La Reina De Corazones (Septiembre 2022)
-Estás como una cabra, pero te quiero.
-Minerva, acabas de escupirle en la cara a un policía. Si no intervengo estarías esposada y detenida. ¿Y tienes el papo de decirme que estoy como una cabra? Por favor, ya me dicen bastantes burradas los psiquiatras de la sanidad pública.
-Sabes que te lo digo con cariño, anda, mira a la carretera y no me mires a mí.
-Es que estás preciosa. Sólo por verte así vestida me compensa las pequeñas ilegalidades sin importancia que hay podido cometer.
-¿Te refieres a rociar con un extintor a un policía? ¿O a cuando la guardia civil de tráfico nos ha dado el alto y te has dado la fuga?
-Eso son detalles sin importancia. Cultura general, decía uno de mis profesores del instituto. En cuanto a lo de el extintor, la otra manera que se me ocurría de evitar que fueras detenida era liarme a hostias. Te recuerdo que antes del numerito con el extintor, le diste una bofetada al policía, que medía casi medio metro más que tu y le escupiste en la cara. Y todo eso delante de decenas de periodistas. Si buscabas publicidad gratis, te ha salido perfecto. Mañana vas a ser portada de muchos informativos y puede que hasta de algún periódico. Pero no descartes que ese tipo te denuncie por agresión. Yo lo haría.
-Lo que hace haber estudiado, me has llamado histérica y canija y hasta sonaba bien en tus labios.
-Yo nunca te llamaría histérica. Te quiero demasiado.
-Nunca es demasiado amor. Anda ¿Puedes poner música? Porque este coche ya veo que corre muchísimo, pero los asientos son duros de cojones. Igual no tiene ni radio.
-Pues claro que tiene radio, y hasta amplificador y un subwoofer en el maletero. Y los asientos son duros porque son como los de los coches de carreras. Baquets.
Mario encendió el radio CD y de los altavoces comenzó a surgir una conocida melodía:
El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño
En el corazón del sueño
El tiempo va sobre el sueño
Hundido hasta los cabellos
Hundido hasta los cabellos
Ayer y mañana comen
Oscuras flores de duelo
Oscuras flores de duelo
-Camarón vive entre nosotros. Volver a Sierra Morena en tu compañía escuchando a Camarón. Voy acabar llorando.
Minerva besó a Mario en la mejilla, rozando la comisura de sus labios. No le importó el tacto de su barba cana de dos o tres días.
-¿Quieres que conduzca un rato? Se que no te gusta conducir de noche, porque ya tienes una edad ... y tu vista no es la que era.
-Ahora me acabas de llamar viejo en la cara. Tranquila, con las gafas veo bastante bien, aunque sea de noche. Como para llevarte a Córdoba, o a Tarifa, si te apetece.
-A bañaros en el Mediterráneo bajo la luz de la luna, suena genial. Juntos y desnudos. Por cierto, no me has dicho cómo has conseguido este coche. Tiene pinta de costar una pasta.
-Bueno, costaba más cuando era nuevo. Es un Mitsubishi Lancer Evolution X. De serie salvo el equipo de música. Me encanta el color. La marca lo denominaba Rojo Orient.
-Rojo luna de sangre. La luna de los locos.
-Nuestra luna.
-Nuestra luna.