El arte y las matemáticas tienen una larga relación histórica. En ambas disciplina, la creatividad es fundamental, pero si las matemáticas no existieran, muchas de las grandes obras de las que difrutamos en distintas disciplinas, no existirían.
13 enero 2023
¿Qué puede salir mal si mezclamos un retrato cubista del siglo XX como es “El Fumador” de Juan Gris, con otro retrato de la Inglaterra del siglo XVI como es este de Hans Holbein el Joven de Enrique VIII?
¡Pues nada si las matemáticas están de por medio!
El fumador. Juan Gris
Retrato de Enrique VIII. Hans Holbein el Joven
Somos alumnos de 3º de ESO y, aunque en un principio no lo parezca, nuestro proyecto se inspira en la obra “El Fumador”, que el pintor español Juan Gris pintó en Francia en 1913.
En un primer vistazo llama la atención la disposición de varias formas geométricas simples en el cuadro. Parecen distintos rectángulos que se superponen. Además están colocadas en forma de abanico, como una especie de baraja de cartas abierta que pudieran girar alrededor de un centro.
Estas ideas nos conectaron con el tema que acabábamos de estudiar en clase dedicado a los movimientos en el plano, donde habíamos trabajado con traslaciones, giros y simetrías.
Posteriormente descubrimos que Juan Gris se había interesado mucho por el mundo de las matemáticas. Él decía que éstas eran el andamio de muchas de sus obras. Y con esa excusa decidimos crear nuestro propio cuadro cubista.
Al principio pensamos en hacerlo con nuestros propios retratos, bien pintando nosotros mismos, bien utilizando imágenes. Vimos algunas obras de David Hockney creadas a través de fotografías muy interesantes, pero tras explorar en internet distintas obras de la colección del Thyssen se nos ocurrió hacer algo diferente: ¿Y si aplicamos esas ideas matemáticas que hemos sacado del cuadro de Juan Gris a otro que nada tenga que ver ni con el autor ni con el estilo? Y así dimos con el retrato de Enrique VIII de Hans Holbein el Joven.
Nos resultó interesante porque parecen obras están en las antípodas una de otra: el resultado podría ser divertido.
Un aspecto que llama la atención del cuadro de Juan Gris es el uso de colores intensos, así que, como primer paso, cogimos la imagen de Enrique VIII y la pasamos por un software de Inteligencia Artificial que aplica un filtro cubista. Modificando la configuración se consiguen formas geométricas más definidas y colores más vivos.
Después imprimimos varias copias del resultado en tamaño grande y empezamos a trabajar.
En El Fumador vemos fragmentos descompuestos de la cabeza y el sombrero. Hemos imitado ese procedimiento pero dándole un sentido matemático a esa descomposición. Se han aplicado traslaciones, giros y simetrías:
Sobre cada pieza se puede escribir un vector que define la dirección y el módulo de la traslación.
Se ha buscado el centro y ángulo de las piezas que se han rotado.
Y parte de los fragmentos son resultado de un simetría axial, combinado por ejemplo un rostro mirando a la derecha con otro que resulta mirar a la izquierda.
Otro aspecto que queríamos trabajar en este proyecto era el del volumen de la obra. Para conseguir esta sensación en una forma plana y sin ninguna perspectiva aprovechamos la idea de Juan Gris de superponer diferentes piezas en el centro del cuadro. Nosotros las hemos superpuesto utilizando cartón pluma, de esa forma conseguimos diferentes planos que salen del cuadro. Como además esas piezas están dispuestas en forma de abanico hemos introducido un encuadernador que hace de centro de giro de las mismas. De esa forma moviendo esos elementos podemos tener versiones diferentes del cuadro.
Con el cigarro que hemos dibujado hemos querido hacer otra referencia al cuadro original. El humo está dibujado con líneas sinuosas, muy distintas al resto que son mayoritariamente líneas poligonales. Además pasan por encima de todos los fragmentos atravesando todos los planos. Es otra manera de generar la sensación de tres dimensiones.
¡Y este es el resultado de juntar el arte con las matemáticas!