El Libro Eterno

Querido joven, ¿Has leído la Biblia? Es posible que en algún momento de tu vida hayas tomado en tus manos ese libro que algunos encuentran extraño. Quizás has leído algo de él. Pero, ¿te has preguntado por qué ha sido, a través de los siglos, tan importante que hasta muchos han dado su vida por él? Veamos un poco acerca de este libro, considerado santo por tanta gente.

Cada civilización antigua tiene su libro que considera santo. Por ejemplo, los Hindúes tienen Los Vedas, los Islámicos tienen El Corán, los Babilonios tenían El Gilgamesh, y aun los aborígenes americanos tenían el Popol Vuh. Los Hebreos tienen Las Sagradas Escrituras, las que dividen en La Ley, Los Profetas y Los Salmos. En la Biblia Cristiana, esta parte es conocida como El Antiguo Testamento.

La iglesia cristiana de los primeros siglos ha atesorado los libros que componen El Nuevo Testamento. Este contiene 4 Evangelios, que son historias de la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret. Además contiene las epístolas, 14 de Pablo y otras de Santiago, Pedro Juan y Judas. El Nuevo Testamento culmina con el Apocalipsis de Juan.

En total, la Biblia (palabra griega que significa “libros”) tiene 66 libros; 39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo. Las versiones católicas tienen otros libros que llaman Deuterocanónicos. Estos son: Sabidu-ría, Eclesiástico, Baruc, Tobías, Judit y los dos libros de los Macabeos. También tiene porciones deuterocanónicas en Daniel y Ester. Estos libros adicionales son llamados también “apocrifos” u oscuros, por ignorarse los verdaderos autores y contener datos que no se ajustan al resto de las Escrituras. El leerlos no hará daño alguno y nos ayudan a comprender los pensamientos de la época entre los dos Testamentos.

Las lenguas originales que se usaron en la redacción de la Biblia fueron el hebreo y arameo para el Antiguo Testamento y el griego para el Nuevo. Hay muchas versiones de la Biblia, pero tenemos que recordar que todo aquel que haga una traducción tiene que ir a las fuentes originales. Así que, no importa que Biblia usted use, todas provienen del mismo patrón

¿Por qué la Biblia se conoce como un libro inspirado? Esto es lo que dice el apóstol Pedro: “Porque la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.” (2 Pedro 2: 21) ¿Cómo fue esto? ¿Acaso Dios le dictó las palabras a los profetas? No, más bien Dios inspiró su mente y ellos vertieron en sus palabras los pensamientos divinos. Es por eso que algunos ven contradiciones en la Biblia, no porque las haya, pero tenemos que tener en cuenta el autor, el tiempo en que fueron escritas y la cultura predominante. También es importante visualizar los idiomas en que fueron escritos. Una cosa es más que cierta: Nadie se ha de extraviar por estudiar la Biblia. No importa la versión que leas, en ella podrás sentir que Dios te habla.

Lo que hoy conocemos de la Biblia fue traída por vía oral. Esas mentes maravillosas podían recordar con una precisión increíble todos los datos históricos de su época. Por ejemplo, al leer Génesis 5 nos maravillamos como Moisés nos da las edades de los patriarcas antediluvianos con tanta exactitud. Lo mismo pasa con Génesis 10. Moisés recogió esos datos durante su estadía de 40 años en Madián. El Espíritu Santo le inspiró para escoger entre todas las tradiciones, la que era correcta.

Las palabras de Jesús cobran aun más vigencia hoy: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5:39) “Escudriñar” significa “investigar”. Así que debemos ir a la Biblia como quien desea aprender y saber que de ella depende nuestra comprensión de la voluntad de Dios y nuestro destino final.

Para ti, joven, hay unos consejos muy útiles que Pablo dio a su joven colaborador Timoteo: “Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo jesús.” (2 Timoteo 3:15) Si haces de la Biblia tu guía, ella te ayudará por los pasos de la vida. Ella es una fuente cuyas aguas sacian tu sed espiritual. Ve a ella con fe. Estúdiala con devoción. Cree sus palabras santas y ella te conducirá a los mismos portales del reino eterno.

El salmista tiene para ti una promesa maravillosa: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” (Salmos 119:105)

Serie: LA JUVENTUD PARA CRISTO Núm .2