18 Maravillas

18 rincones naturales de España

La belleza natural de nuestro país riega de rincones increíbles su geografía para que la podamos recorrer de punta a punta con el corazón en un puño.

Aguas cristalinas de azules imposibles, cuevas dignas de una novela de Julio Verne, lagunas escondidas en el vientre de la madre tierra, formaciones rocosas de fascinación caprichosa y cascadas que brotan generosas como lágrimas en la lluvia. Y es que nuestro país, es una carta blanca en cuanto a belleza natural se refiere.

1. Valle del Jerte, Extramadura

Llamado así por el río del Jerte, este valle situado al norte de Extremadura es conocido por los campos cubiertos de cerezos en flor con la llegada de la primavera. Los mejores meses para visitarlo son marzo y principios de abril, cuando la floración está en su máximo esplendor, el Jerte se ve arropado por un gran manto blanco y da comienzo la Fiesta del Cerezo en flor. Otros atractivos del lugar es la Garganta de los infiernos, una reserva natural con zonas de baño; o el monasterio de Yuste, Patrimonio Nacional.

2. Playas de las Catedrales, Galicia

La erosión del viento y el mar ha esculpido en Lugo una de las formaciones más afamadas de la costa gallega: arcos y bóvedas de hasta 32 metros de altura semejantes al de una catedral. Está considerada como una de las playas más bonitas del mundo, pues cuando baja la marea es posible pasear entre sus galerías naturales. Un lugar único situado entre Ribadeo y Foz que nada tiene que envidiarle a la playa de los 12 apóstoles de Australia.

3. Parque Natural de Las Lagunas de Ruiedera, Albacete

Este espectáculo natural se encuentra situado en el campo de Montiel, entre las provincias de Albacete y Ciudad Real. Junto con el Parque Nacional de Plitvice, en Croacia, está considerado como una de las mejores representaciones de lagos creados por la acumulación de carbonato cálcico. Esto permite la formación de presas naturales con imponentes cascadas que caen de una laguna a otra. Entre su rica fauna destacan las aves acuáticas como el carricero tordal, la gallineta o el aguilucho lagunero.

4.Bufones de Pría, Asturias

En Llames de Pría, en la costa de Llanes, al mar se le oye resoplar, colarse por las grietas de las rocas y caer como orvallo sobre la superficie. Este fenómeno natural, conocido como bufones, ocurre debido al oleaje del mar, que en ocasiones cuenta con tanta fuerza que logra subir por las chimeneas y grietas ocasionadas en las rocas por la erosión del mar y de la lluvia. Las olas que golpean los acantilados expulsar el aire comprimido de estos recovecos, haciendo que en los días de mar brava éstas salgan por ellos como chorros de agua. Un curioso espectáculo que concentra a un gran número de visitantes.

5. Parque Nacional de Timanfaya, Lanzarote

Situado al suroeste de Lanzarote, en las islas Canarias, este parque es conocido por sus montañas de fuego como el popular Manto de la Virgen, la Caldera del corazoncillo y la Montaña rajada. Su origen data de 1730, momento en el que comenzaron las violentas erupciones que se prolongaron en 1736 y, posteriormente, en 1824, que cubrieron de lava el sur de la isla modelando la morfología del paisaje. Timanfaya es una de las mejores muestras de terreno volcánico sin vegetación que regala a la naturaleza algunos rincones como el popular Charco de los ciclos, un lago de color verde radiactivo causado por el azufre y las algas.

6. Bardenas Reales, Navarra

Como si se tratase de Monument Valley, Navarra guarda entre su naturaleza uno de los parques naturales más peculiares de la península ibérica. Sus formaciones rocosas, compuestas de arcilla, yeso y arenisca y modeladas por la erosión del viento, son el principal atractivo de este conjunto declarado Reserva de la Biosfera.

7. Paraje Natural Torcal de Antequera, Málaga

Llamado así por los torcales, las formaciones circulares originadas por la erosión del viento, el agua o la nieve, este parque de Antequera guarda algunas de las muestras más representativas del paisaje kárstico de Europa. A través de dos rutas los viajeros pueden adentrarse en un paraje de esculturas naturales como el Tornillo, declarado Monumento Nacional, el Cáliz o el Sombrerillo. Entre sus maravillas naturales también se encuentran sus cuevas y simas, como la del Toro y la Marinaleda I, cuyo principal atractivo son las huellas halladas que datan de la Prehistoria.

8. Las Médulas, León

Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, estas colinas rojizas que se entremezclan con la vegetación son una de las maravillas naturales de El Bierzo, en León. Durante el Imperio romano, las Médulas fueron una importante mina de oro, por lo que en el terreno se facilitaron accesos para su extracción y se montó una compleja obra de ingeniería para la canalización del agua. Esta acción, que se desarrolló durante más de cien años, tuvo un importante impacto sobre el entorno, que hizo que la tierra y el agua modelasen el paisaje.

9. Pozo Azul, Burgos

Este pequeño lago de azul turquesa situado entre la espesa vegetación de Covanera, Burgos, guarda en sus profundidades la cueva subterránea más larga de España. Conocido por espeólogos y buceadores, su descubrimiento se dio a conocer en 1964, cuando se iniciaron las primeras inmersiones. A pesar de su importancia y valor geológico, la mayor parte de las galerías están aún sin explorar. El agua proviene de un manantial milenario y durante los meses de verano se llena de bañistas.

10. Pozo de los Humos, Salamanca

Con una caída de 50 metros, esta cascada situada en el Pozo de los Humos, es una de las maravillas naturales de Salamanca. El agua pertenece al río Uces, un afluente del Duero que se bifurca justo en este punto. El lugar fue descrito por Miguel de Unamuno como “La Caída de esas aguas es una de las más hermosas que pueden verse en aquellos adustos tajos “, de ahí a que el sendero que recorre la zona llegando hasta el agua haya adoptado su nombre. El Pozo de los Humos cuenta con una gran riqueza vegetal, lo que permite dar cobijo a algunos animales como el lobo, la cabra montesa o el lince ibérico, entre otros. También es un buen lugar para avistar aves migratorias.

12. Cuevas del Drach, Mallorca

Compuestas por cuatro cuevas unidas entre sí: Negra, Blanca, Luis Salvador y la cueva de los franceses, esta maravilla natural de Manacor, en Mallorca, es uno de las visitas más turísticas de la isla. Fueron creadas en el mioceno, debido a la entrada del mar que fue creando túneles y galerías subterráneas que ya eran conocidas durante la Edad Media. En el siglo XIX se acondicionó para que pudieran ser visitadas, por lo que se añadió un nuevo acceso, escaleras, un trazado de 1.200 metros y se realizó la instalación eléctrica de la cueva. Hoy, además, la visita permite recorrer el lago Martel, llamado así por su descubridor.

13. Playa de Sotavento, Fuerteventura

Es una de las más conocidas de Fuerteventura: 9 kilómetros de arena cuya anchura varía dependiendo de las mareas. En total comprende las cinco playas de Los canarios, Malnombre, Mirador, Risco del paso y La barca. Cuando hay bajamar, el lugar se convierte en un enorme banco de arena que deja atrás pequeños charcos. Cuando sube la marea, en ella se genera en la orilla una enorme laguna ideal para practicar algunos deportes como el kitesurf o windsurf.

14. Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, Girona

Compuesto por más de cuarenta conos volcánicos y una veintena de coladas de lava, este parque cuenta con un gran valor natural. Está situado en la comarca de la Garrotxa, en Girona, y ofrece 28 itinerarios pedestres con diferente longitud y dificultad que permiten recorrer las inmediaciones de los volcanes y disfrutar de su variada vegetación. Dentro del parque también se puede visitar el espacio museístico del volcán de Coscat.

15. Grutas de San José, Castellón

Ubicadas en el Parque Natural de la Sierra de Espadán, en Castellón, las grutas de San José están formadas a lo largo del río subterráneo navegable más largo de Europa, más de 2.750 metros. En su interior se pueden observar dolomías, margas y calizas dolomíticas de hace más de 200 millones de años. Algunas de las galerías que se pueden visitar en los 800 metros de recorrido son la Sala de los murciélagos, la Boca del forn, el lago de Diana, del Diablo y el Azul, la Moreneta y la galería de los sifones. Entre las curiosas formaciones, además, se puede contemplar el portal de Belém o la Medusa.

16. Salinas de Doñana, Cádiz

Un enorme manto blanco cubre una de las partes del Parque Natural de Doñana, en Sanlúcar de Barrameda. Son las salinas y maresmas que componen este singular paraje que depende de la pleamar de las aguas del Atlántico en su confluencia con el río Guadalquivir. Un área declarada de gran valor ecológico, científico y cultural que permite trabajar las salinas de forma responsable. La ruta que transcurre por sus inmediaciones cuenta con varios observatorios desde donde se pueden contemplar flamencos, garzas imperiales y águilas pescadoras, entre otras aves.

17. Desierto de Tabernas, Almería

Al norte de la ciudad de Almería se encuentra esta árida llanura compuesta de cárcavas, ramblas, torrenteras y taludes propias de los paisajes badlands. Se trata del desierto de Tabernas, conocido por haber servido de escenario a numerosas películas de spaghetti western durante la década de los 60 y 70. También por ser uno de los mejores lugares de la zona para el avistamiento de aves ya que está protegida para que estos animales puedan refugiarse en él. Entre ellos se pueden ver el vencejo real, el solitario o la granjilla, además de algunos mamíferos como el zorro, el lirón o el conejo.

18. Las Dunas de Bolonia, Cádiz

Con 30 metros de alto y 200 metros de ancho, este vasto conjunto de arena se encuentra dentro del Parque Natural del Estrecho, una de las zonas menos urbanizadas de la costa de Cádiz. Alimentada por el viento de levante, la arena se cuela en el pinar de sus inmediaciones, dotado de gran valor ecológico. Es el principal atractivo de la playa de Bolonia, donde en su entrada también se encuentra el conjunto arqueológico de Baelo Claudia, un antiguo enclave romano declarado Monumento Histórico Nacional.