Reconocimiento del acento. La sílaba tónica
Sílaba tónica y sílaba átona
Si escuchas con atención, comprobarás que en la inmensa mayoría de palabras pronunciamos una sílaba más fuerte que otras. Esa pronunciación más fuerte, esa fuerza que damos a algunas sílabas, es lo que conocemos como acento prosódico. Ej.:
fui
sue ño
cán ta ro
ban de rín
ca ca hue te
A la sílaba que lleva esa fuerza, es decir, a la portadora del acento, la conocemos como sílaba tónica. A las demás, o sea, a las no portadoras del acento, las conocemos como sílabas átonas. En los ejemplos anteriores, las sílabas en negrita son tónicas; las demás, átonas.
Palabras tónicas y átonas
Del mismo modo que hay sílabas tónicas y átonas también hay palabras tónicas y átonas. Las palabras tónicas son la que llevan acento y las palabras átonas, las que no tienen. Estas últimas son pocas: por ejemplo, los pronombres me, te, se, que; los artículos determinantes el y la, los y las; los adjetivos determinativos demostrativos (esta casa, ese señor, aquella montaña —las sílabas tónicas van en negrita—); los adjetivos demostrativos posesivos apocopados (mi casa, vuestro mar) ; todas las preposiciones, menos según; y algunas más.
Observa los acentos de la siguiente oración:
Si te vas al pa ís ve ci no, me lla mas el dí a an tes.
Las palabras si, te, al, me, el, no llevan acento, son átonas. Esto es muy importante para escribir poesía porque la poesía es ritmo y el ritmo en las palabras y en las oraciones va marcado por el acento. Pero eso es otra historia...
Más sobre las palabras átonas en la RAE.