La piedra

Voltaire. Zadig o El destino

Cuando Setoc llegó a su tribu, comenzó por reclamar quinientas onzas de plata que había prestado delante de dos testigos a un hebreo. Pasó que los dos testigos habían muerto y el hebreo se apropió del dinero del mercader, agradeciendo a Dios la oportunidad que le había brindado en estafar a un árabe. Setoc confió su pena a Zadig, que era su consejero.

—¿En qué lugar prestasteis ese dinero al infiel? —le preguntó.

—En una gran piedra que está cerca del monte Horeb—respondió el mercader.

—¿Cuál es el carácter de vuestro deudor? —le volvió a preguntar.

—El de un canalla —dijo Setoc.

—Pero yo os pregunto si es un hombre inteligente, flemático1, avivado2 o imprudente3 —dijo Zadig.

—De todos los malos pagadores dijo Setoc— es el más vivo que conozco.

—Bueno —respondió Zadig—, permitidme presentar vuestra causa al juez.

Citó al hebreo en el tribunal y así le habló al juez:

—Almohada del trono de la equidad4, vengo a demandar a este hombre, en el nombre de mi amo, quinientas onzas de plata que no quiere devolverle.

—¿Tenéis testigos? —preguntó el juez.

—No, murieron; pero queda una gran piedra sobre la que se contó el dinero, y si place a vuestra excelencia ordenar que la traigan, espero que ella sirva de testigo; el hebreo y yo esperaremos aquí y todo el gasto correrá por cuenta de mi amo.

—De acuerdo —dijo el juez, y se puso a trabajar en otros casos.

Al final de la audiencia preguntó el juez:

—Y bien, ¿ha llegado vuestra piedra?

El hebreo contestó riéndose:

—Vuestra grandeza podrá esperar aquí hasta mañana porque la piedra está a seis mil millas de aquí y harían falta quince hombres para moverla.

—Bueno —dijo Zadig—, os había dicho que la piedra sería un buen testigo. Puesto que este hombre sabe dónde está, con ello avala que el dinero se contó sobre ella.

El hebreo, desconcertado, fue obligado a pagar. El juez ordenó atarlo a la piedra sin comer ni beber hasta que pagara la deuda, que fue abonada de inmediato.

El esclavo Zadig y la piedra fueron muy comentados en toda Arabia.



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(1) flemático.................................. Tardo y lento en las acciones. Tranquilo, impasible.

(2) avivado..................................... Aprovechado, que actúa rápidamente en su propio provecho.

(3) imprudente............................. Insensato, que no tiene buen juicio, que no calcula bien las consecuencias de lo que hace o dice.

(4) equidad.................................... Cualidad de una persona que tiende a dar a cada uno lo que merece. Imparcialidad.