a un curioso fenómeno meteorológico. El efecto lago, también llamado efecto Lacustre, es capaz de congelar un puñado de casas con solo una ráfaga de viento heladora. Lo llaman efecto lago y suele causar bastantes desperfectos.

Los lagos son capaces de crear desde niebla hasta bandas de lluvia y nieve, pero también heladas severas. Es lo que sucede con la llegada repentina del viento polar en los Grandes Lagos o el Gran Lago Salado, que se encuentra en Utah.

El aire frío y seco recoge humedad y calor al pasar sobre un lago relativamente más cálido. Después, la humedad se adhiere a la superficie de las casas y coches en las orillas a sotavento, donde el viento arrecia desde el lago, y se congela rápidamente.

Pueblo de Hamburgo, en el condado de Erie en el estado de Nueva York

Predecirlo no es fácil, aunque lo meteorólogos tienden a fijarse especialmente en tres detalles: la dirección del viento, la temperatura del aire, y la temperatura de la superficie del lago. Durante el invierno más gélido es menos probable que se produzca porque estos lagos tienden a congelarse y el viento no puede recoger humedad.

Esta semana, sin ir más lejos, una potente tormenta ha enfriado los estados del noreste de Estados Unidos y sureste de Canadá, causando cortes de electricidad la madrugada del lunes. El servicio meteorológico avisó entonces del riesgo de que se sufrieran daños materiales por las nevadas de efecto lago, que suceden de un momento a otro.

Casas selladas por el hielo

Las imágenes que deja este fenómeno sorprendentemente habitual parecen sacadas de ‘Frozen’. Estalactitas y una especie de manta blanca cubren las casas a orillas de los inmensos lagos norteamericanos, de las que difícilmente pueden entrar o salir sus residentes. Quedan literalmente selladas por el hielo.

Una que los neoyorquinos recuerdan bastante bien se produjo en octubre de 2006. Ocurrió en Buffalo, Nueva York, y el grosor del hielo superó el medio metro. Aunque, sin ir más lejos, este mismo año, en la recta final del invierno, se vivió un episodio llamativo a orillas del lago Erie.

Una morsa del Ártico se duerme la siesta sobre un iceberg y se despierta en Irlanda

¡Aviso de la Aemet! Se avecina situación invernal con nevadas “en cotas inusualmente bajas”

Nevadas en camino

Una invasión de aire frío y la entrada de vientos del noreste desplomarán el termómetro

Las temperaturas serán hasta 15 ºC más bajas que el promedio de la época

El pronóstico puede cambiar en los próximos días

¡Aprovecha el sol del inicio de semana! A partir del jueves, el frío, las precipitaciones y el viento se van a imponer en España y la Agencia Estatal de Meteorología ha definido las condiciones de “invernales”. Tendremos incluso nevadas en cotas relativamente bajas, avisan, y temperaturas nocturnas muy frías. No guardes el abrigo.

Frío polar para dar la bienvenida a la primavera

Se avecina “una invasión progresiva de aire frío en altura acompañada de la entrada de vientos del norte y noreste en superficie”, ha dicho la Aemet en un comunicado. Las temperaturas diurnas serán hasta 15 más bajas de lo normal los primeros días de la primavera astronómica –que empieza el 20 de marzo–, y las nocturnas serán inferiores a los 0 ºC en buena parte del país, incluidas localidades de ambos archipiélagos, según el pronóstico.

Anomalía de la temperatura a 850 hPa prevista por el modelo ECMWF

Desde el miércoles, se prevén vientos intensos que se encargarán de acentuar la sensación térmica de frío.

Nevadas en cotas inusualmente bajas

A partir del jueves también se esperan precipitaciones que se irán extendiendo a numerosos puntos de la Península y Baleares, pronostica la Aemet. En el caso de las vertientes mediterránea y cantábrica es probable que las precipitaciones sean fuertes y persistentes, especialmente en áreas del sureste peninsular.

Se producirán nevadas no sólo en zonas de montaña sino también “en cotas inusualmente bajas del interior peninsular”. También se esperan heladas en amplias zonas de la mitad norte peninsular, que serán intensas en páramos y zonas altas.

Esta es la previsión de espesor de nieve previsto por el modelo meteorológico de referencia, el europeo ECMWF, con acumulados importantes y persistentes en el sureste peninsular, que podrá variar en las actualizaciones de los próximos días.

Espesor de la nieve previsto entre el viernes 19 y lunes 22 por el modelo ECMWF

¿Hasta cuándo nos acompañará el tiempo invernal?

Esta situación se prolongará durante todo el puente de San José, previéndose que empiece a remitir a partir del lunes 22.

Debido a la incertidumbre es muy aventurado, por el momento, precisar con mayor concreción el grado de adversidad de esta situación por lo que se recomienda atender a las próximas actualizaciones de esta nota informativa, concluye el comunicado de la Aemet.

Aviso especial de la Aemet: el viernes llega una masa polar a España