DEFINICIÓN: «Inconsecuencia en la construcción del discurso» (DRAE).
Lo primero que cabe advertir es que el DRAE no contempla el anacoluto como una figura retórica. No obstante, lo que en última instancia es una agramaticalidad, una ausencia de continuidad en la corrección expresiva, puede llegar a dar un resultado pretendidamente estético. Tal como indica Díez Borque1, con esta figura «se renuncia a la construcción sintáctica lógica y se emplea otra más expresiva, surgida del fluir de las ideas y las distintas asociaciones; supone romper el orden y vinculación entre un período y otro que quedan desconectados». Ni que decir tiene que el anacoluto es mucho más frecuente en la lengua oral que en la escrita, en la cual, no obstante, puede aparecer por decoro lingüístico o como recurso sorpresivo.
Hay dos tipos básicos de anacoluto:
1- Anantapódoton: Supresión de una parte de la frase. Ej.: «Él respondió solamente, / como por tacha afrentosa: / "Vos no sois que una purista". / Y ella dijo: "A mucha honra"» (Tomás de Iriarte, Los dos loros y la cotorra).
2- Anapódoton: Repetición de una parte de la frase. Ej.: «Y ahora me lo vas a decirlo».
En ocasiones, es posible encontrar ambos tipos en un mismo período. Ej.: «¿Y su padre de usted no tendré el gusto de verle antes de marcharme?» (Jacinto Benavente, La farándula).
ETIMOLOGÍA: Del gr. ἀνακóλουθος 'inconsecuente'.
Ejemplos literarios:
«Aquel de buenos amigos / amado por virtuoso / de la gente, / el maestro don Rodrigo / Manrique, tan famoso / y tan valiente, / sus grandes hechos y claros / no cumple que los alabe» (Jorge Manrique, Coplas por la muerte de su padre).
«Bien haya Cide Hamete Benengeli, que la historia de vuestras grandezas dejó escritas, y rebién haya el curioso que tuvo cuidado de hacerlas traducir» (Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha II, 3).
«Cuando anuncia que el sombrerero Fulano de Tal, deseando acabar cuanto antes con su corta existencia, se propone dar sus sombreros más baratos; que “una señora viuda quisiera entrar en una casa en clase de doncella, y que sabe todo lo perteneciente a este estado”...» (Mariano José de Larra, El café)
«El ventero, que no conocía a don Quijote, tan admirado le tenían sus locuras como su libertad» (Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha I, 25).
«Llegué por Príncipe Pío, me voy por Príncipe Pío. Llegué solo, me voy solo. Llegué sin dinero, me voy sin dinero» (Luís Martín Santos, Tiempo de silencio).
Ejemplos del habla cotidiana:
«El vecino que su perro es un caniche hace tres días que no lo veo» (expresión común).
«En los restaurantes de los polígonos, no cuentan con una carta muy elaborada» (expresión común).
«La plaza donde vas todo en ella me gusta» (expresión común).
«Se tratarán de hacer las reformas necesarias» (expresión común).
«Yo es que, bueno, no me parece muy oportuno» (expresión común).
Ejemplos de canciones:
«Yo, a mí me parece que en Texas no hay marismas» (No me pises que llevo chanclas, Buenos días te lo juro).
1 Díez Borque, José M.ª: Comentario de textos literarios (método y práctica), Madrid, Playor, 1983, 9.ª ed., pág. 99