Dracaena draco

Especies vegetales   Ficha de la especie

 

Nombre científico: Dracaena draco (L.)L

Dracaena, del griego drakaina que significa dragón o serpiente, hace referencia al mito de Gerión, monstruo al que mató Heracles, de su sangre o de su túmulo (según versiones) brotó un árbol que exuda resina roja. El epíteto draco procede del latín: dragón.

Esta especie está incluida en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, como sensible a la alteración de su hábitat.

Nombre común: drago, drago de Canarias, árbol del dragón, árbol de la sangre del dragón, árbol de Gerión

Familia: Dracaenaceae

Origen: vive de forma natural en las islas de Macaronesia: (Cabo Verde, Madeira y Canarias) y en el Anti-Atlas marroquí (Dracaena draco subespecie ajgal)

 

 

  Caura (Coria) y Orippo (Dos Hermanas) en el entorno de Tartesos

          Gerión rey de Tartesos y Heracles

 

         El gigante Gerión, hijo de Criasor, el guerrero de la espada de oro y de la ninfa Calirroe, hija de Océano, era un monstruo alado con tres cabezas y tres cuerpos unidos por el vientre, tenía tres pares de piernas y tres pares de alas. Había nacido en una cueva de las montañas de la plata, en las fuentes del río Tartesos (Guadalquivir). Este vigoroso rey mitológico era dueño de grandes riquezas en oro y plata y de un inmenso rebaño de bueyes, vacas y toros rojos.

Su ganado pastaba en las amplias campiñas situadas entre el río Antemo (Guadalete), el río Guadaira y las riberas del golfo Tartésico, donde desembocaba el Guadalquivir. Guardaba el ganado el pastor Euriteon, hijo de Ares y de la hespéride Eritia (la roja), ayudado por Orto el perro bicéfalo hermano de Cerbero, el que custodia la entrada del infierno en el reino de Hades.

Como décimo trabajo el rey Euristeo, bajo la influencia de Hera, ordeno al intrépido Heracles, hijo del dios Zeus y de la mortal Alcmena, viajar a occidente para matar al gigante Gerión, robarle el ganado y llevarlo a la ciudad de Tirinto en la península del Peloponeso. El héroe atravesó el desierto de Libia, al entrar en Tartesos levantó dos columnas a ambos lados del estrecho en los límites entre Europa y África. Cuando llegó a las tierras del gigante, se paró a descansar en el monte Abas (actual Corchuela), desde donde se veía pastar la gran manada de toros, vacas, y bueyes rojos del rey Gerión.

Orto, el gran perro de dos cabezas, divisó al fornido Heracles, e intuyendo sus intenciones, se arrojó con ímpetu insensato sobre el ladrón, en ese momento el héroe le pegó un tremendo golpe con la dura maza de madera de acebuche, que esgrimía como arma. Euristeo, el boyero, que observaba la lucha, corrió en ayuda del perro y de un sólo golpe de clava, que le asestó Hércules, también cayó muerto. Alarmado Menetes, que pastoreaba el rebaño de Hades en aquel lugar, huyó veloz, y sin perder un instante fue a contar a Gerión lo sucedido.

Especies vegetales   Ficha de la especie

 

Nombre científico: Dracaena draco (L.)L

Dracaena, del griego drakaina que significa dragón o serpiente, hace referencia al mito de Gerión, monstruo al que mató Heracles, de su sangre o de su túmulo (según versiones) brotó un árbol que exuda resina roja. El epíteto draco procede del latín: dragón.

Esta especie está incluida en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, como sensible a la alteración de su hábitat.

Nombre común: drago, drago de Canarias, árbol del dragón, árbol de la sangre del dragón, árbol de Gerión

Familia: Dracaenaceae

Origen: vive de forma natural en las islas de Macaronesia: (Cabo Verde, Madeira y Canarias) y en el Anti-Atlas marroquí (Dracaena draco subespecie ajgal)

 

 

  Caura (Coria) y Orippo (Dos Hermanas) en el entorno de Tartesos

          Gerión rey de Tartesos y Heracles

 

         El gigante Gerión, hijo de Criasor, el guerrero de la espada de oro y de la ninfa Calirroe, hija de Océano, era un monstruo alado con tres cabezas y tres cuerpos unidos por el vientre, tenía tres pares de piernas y tres pares de alas. Había nacido en una cueva de las montañas de la plata, en las fuentes del río Tartesos (Guadalquivir). Este vigoroso rey mitológico era dueño de grandes riquezas en oro y plata y de un inmenso rebaño de bueyes, vacas y toros rojos.

Su ganado pastaba en las amplias campiñas situadas entre el río Antemo (Guadalete), el río Guadaira y las riberas del golfo Tartésico, donde desembocaba el Guadalquivir. Guardaba el ganado el pastor Euriteon, hijo de Ares y de la hespéride Eritia (la roja), ayudado por Orto el perro bicéfalo hermano de Cerbero, el que custodia la entrada del infierno en el reino de Hades.

Como décimo trabajo el rey Euristeo, bajo la influencia de Hera, ordeno al intrépido Heracles, hijo del dios Zeus y de la mortal Alcmena, viajar a occidente para matar al gigante Gerión, robarle el ganado y llevarlo a la ciudad de Tirinto en la península del Peloponeso. El héroe atravesó el desierto de Libia, al entrar en Tartesos levantó dos columnas a ambos lados del estrecho en los límites entre Europa y África. Cuando llegó a las tierras del gigante, se paró a descansar en el monte Abas (actual Corchuela), desde donde se veía pastar la gran manada de toros, vacas, y bueyes rojos del rey Gerión.

Orto, el gran perro de dos cabezas, divisó al fornido Heracles, e intuyendo sus intenciones, se arrojó con ímpetu insensato sobre el ladrón, en ese momento el héroe le pegó un tremendo golpe con la dura maza de madera de acebuche, que esgrimía como arma. Euristeo, el boyero, que observaba la lucha, corrió en ayuda del perro y de un sólo golpe de clava, que le asestó Hércules, también cayó muerto. Alarmado Menetes, que pastoreaba el rebaño de Hades en aquel lugar, huyó veloz, y sin perder un instante fue a contar a Gerión lo sucedido.

Gerión, el mortal más fuerte que habitaba la tierra, sorprendió a Heracles al lado del río Antemo justo cuando se disponía a embarcar el rebaño, y se fue hacia él dando temibles gritos y arrojando enormes piedras y troncos de acebuche, a la vez que se protegía con su triple adarga y le atacaba con su lanza. El sagaz y musculoso Heracles usaba como defensa la piel y la cabeza del león de Nemea a modo de armadura y yelmo, y lanzando flechas intentaba acercarse al gigante para clavarle su espada de bronce o asestarle un mortal golpe con su sólida maza. La lucha duró tres días, a la tercera noche el astuto griego aprovechó la oscuridad para escabullirse.     El combate era observado por la asamblea de los dioses reunidos en el Olimpo que, según el interés de cada cual, tomaban parte por uno u otro contendiente. La oceánide Calirroe, madre del poderoso Gerión, que también presenciaba la brutal disputa a muerte y temía por la vida de su hijo, intentó convencerle para que abandonará la contienda y dejará escapar al hábil Heracles, pero el rey contesto que debía capturar al hijo de Zeus, pues era su obligación y una noble acción defender su ganado frente al intruso, aunque perdiera la vida en la lid.

Entonces Gerión usando sus tres pares de alas, sobrevoló la zona buscando al fugitivo. El astuto Heracles, el protegido de Zeus, escondido bajo la sombra de la frondosa copa de un grupo de encinas, aprovechó para disparar una de sus flechas envenenadas con la sangre de la hidra de Lerma, que alcanzó al gigante alado, atravesándole los tres corazones. El dragón cayó al suelo muerto, y cuentan que de su túmulo crecieron dos extraños árboles, que exudan savia roja como la sangre: el árbol de Gerión, el drago.

 

Para saber más sobre Caura (Coria) Orippo (Dos Hermanas) y Tartesos se puede visitar esta página:

http://personal.us.es/fcojose/entornodetartessos.htm 

                                                                                                

El mercader y la doncella

Una tarde en la remota antigüedad, cierto navegante mercader llegaba de las costas mediterráneas en busca de sangre de Drago producto muy en boga y de gran importancia en la elaboración de ciertas preparaciones de la farmacopea, y desembarcó por la playa de San Marcos, de Icod de los Vinos para llevar a efecto su

lucrativo propósito. Estando ya en la playa sorprendió allí a unas infantas o damas de esta tierra, que conforme al rito tradicional se bañaban solas en el mar aquella tarde veraniega. El intruso navegante las persiguió, logrando apoderarse de una de ellas. Esta trató astutamente de conquistar el corazón del extraño viajero para lograr huir, y con signos de consideración y amistad le ofreció algunos hermosos frutos de la tierra. Para aquel navegante que venía detrás de la sangre del Drago, y traía metido en la imaginación y en el alma el mito helénico de las Hespérides, los frutos que aquella dama de esta tierra le ofreciera, pudieron muy bien parecerle las manzanas del mítico jardín. Mientras él comía gustosamente desprevenido, la bella aborigen saltó ágil al otro lado del barranco, y velozmente huyó hacia el bosquecillo cercano escondiéndose tras la arboleda. El viajero sorprendido en principio trató de perseguirla de cerca, pero vio con sorpresa que algo se interponía en su camino, que un árbol extraño movía sus hojas como dagas infinitas, y que el tronco parecido al cuerpo de una serpiente se agitaba con el viento marino y entre sus tentáculos se ocultaba la bella doncella guanche. El navegante lanzó un dardo que llevaba en sus manos, contra lo que a él se le figuró un monstruo, con gran miedo y asombro y al quedarse clavado en el tronco, del extremo de la jabalina empezó a gotear sangre líquida del Drago. Confuso y atemorizado el hombre huyó laderas abajo, se metió en su

pequeña barca y se alejó de la costa; porque iba pensando en su corazón, que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides a la que salió a defender el mítico Dragón...

Ficha de la especie  Dracaena draco (usos medicinales)   Dracaena draco (usos industriales/artesanales) 

 

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