El juego sienta las bases para el desarrollo de conocimientos y competencias sociales y emocionales clave. A través del juego, los niños aprenden a forjar vínculos con los demás, y a compartir, negociar y resolver conflictos, además de contribuir a su capacidad de autoafirmación.
Pues eso...¡a jugar!
Cheese es otro juego de lógica que en principio está pensado para un jugador, aunque nunca es mala idea hacerte de un compañero que te eche una mano si te atascas.
El juego contiene una serie de fichas (pedazos de queso) donde hay un color de diferentes ratones. Por un lado puedes ver la cabeza del ratón y por otro lado su trasero.
El juego trae un librito con diferentes posiciones iniciales ordenadas por dificultad. En todas las posiciones iniciales los ratones deben colocarse con el trasero hacia arriba, es decir, no les vemos la carita. El reto consiste en darles la vuelta para que todos queden boca arriba.
¿Qué añade Cheese respecto a otros puzzles del estilo como Rush hour? Pues el movimiento de las piezas, que nos el lineal sino que hay que hacerlas rotar. Como el tablero es reducido (3x3) no podemos rotar las piezas indefinidamente hasta hacer aparecer a los ratones, por lo que estudiar los posibles movimientos de cada pieza antes de empezar es fundamental. Obviamente cuantas más piezas hay en el tablero más difícil es superar el reto.