En todos los programas ágiles, es importante hacer un seguimiento tanto de las métricas empresariales como de las ágiles. Las métricas empresariales informan de la adecuación de la solución al mercado, mientras que las métricas ágiles miden aspectos del proceso de desarrollo. Particularmente para construir estimaciones fiables, el punto de partida mínimo es recoger datos de tiempo de entrega, tiempo de respuesta, tasa de entrega, WiP y coste (por lo general, principalmente el esfuerzo en días-persona consumidas por el servicio).
Evalúa aspectos humanos y de colaboración del equipo:
Encuestas periódicas: "¿Qué tan feliz estás trabajando en este equipo?"
Escala del 1 al 5 (termómetro de satisfacción).
¿El equipo puede mantener su ritmo sin quemarse?
Detección de horas extras frecuentes o desgaste.
Nivel de compromiso y cantidad de mejoras propuestas.
Alta rotación puede indicar problemas de salud organizacional.
Indica qué tan eficientemente se sigue el proceso ágil.
Tiempo total desde que se pide algo hasta que se entrega.
Tiempo desde que se inicia el trabajo hasta que se completa.
Promedio de puntos de historia completados por iteración.
% de ítems comprometidos vs. entregados en el sprint.
Porcentaje de trabajo que se vuelve a realizar por errores o cambios.
Evalúa la calidad del producto que se está desarrollando.
Número y gravedad de errores detectados después del despliegue.
% del código cubierto por pruebas unitarias/integración.
Elementos conocidos que requieren refactorización o mejora.
Frecuencia de fallos y velocidad de recuperación.
Relacionadas con el valor entregado al usuario final.
Mide la lealtad/satisfacción del cliente con el producto.
Qué tan rápido el equipo puede lanzar nuevas funcionalidades.
Número de funcionalidades alineadas a objetivos de negocio.