Más allá del ciclo del nitrógeno y de las comunidades microbianas en cultivos intercalados y de cobertura
Dra. Laurie E. Drinkwater
Doctorantes de El Colegio de la Frontera Sur:
Alma Liz Vargas de la Mora
Hermes Pérez Hernández
Palabras claves: Cultivos de cobertura, Ciclo de nutrientes, Agroecosistemas, Economía de recursos, Ecología de arvenses, Ecología microbiana.
Biografía:
Laurie E. Drinkwater, nacida en los Cayos, Florida, EE.UU., obtuvo una licenciatura en Letras por la Universidad del Sur de Florida (1978) y se graduó con doctorado en Ecología Marina por la Universidad de California, Davis (1986). Ha recibido diversas condecoraciones dentro de las que destacan el “Premio a los logros de toda una trayectoria dedicada a la agricultura orgánica” (2018), otorgado por la “Agronomy Society of America”, “la Alianza de Mujeres en Agroecología” (2013) por la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología y “el premio Celebración de la mujer en la Ciencia y la Ingeniería” (2011) por el Instituto de liderazgo de la mujer en la ciencia y la ingeniería, Universidad de Wisconsin.
Fue Directora de Investigación en el Instituto Rodale. Actualmente se desempeña como docente en la Escuela de Integración de la Ciencia de Plantas de la Universidad de Cornell, en el departamento de horticultura impartiendo los cursos de ecología del suelo, agroecología y ciencias de la sostenibilidad.
Durante su juventud en los Cayos en Florida, experimentó de primera mano la disminución constante de los ecosistemas marinos. Cuando tenía 20 años, el deterioro de los ecosistemas de arrecifes y pastos marinos le pareció alarmante. Con estas experiencias como telón de fondo, obtuvo un doctorado en Ecología Marina en la Universidad de California, Davis. Ella misma refiere que en este tiempo no tenía amplio conocimiento sobre el manejo de la agricultura, ni el rol de esta en el declive de los sistemas oceánicos. “viviendo en America’s Veggie Basket” (“Viviendo en la Cesta de Vegetales de América”), como llamó coloquialmente a esta región, adquirió conocimiento sobre los procesos de agricultura industrial y sus implicaciones en la escorrentía del suelo. Esta problemática la motivó a entender la ecología de la agricultura. Desde entonces, su visión de la posibilidad de desarrollar sistemas alimentarios sostenibles y ecológicamente intensivos ha sido el eje central de su trabajo.
Para ella, la transición de un campo biológico “puro” hacia la agricultura fue desafiante, le permitió aportar una nueva perspectiva ecológica para la búsqueda de alternativas en el manejo sostenible de sistemas agrícolas. Documentándose extensamente en estos temas, se percató que los sistemas de agricultura ecológica y la agricultura orgánica no estaban ampliamente respaldados en trabajos científicos. Su plan entonces fue (y sigue siendo) proporcionar evidencia científica para respaldar el movimiento emergente de la agricultura sostenible que cobró impulso en los años noventa. Todo esto con el objetivo de cambiar el paradigma de la dependencia de los fertilizantes, siendo esta una idea central para ella (que sigue siendo vigente actualmente.). En sus propias palabras: “las experiencias tempranas pueden ser formativas en la determinación de trayectorias profesionales”.
Línea de tiempo académica y redes de colaboración
La Dra. Drinkwater ha sido innovadora en su campo de trabajo, teniendo una gran riqueza de relaciones multidisciplinarias e interinstitucionales que ha sabido dirigir hacia propuestas de acción territorial que impulsen sistemas agroalimentarios sustentables, en búsqueda de la armonía en la relación humano-ambiente. Su dedicación, innovación y flexibilidad como investigadora se reconocen en sus aportes. El desarrollo de su carrera profesional se representa de manera general en la figura 1.
Figura 1. Línea del tiempo de la actividad profesional de la Dra. Laurie E. Drinkwater
Durante su carrera profesional. ha abordado diferentes campos del conocimiento, desde una base de investigación agrícola aplicada que desarrolló apasionadamente a lo largo de 15 años (Petersen et al. 1999). Su trabajo se ha centrado principalmente en entender las dinámicas de flujo de elementos como C, N y P en el suelo, comunidades microbianas del suelo (Drinkwater et al. 1996; Buyer et al. 1997; Drinkwater et al. 1998; Franke-Snyder et al. 2001; Jacobson et al. 2011; Bethrong et al. 2013) y cultivos de manejo convencional vs orgánico (Shennan et al. 1991). Estas primeras etapas determinaron su expansión a otros temas de investigación, puesto que tenían como base el trabajo colaborativo de amplio espectro, integrando equipos interinstitucionales con los cuales hizo difusión de sus resultados. Esto principalmente a través de revistas científicas y capítulos de libros donde enfatizó la importancia de entender las interacciones entre el suelo, la fertilidad y el desarrollo de cultivos (Drinkwater 2002; Drinkwater y Snapp 2007). Tras esa fase, se replanteó sus objetivos de investigación, incorporando metodologías que le ayudaran a responder preguntas nuevas tales como: ¿Cómo los diversos factores que había estudiado durante tanto tiempo se reflejaban en el rendimiento de los cultivos? Y, ¿Qué relación había con los agroecosistemas? (Petersen et al. 1999; Drinkwater 2003; Drinkwater 2009). Esta etapa duró aproximadamente nueve años durante los cuales fue centrándose en la siguiente pregunta: ¿Cómo transmitir su conocimiento científico producto de varios años de investigación hacia el modelo de extensionismo técnico? (Robertson et al. 2008). Esta interrogante (que continúa vigente) la dirigió hacia un paradigma más integrativo de diversos enfoques científicos, cambiando de una ciencia básica experimental hacia una de interrelaciones entre plantas, suelo, rendimiento y sostenibilidad ecológica, esto siempre de la mano de principios de manejo orgánico, pero ahora proponiendo modelos agro-ecosistémicos para implementar la aplicación del conocimiento adquirido (McConnell et al. 2011; Vanek et al. 2016; Drinkwater et al. 2017).
Todo esto la condujo eventualmente a integrar también la relación del humano con el sistema natural. Este nuevo elemento fue determinante y la llevó a desarrollar propuestas para evaluar los sistemas socio-ecológicos, (sin dejar su principal campo de conocimiento -las relaciones dinámicas de nutrientes) lo cual otorgó mayor fortaleza a los planteamientos sobre el manejo de los agroecosistemas (Hufnagl-Eichiner et al. 2011). Su creciente entendimiento de los problemas locales impulsaron su carrera hacia un nuevo planteamiento personal: ¿Es posible desarrollar agroecosistemas que sean sustentables tanto social como ecológicamente? Además de esto, con resiliencia ante los embates cada vez más cercanos del cambio climático (Schipanski et al. 2016; Drinkwatwer et al. 2016). Entonces, sus investigaciones se expandieron hacia otros puntos estratégicos de la agroecología como aspectos sociales, económicos, ambientales y políticos (Gliessman 2016) -incorpora el término Agroecología explícitamente en sus publicaciones a partir de 2016 (Gregory et al. 2016)-. A partir de este punto, sus contribuciones más sobresalientes se pueden presentar en cuatro aspectos esenciales:
● Investigación aplicada en torno a dinámicas de flujo de nutrientes y comunidades microbianas en la interacción suelo-plantas.
● Diseño y evaluación de agroecosistemas, comparación entre manejo orgánico y convencional.
● Estrategias de intervención en sistemas alimentarios sustentables.
● Evaluación del territorio productivo, considerando actores, escala y propuestas de intervención.
Estos aspectos muestran a groso modo cómo han evolucionado las investigaciones de la Dra. Drinkwater. En la figura 2 se muestra su dinámica de colaboración con investigadores de diversos países, incluido el suyo.
Figura 2. Publicaciones y colaboraciones de la Dra. Laurie E. Drinkwater. El mayor tamaño de los íconos de investigadores está relacionado a mayor coincidencia en publicaciones y viceversa. Con respecto a las publicaciones, el color más cercano a anaranjado indica mayor número de colaboradores y más cercano a amarillo menor número de colaboradores. Los trabajos en naranja son los trabajos más importantes, coincidiendo esto con los enfoques multidisciplinarios e interinstitucionales. Para el análisis de la red se utilizó el programa Sentinel Visualizer 2018.
Las redes de colaboración de la Dra. Drinkwater han sido dinámicas. Ha trabajado al menos con 123 investigadores. De estos, ha tenido el mayor número de publicaciones junto con Crowe J. H. (coincidencias de publicaciones en el período 1985- 2001), Wagoner P. (1988-2001), Tonitto C. (2006- 2010), David M. B. (2006- 2011), Snap S. S. (2007- 2017) y en años más recientes Schipanski y E. Meagan (2012- 2017). -Con estos dos últimos tiene 5 publicaciones hasta el momento.
La mayor productividad académica en su carrera se dio en los años 1991, 2007, 2009, 2010, 2011, 2013, 2016, 2017, en los que tuvo de tres a cinco publicaciones científicas por año. En los primeros cuatro años mencionados, las investigaciones se relacionaron principalmente con el entendimiento de relaciones nutrimentales, suelo y material vegetal en sistemas productivos con manejo convencional vs. orgánicos. Entre los años 2010 al 2013, además de continuar con su línea base de interacciones, comienza a desarrollar líneas de investigación a nivel de ecosistema y su relación con lo social (humano). En los años siguientes, dedicó su mayor atención a la escala de paisaje y los sistemas alimentarios complejos., sin perder el importante enfoque de relaciones complejas socio-ambientales en el cual ha basado su vida académica.
Aportes de la Dra. Laurie E. Drinkwater a la Agroecología
Si bien las investigaciones de la Dra. Laurie pareciesen estar básicamente aplicadas al enfoque agrícola y ecológico, la diseminación de su idea filosófica, ética profesional, entusiasmo en la docencia práctica; además de sus relaciones con los agricultores, cuerpos de investigación, actividades de extensionismo y su preocupación por la conservación de los recursos naturales, hacen posible que conjunte los conceptos, principios, definiciones, teorías y procesos para finalmente aterrizar en la “Agroecología”. Como ella narra:
“…La experiencia de trabajar en un grupo interdisciplinario me enseñó a valorar esta forma de investigación para promover el desarrollo sostenible… Los hallazgos del estudio en la granja también me convencieron de que las leguminosas son una de las bases de la gestión sostenible del suelo. Mis primeros estudios publicados mientras estuve en el Instituto Rodale probaron esta idea; en ellos se mostró que, en comparación con el fertilizante N, las leguminosas son una fuente de N más eficiente y con más beneficios para la salud del suelo y la mitigación del cambio climático (más de 1000 citas). Estas fueron las primeras de una larga lista de publicaciones de mi grupo que investigaron los efectos del uso de la fijación biológica de N como fuente primaria de Nitrógeno…”
“…me han llamado pionera en el uso del enfoque de investigación de sistemas alimentarios sustentables…he dado docenas de presentaciones y escribí un manual que aborda el "cómo hacer" sobre este tema, publicado en 2016. El libro ha llegado a ~ 7000 agricultores (ventas + PDF).” (Comunicación personal con Drinkwater).
Cultivos de cobertura y ciclo de nutrientes
A medida que se han estudiado más prácticas como el cultivo de cobertura (planta cultivada que cubre el suelo mediante su follaje para evitar la erosión de suelo, evita pérdida de nutrientes, reduce malezas y plagas, etc.) y los indicadores de salud del suelo, la Dra. Drinkwater ha redirigido su investigación hacia áreas no abordadas del conocimiento que limitan la amplia adopción del manejo ecológico del suelo y el uso de cultivos de cobertura (leguminosas) como fuente de nitrógeno. Una de sus investigaciones fundamenta la adopción del potencial de mineralización de N como indicador de salud del suelo (Drinkwater et al. 1996) y reveló cómo las raíces de las leguminosas construyen la materia orgánica del suelo, también aportando consecuentemente altos niveles de C debido a: (1) descomposición lenta del C de las raíces (2) protección de la materia orgánica particulada (proveniente de las raíces) dentro de los microagregados y (3) la naturaleza química del C proveniente de los exudados de las raíces, es decir, compuestos orgánicos liberados por las raíces que contienen C como: carbohidratos, ácidos carboxílicos y aminoácidos en diferentes concentraciones (Puget y Drinkwater, 2001).
La Dra. Drinkwater también ha evidenciado que los malos manejos agrícolas contribuyen a las emisiones de N2O (óxido nitroso; un potente gas de efecto de invernadero), demostrando con investigaciones de más de 20 años que los sistemas diversificados (maíz-leguminosas) y el manejo de las plantas interactúan para disminuir las emisiones inorgánicas de N y de N2O comparados con sistemas convencionales.
Se han realizado una serie de meta-análisis que comparan el manejo ecológico y convencional del suelo. En estos documentos se demuestra que los enfoques ecológicos para el manejo de nutrientes reducen las pérdidas ambientales de N y aumentan la acumulación del mismo (Tonitto et al. 2006, Gardner y Drinkwater 2009, Han et al. 2016). Particularmente, el trabajo de Han, Walter y Drinkwater (2017), utilizando 129 artículos y 597 comparaciones por pares, encontraron que un aumento de las emisiones de N conduce a un aumento de las emisiones de N2O, independientemente de la fuente (fertilizante N, abono verde o abono animal); además, encontraron evidencia sólida de que reemplazar las zonas de barbecho desnudas con coberturas reduce las emisiones de N2O. También, el análisis sugiere que existe un gran potencial para aplicar la teoría de la saturación de N, lo cual demuestra que la adición extra de N supera la capacidad de un ecosistema para reciclar o almacenarlo, además, las consecuencias del exceso incluyen una mayor mineralización y nitrificación de N, lixiviación de NO3 y flujos de gases de efecto de invernadero, esto contribuye a desarrollar una mayor comprensión de las interacciones entre las prácticas de manejo y entre los factores ambientales. La aplicación de estas investigaciones podría tener consecuencias importantes para el manejo de N en los sistemas agrícolas (Drinkwater y Snapp 2007).
Ecología microbiana
Aunque se han probado sistemas diversificados en el tiempo y espacio, obteniendo mayor productividad (Vandermeer 1989), Han, Walter y Drinkwater (2017) plantean que la información sobre la comunidad microbiana del suelo podría mejorar la predicción de muchos procesos que involucran la transformación del N y P asociados a efectos de estimulación vegetal, a su vez están influenciados por la combinación de factores como las especies vegetales, el tipo de suelos y las condiciones ambientales. Mohaney et al (2017) afirman que la variación de la diversidad genética de plantas influye en la composición de la comunidad microbiana en la rizosfera. Esto, en el contexto agroecológico no solamente implica recomendar la práctica de intercalado o rotación de cultivo, sino saber hasta qué punto, en los esfuerzos de reproducción, las variedades de maíz alteran las poblaciones microbianas y la relación planta-microorganismos. Drinkwater y Snapp (2007) confirmaron que las plantas proveen alimentos a través exudados hacia las bacterias micorrícicas, mientras que las bacterias asimilan nitrógeno atmosférico que queda disponibles para las plantas (Lynch y Whipps 1990). Emmett, Buckley, Smith y Drinkwater (2017) corroboraron después que la comunidad microbiana de la rizosfera (CMR) y la actividad enzimática de ésta varía entre los híbridos de plantas de maíz, resultando en un incremento de las comunidades microbianas asociadas a cultivos de maíz en híbridos creados en los años 60 y 70´s, en comparación con semillas recientes.
La Dra. Drinkwater también ha resaltado que las comunidades microbianas de la rizosfera son de importancia crítica para el ciclo del N del suelo y la productividad. Asimismo, evidenció que las especies de plantas y genotipos seleccionan distintas comunidades de microorganismos en la rizosfera. La liberación de C de las raíces de las plantas y la absorción de nutrientes y agua genera un entorno fisicoquímico particular para la comunidad microbiana (Mendes et al. 2014), lo que resulta en cambios en las poblaciones. Con relación a estos descubrimientos, Emmett, Youngblut, Buckley y Drinkwater (2017), demostraron que la composición de la comunidad bacteriana varía significativamente entre diferentes especies y genotipos de plantas, por lo cual es importante tomar en cuenta los tipos de plantas y variedades de semillas, ya que los rasgos de historia de vida asociados con la adquisición de recursos se correlacionan con la variación en la composición de la comunidad bacteriana y su actividad enzimática.
Investigaciones multidisciplinarias de interacciones humano-ambiente
El trabajo multidisciplinario ha sido clave en la carrera académica de la Dra. Drinkwater. Una importante publicación suya en este sentido se titula “Investigación sobre Sistema humano y natural (CHANS): enfoques, desafíos y estrategias”. En este se resalta que entender las complejas interacciones entre el humano y el sistema natural son la clave para alcanzar el bienestar de la sociedad y la sustentabilidad global. Esto sin embargo requiere la integración del conocimiento de varias disciplinas para lograr análisis y propuestas de soluciones territoriales con mayor asertividad. También se subraya que se debe tener especial consideración en las escalas de tiempo, espacio y nivel territorial para hacer distintos tipos de análisis de las interacciones humano naturaleza con propósitos diferenciados. En este artículo se abordan de manera esquemática tres niveles de análisis de CHANS: 1) La elaboración de modelos de flujo a gran escala muestran y permiten la discusión sobre la estructura más general de los sistemas, los componentes y vinculaciones generales; 2) Los modelos que detallan los vínculos y enfoques de los procesos se consideran modelos intermedios, de alta importancia porque representan las condiciones ambientales sobre las dinámicas de vida y su vínculo con las dinámicas poblacionales; pudiendo mostrar a detalle relaciones tipo presa-depredador, interacciones específicas entre especies, movimientos de capital económico, natural o material. Este nivel de análisis facilita la conceptualización de la estructura y parámetros requeridos para dar mayor detalle de las relaciones, contribuyendo a la generación de modelos matemáticos basados en la información de la interacción de los sistemas. 3) El modelo de contraste usa la información de los anteriores para modelar con la finalidad de buscar soluciones de equilibrio. Estos tres tipos de modelos aplicados a un mismo sistema de estudio proveen información útil para entender y facilitar las comunicaciones entre los investigadores, y las poblaciones y comunidades participantes (McConnell et al. 2011).
La concepción de hacer investigación con enfoque CHANS está basada en entender las relaciones que afectan las dinámicas territoriales desde un enfoque participativo y multidisciplinario. Esto tiene el objetivo de rescatar la visión de los actores locales, los poseedores de la tierra, los tomadores de decisiones y académicos, entre otros. En general, es una estrategia que contribuye a crear conocimiento y entendimiento de los procesos a través de visiones complementarias (McConnell et al. 2011).
Conclusiones
En el estudio de los cultivos de cobertura, la Dra. Drinkwater ha mostrado con éxito que los nutrientes como el fósforo, carbono y el nitrógeno tienen un flujo dinámico entre el suelo y la planta. Estas dinámicas son afectadas por diversos factores como la humedad, las características específicas del suelo como su estructura, la presencia de microorganismos y sustancias inmovilizadoras de nutrientes.
Los microorganismos en el suelo son capaces de cambiar las características del mismo, permitiendo una mejor absorción de nutrientes por las plantas. El manejo agronómico que favorece la riqueza de microorganismos en el suelo no solo tiene beneficios como retención de humedad y un mejor flujo de nutrientes hacia la planta; también favorece la estructura y textura del suelo, así como un aumento en el rendimiento de los cultivos. Estas ventajas parecen presentarse con mayor frecuencia en sistemas productivos de manejo orgánico en contraste con los de manejo convencional. Además, los estudios de la Dra. Drinkwater han evidenciado que las prácticas de rotación e intercalado tienen mayores beneficios en comparación con las convencionales, también para el manejo de cultivos en tiempo y espacio, es importante considerar cuidadosamente las especies a utilizar, puesto que existe una relación muy estrecha entre plantas y comunidades de microorganismos.
Se puede concluir que sus trabajos han impulsado cambios en la percepción de cómo manejar los sistemas productivos alimentarios, partiendo de un enfoque de sostenibilidad donde los sistemas socio-ecológicos son la base de la búsqueda de alternativas productivas aplicables a diversas escalas territoriales; esto siendo clave a considerar para dirigir asertivamente las intervenciones en el territorio.
El mayor uso de los cultivos de cobertura parece ser también una estrategia viable para la gestión de nutrientes y la salud del suelo; parte de un cambio de paradigma más amplio que se da actualmente entre los investigadores, los responsables de la formulación de políticas y las organizaciones de productores, para utilizar estrategias de manejo ecológicas con el objetivo de cumplir con metas de producción y ambientales. En las propias palabras de la Dra. Drinkwater, ella está encantada y orgullosa de participar en este cambio de paradigma.
Es importante resaltar, que aún queda mucho por hacer. Las diversas realidades mundiales demandan investigaciones que ayuden a responder las problemáticas específicas in situ de cada sistema productivo. Así mismo, la colaboración interinstitucional y multidisciplinaria son necesarias para buscar soluciones integrales a estas problemáticas.
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Vínculos del autor
Página académica:
https://hort.cals.cornell.edu/people/laurie-drinkwater/
Artículos en Researchgate: