José Padilla

Padilla, el músico que inspiró a Hollywood y que llevó a Chaplin a los tribunales

El compositor ganó sendas sentencias al director y actor inglés y a la Paramount, que utilizaron «La violetera» sin mencionarle

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«Acercarse a José Padilla es una continua sorpresa, un descubrimiento, un torrente que no acaba. Si la vida supera siempre a la ficción, la de José Padilla, apasionada e intensa, es una prueba de que no hay nada más increíble que la propia vida». Así lo describe Eugenia Montero, sobrina del genial compositor, en la introducción de una nueva biografía sobre su tío, del que a pesar del éxito cosechado en vida -se le llegó a conocer en la época como «El Rey Midas» porque todo lo que tocaba se convertía en oro-, no existe mucha o casi ninguna bibliografía.

Este nuevo volumen, titulado «Padilla. La pasión de la música» ( Ediciones La librería), que saldrá a la venta próximamente para conmemorar el 125 aniversario del nacimiento del compositor, tiene como fin contar «la realidad de su historia». Algo que hace a través de cartas, notas, fotografías y partituras recopiladas por su sobrina a lo largo de dos décadas. Eugenia Montero define a su tío como un hombre «minucioso, ordenado, que fue dejando su vida, detalle a detalle, para la Historia, para que algún día el país en el que nació y el mundo para el que hizo su música pudieran conocerla».

José Padilla (Almería, 1889-Madrid, 1960) fue el creador de innumerables canciones y melodías que fueron interpretadas en teatros de España, Francia, Inglaterra, Argentina o Estados Unidos. Aquí, las hicieron populares cupletistas como Raquel Meller, y más tarde Sara Montiel. Ambas hicieron inolvidables «La violetera» o «El relicario», éxitos a los que se sumaron otros títulos como «Princesita», «Ça c’est Paris»... Su primer «hit» llegaría en 1925, cuando se estrenó en París «Valencia». Música que generó en un año 25 millones de francos. «De ella se vendieron un total de 22 millones de discos, cantidad extraordinaria para su época. El “New York Times” publicó: “Valencia arrasa Londres imparable e irresistiblemente”. Fue el gran éxito de Broadway en “Great Temptations”. Llegó inclusó hasta los monjes del Tibet que la cantaban al termino de sus rezos».

Su música provocó el interés de los grandes estudios de Hollywood, que decidieron incorporarla a sus películas, algunas veces con el beneplácito de Padilla, y otras sin el conocimiento de este, que se vio obligado a reclamar a través de los tribunales la autoría de sus melodías a cineastas tan importantes como Charles Chaplin.

Uno de los temas que más litigios ha provocado -«alrededor de siete»- ha sido «La violetera». El primero en interesarse por esta partitura fue Chaplin, que durante un viaje a Barcelona conoció a la cupletista Raquel Meller. El cineasta quedó fascinado por ella y quiso contratarla para protagonizar la película«Luces de la ciudad». Aunque no logró convencer a la artista (la sustituyó por Virginia Cherrill), sí se llevó la canción -compuesta en 1914 y con letra de Eduardo Montesinos-, que había hecho famosa la Meller, «La violetera», que se convertiría en el tema musical central del filme, estrenado en 1931. Enterado Padilla del uso de su música y su ausencia de los créditos, entabló un pleito que duró hasta 1934, cuando fue reconocida su autoría.

De Ridley Scott a Turturro

El compositor también tuvo que enfrentarse judicialmente con la Paramount, que volvió a utilizar la mismas partitura «aunque disfrazada» para el filme «Rumba» (1935), protagonizado por George Raft y Carole Lombard. Los tribunales volvieron a dar la razón a Padilla. Estos son dos ejemplos de la vulneración de derechos del músico, aunque no los únicos. «Yo he ido descubriendo otros plagios en películas muy conocidas, pero prefiero no dar más datos si no llega a pleito», explica Montero. Un proceso que supone un importante desembolso económico, «pues tienes que recurrir a expertos grafológicos». Por eso en algunos casos se prefirió llegar a un acuerdo antes que afrontar un juicio, reconoce la sobrina, titular de los derechos de la obras del compositor. «Algo que es muy bonito, pero que da mucho trabajo». Un trabajo que a veces no se ha visto recompensado, pues después de inaugura la Casa Museo José Padilla en 1992, ha visto como este homenaje al maestro se ha visto truncado por la falta de fondos, ya que tuvo que cerrarla antes de cumplir las dos décadas.

La aportación de Padilla al Séptimo Arte fue, y sigue siendo, muy rica. Hay catalogados más de 300 títulos de películas y documentales que contienen música del compositor. «A veces es la banda sonora, o solo algunos fragmentos». En la larga lista de cineasta que se han nutrido de su talento se encuentran Ridley Scott, Martin Brestt, Kurusawa, Angelopoulos, Fellini, Goddard, Ripstein, Rossi, Amendola, Tramont o Turturro, el último en incorporar «La violetera», en su filme «Aprendiz de gigoló».

Actos 125 aniversario del maestro Padilla

El próximo día 17 se presentarán, en el Conservatorio de Atocha, los actos conmerativos del 125 aniversario del nacimiento del compositor. Actos que incluyen varios conciertos, un homenaje en el Cervantes de París, ciudad en la que vivió el músico; la presentación de una nueva biografía y un documental, así como la programación de un ciclo en la Filmoteca Española, en julio, que comenzará con «Luces de la ciudad» de Chaplin