Es necesario saber priorizar, es decir, definir que solucionaremos ahora, que solucionaremos después y que desplazaremos hasta la próxima vez que nos toque priorizar el product backlog.
Consiste en clasificar los elementos según la satisfacción que entregan en sus etapas de implementación para distinguir lo que es fundamental y lo que no dentro de un producto. De esta manera tenemos los siguientes conceptos:
Elementos requeridos: Esas funcionalidades que nadie se molesta en pedir, porque es obvio que deben venir. Y si no están, es que el Producto no está listo.
Elementos básicos: Aquellas funcionalidades que, si no están, molestarán al usuario, y si están, serán bienvenidos.
Elementos Neutros: Lo que nadie pidió, y que a nadie le importa que esté.
Elemento Inverso: Algo que nadie pidió, y que de hecho nadie quiere que esté.
Elementos atractivos: Algo que nadie sabía que podía pedir, pero ahora que lo tienen no lo dejan de usar. Ojo con esto, ya que definirá los nuevos estándares de exigencia a futuro.
Por cada historia, dividiremos su Valor de Negocio por los Puntos de Historia, y esto nos dará un Valor de Prioridad. El valor de prioridad apunta a una relación entre lo que aporta al negocio y el coste en esfuerzo, y a mayor valor de Prioridad, antes deberíamos tomarla.
Valor de Negocio: Un valor del 1 al 5, o del 1 al 10, entregado por el Product Owner. Este valor puede ser entregado según su propia experiencia, o según las técnicas anteriores de la pirámide o el Modelo de Kano. Y consiste en evaluar con un número alto las historias que aportan mayor valor, y con un número menor las que aportan menos.
Puntos de Historia: Unidades de estimación de complejidad o esfuerzo para poder completar la historia. Definidas por el equipo, obviamente.
Herramienta que ordena las tareas o los proyectos según un conjunto definido de variables, como la urgencia, importancia, impacto o el esfuerzo necesario de tal manera que se pueda determinar rápidamente que tarea debe realizarse primero.
Herramienta de gestión de tareas que ayuda a organizar y priorizar las actividades según su urgencia e importancia. Consiste en dividir las tareas en cuatro cuadrantes: Hacer, programar, delegar y eliminar.