Cedrus libani
Nombre científico: Cedrus libani A. Rich
Cedrus tiene su origen en el vocablo griego kedros, palabra con la que los romanos y griegos llamaban al enebro. La utilización de la palabra cedrus se debe a Linneo, que de forma poco apropiado llamo Pinus cedrus a esta conífera. El epíteto libani se refiere a su región de procedencia.
Nombre común: Cedro del Líbano.
Usos artesanales/industriales
La madera del cedro es aromática, de color pardo claro algo amarillento, que se oscurece con el tiempo; resistente a la pudrición (ataques de hongos e insectos), blanda y fácil de trabajar. Es usada para carpintería de interior y exterior: se hacen puertas, muebles, chapas para recubrimientos decorativos, instrumentos musicales, lápices, traviesas, vigas y postes.
Ha sido usada profusamente por todos los pueblos de la antigüedad, desde las más antiguas de las civilizaciones, como la sumeria que data del III milenio antes de Cristo, hasta el imperio romano, cuyo emperador Adriano (100 d.c) ya dictó medidas para proteger los bosques de cedros del Líbano: existen doscientos grabados en las rocas del bosque haciendo mención a la orden del emperador, lamentablemente, las inscripciones eran borradas por aldeanos y aserradores al interpretarlas como señal de tesoros enterrados.
Con la apreciada y duradera madera de cedro los fenicios pagaban los tributos a los faraones egipcios y construyeron los barcos con los que comerciaban por el Mediterráneo. En Egipto se servían de esta madera para hacer las puertas de los templos y montar los sarcófagos, la resina se empleaba para embalsamar. En Grecia, en competencia con la del ciprés, la usaban en templos y estatuas para los dioses. Los babilonios y asiros la aplicaban en la construcción de sus palacios, el rey judío Salomón edificó el templo de Yavé y su propia residencia con esta aromática madera. La leña se ha usado para calefacción y para alimentar hornos de cal. En el siglo XX, durante la primera guerra mundial, los ingleses, que construyeron el ferrocarril que unía la ciudad de Trípoli con la de Haifa, usaron la madera de cedro de los montes del Líbano para traviesas y postes.
Según refiere el Antiguo Testamento, transcribo lo que dijo Salomón a la embajada del Rey fenicio Hiram de Tiro (actual Líbano), cuando este fue a visitarle, nada más saberse la noticia de que el rey David había muerto, y Salomón había sido ungido como nuevo rey:
Y Salomón mandó a decir a Hiram: Tú ya sabes cómo David, mi padre, no pudo construir la Casa al nombre de Yavé, su Dios, a causa de las guerras que en rededor le movieron, hasta que Yavé puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies. Pero ahora Yavé, Dios, me ha dejado tranquilo en derredor; ningún enemigo, ninguna adversidad. Heme, pues, resuelto a construir un Templo al nombre de Yavé, mi Dios, según Yavé dijo a David, mi padre: "El hijo tuyo, que yo pondré en tu lugar sobre tu trono, ése edificará el Templo a mi nombre". Así, pues, ordena que se me corten cedros del Líbano. (1 Reyes 5,16-20)
En el Antiguo Testamento se describen el templo y el palacio que mando construir Salomón:
También recubrió los veinte codos de la parte posterior del Templo con planchas de cedros, desde el suelo hasta las vigas, y destinó el interior para el Santísimo; y los cuarenta codos delante del Santísimo constituían el Santuario. De cedro era todo el interior del edificio, con bajorrelieves de coloquíntidas y guirnaldas de flores. Todo era cedro. Nada de piedra se veía. (1Reyes 6,16-18)
Entonces se dio Salomón a construir un palacio, durante trece años, hasta que quedó totalmente terminado. Edificó pues, el palacio, "Bosque del Líbano", de cien codos de largos, cincuenta de ancho y treinta de alto, sostenido sobre cuatro hileras de columnas de cedro, en las que se apoyaban vigas de cedro y un techado de cedro también. (1 Reyes 7,1-3)
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