Organización política

Introducción

Podemos comenzar nuestra reflexión sobre el origen y las formas de poder político a partir de una situación inicial en la que no hay liderazgo ni gobierno, como hace William Golding en El señor de las moscas.

Cada sociedad humana ha resuelto las cuestiones políticas de un modo diferente. Pero aunque hay gran variedad de formas de organizar la vida en sociedad, hay una clasificación muy general de las distintas formas de organizar políticamente una sociedad. Toda sociedad humana se organiza en una de estas cuatro formas:

Cada una de estas formas de organización social tiene su modo de resolver sus problemas políticos.

Jefes y líderes tribales son formas intermedias entre el liderazgo informal de las bandas y el liderazgo muy organizado de los estados.

Poder y Autoridad

¿Por qué obedecer?

Respuestas simples y directas a esta pregunta son:

Una persona o una institución tiene poder cuando logra ser obedecido. Esta obediencia puede estar basada en el temor, el hábito o la conformidad, pero no está basada en el consentimiento de los gobernados.

¿Son posibles otras respuestas a la pregunta? En particular, interesa investigar si son posibles respuestas del tipo: porque queremos. Interesa investigar si son posibles gobiernos que consideremos justos, gobiernos cuya autoridad sea considerada legítima por los gobernados. En lugar de gobernar por el simple ejercicio del poder, ¿se puede gobernar con autoridad, a la que podemos definir como poder legítimo?

 La filosofía política ha dado varias respuestas afirmativas a esta cuestión: es posible que los gobernados quieran voluntariamente obedecer a su gobierno.

¿Cómo debe ser el gobierno para lograr la libre obediencia de los gobernados? Ha habido dos clases de respuestas a esta pregunta:

Teorías naturalistas

Se denominan así a las teorías que defienden que el estado y su gobierno son algo natural al hombre: igual que las hormigas o las abejas se organizan en sociedades animales, los hombres se organizan en sociedades humanas. La comparación con los insectos sociales nos lleva a otras consecuencias interesantes:

También Aristóteles afirma que los hombres forman sociedades porque está en su naturaleza hacerlo; ningún hombre vive solo (si puede evitarlo). Pero a diferencia de Platón, Aristóteles considera que una mayoría de ciudadanos puede acceder al gobierno en lugar de una minoría de personas sabias.

Aunque en última instancia el número de gobernantes (uno, algunos o muchos) es para Aristóteles algo secundario, coincide su maestro pues al igual que Platón considera gobernar requiere un conocimiento específico (y científico) de las cuestiones propias de la polis (la ciudad griega). La razón de su discrepancia con Platón deriva del tipo de ciencia que es la Ciencia Política. No es una ciencia exacta como lo es la Matemática. Si resolver cuestiones políticas fuese similar a resolver problemas matemáticos, entonces una sola persona, la más inteligente en cuestiones políticas, podría perfectamente gobernar una ciudad. Pero Aristóteles considera que la Política no es una ciencia exacta; no podemos pedir el mismo rigor demostrativo a todas las ciencias. Y las cuestiones de que trata la Política son cuestiones de las que las más de las veces no tenemos una respuesta exacta ni manera de llegar a ella. Por tanto, es más razonable que un grupo más o menos amplio de ciudadanos (pero no todos ellos a la vez) participe en la búsqueda de soluciones que serán con frecuencia aproximativas y revisables.

En cuanto al fin del gobierno, Aristóteles considera que lo principal es que un gobierno justo busque la felicidad de todos los gobernados. Pero ¿en qué consiste la felicidad? En conseguir lo mejor, el bien. Pero ¿qué es lo bueno? ¿Qué es lo mejor, lo más valioso que merece la pena intentar conseguir en nuestra vida? Como esta es una pregunta que corresponde responder a la Ética, al final encontramos que la pregunta fundamental de la Filosofía Política (¿cuándo un gobierno es justo?) depende de haber respondido antes una pregunta fundamental de la Ética.

Teorías contractualistas

Si las teorías naturalistas afirman que la sociedad y el gobierno son naturales al ser humano, las teorías contractualistas afirman lo contrario: los hombres se unen en sociedades y establecen un gobierno porque les interesa. Los seres humanos podrían vivir sin gobierno, unidos sólo por lazos familiares y de parentesco (en bandas o tribus), pero sin formar grandes sociedades organizadas políticamente por lazos de autoridad y obediencia más allá del parentesco. A este modo de vida lo denominan los filósofos contractualistas el estado de naturaleza.

Para Thomas Hobbes , el estado de naturaleza tiene ventajas e inconvenientes:

Siendo el hombre un ser racional, sopesa las ventajas de instaurar un gobierno en el que quien gobierne tenga fuerza suficiente para garantizar el cumplimiento de la ley y con ello la protección de los gobernados. El gobierno es por tanto fruto de un acuerdo o contrato, un acuerdo en el que:

¿Qué forma de gobierno es la más adecuada para asegurar la protección frente a la violencia de los demás?

Según Hobbes, los gobernados deben acordar que uno solo de ellos tenga todo el poder y el resto de personas no tenga ningún poder político. De este modo, nadie podrá enfrentarse al soberano, pues nadie tendrá ningún poder frente a él y así se evita la violencia interior. La obediencia de todos los súbditos fortalece la unidad de la nación y con ello disuade tanto la violencia exterior que puede llegar de otras naciones como la violencia interna entre súbditos de una misma nación. En conclusión, la monarquía absoluta es la forma de gobierno defendida por Hobbes sobre la base del acuerdo, no de la tradición o el mandato divino.

Para John Locke, los hombres deciden libremente formar un gobierno y obedecer sus leyes porque:

De forma similar a Hobbes (aunque sus teorías son diferentes), un gobierno es justo y los ciudadanos deben obedecer sus leyes cuando aquel defiende los derechos naturales de los ciudadanos. Si, por el contrario, daña esos derechos y gobierna con otros objetivos, se convierte en un gobierno injusto y los ciudadanos están en su derecho a rebelarse contra él. Frente a los peligros de un monarca absoluto que puede aplastar los derechos de los ciudadanos, Locke propone una monarquía parlamentaria en la que hay un control del poder del monarca por parte del parlamento.

Fuentes de autoridad

La autoridad, tener el poder de mandar y ser obedecido, puede ser fruto de varios factores:

Más allá de la fuerza o el interés particular, existe un tercer tipo de autoridad basada en el liderazgo, en la aceptación voluntaria y desinteresada de la autoridad. Relacionadas con las formas de organización política, Max Weber (1864-1920) propuso tres formas de liderazgo según cual fuese la base en la que se apoya el líder para ejercer su autoridad política:

La tradición, el carisma y la ley son las tres formas básicas de legitimar, de justificar, el ejercicio del poder político. Son tres formas de contestar a la pregunta: ¿por qué debemos obedecer a quienes tienen el poder? . Es característico de la organización política denominada Estado el que su autoridad está basada en la ley, aunque la tradición y el carisma también sirven de fundamento a ciertas formas de poder en el Estado.

Poder y autoridad