Horizonte oeste poco después del anochecer, desde Aquila a Lyra. Canon EOS 200D, 18mm, 10x10", ISO6400.
30 de Diciembre de 2021
Por primera vez en más de cinco años (sin contar EAZAR21 en Zárabes) pude realizar una salida de observación, ya que la ultima que tengo anotada data del verano de 2016… ¡casi nada! El 30 de diciembre decidí salir, a la vista del cielo azul sin nubes durante todo el día, a la zona que era mi habitual, en la vertiente sur de la Sierra del Aramo a escasos 40 minutos de coche. Un lugar en altura, pero no particularmente oscuro (Bortle 3-4), que considero un buen compromiso entre distancia y oscuridad de cielo.
Sin embargo, al llegar al lugar de observación poco después de la puesta de Sol (18:15) ya se veía que la noche no iba a ser de las buenas. Primero, el viento que, sin ser fuerte, resultaba ya bastante molesto, y segundo, la presencia en el valle de varios fuegos intencionados (quema de rastrojos en fincas, totalmente ilegal con las altas temperaturas de estos días), aunque afortunadamente el viento se llevaba el humo lejos de mi posición. Finalmente decido quedarme en una pequeña explanada a 1230 metros de altura donde el viento, al menos por ahora, es menos intenso. Otra cosa llamativa es la temperatura absolutamente inusitada para esta época: el termómetro no bajó en ningún momento de 12-13ºC (con inversión térmica, con la temperatura subiendo desde los 10ºC desde cotas mas bajas.
En primer lugar, monté la EQ-5 con el Vixen A80SS para catar la noche, y mientras montaba puse a la réflex a tomar algunas imágenes de los horizontes. Además, hace un par de meses me hice con un lechuguimetro SQM-L, que me he traído de Alemania, así que iba con curiosidad sobre que valores puedo alcanzar desde aquí, a tan solo 25 km en línea recta desde Oviedo.
Pero una vez pasado el crepúsculo astronómico el cielo no tenía buena pinta, con un fondo demasiado lechoso. Las primeras medidas del SQM rondaron los 20,80-20,85, lo que me decepcionó bastante. Tengo referencias desde este mismo lugar de medidas SQM (no mías) de hasta 21,4-21,5. Como veremos luego la cosa mejoró un poco, pero estaba claro que no iba a ser una gran noche. Otra cosa que me desanimó bastante fue ver cómo han cambiado la iluminación a LED en los pequeños pueblos del valle, ahora con LEDs blancos bastante luminosos. Y además, como muchos ya habéis comentado innumerables ocasiones, la contaminación lumínica de la zona central de Asturias (que desde aquí queda en dirección norte y oculta por la montaña) ha virado totalmente al blanco. Los cambios de iluminación que estoy viendo estos últimos meses en Asturias son un completo desastre. Adjunto algunas imágenes de la noche.
Con el 80SS me moví un poco por la zona norte de Cygnus, que aún estaba a una altura razonable. Pero la nebulosa Norteamérica estaba bastante desvaída, apenas visible como una débil luminosidad de fondo y no era ni una sombra de lo que he visto de ella en este mismo lugar. No duré mucho con el pequeño 80 ya que mis objetivos eran otros para esta noche, así que rápidamente y mientras terminaba de tomar imágenes con la cámara, monté el refractor de 120 mm f/8, el mismo de siempre.
El primer objetivo con el 120mm fue la M 33 del Triángulo. De nuevo un poco de decepción, ya que la galaxia tiene la forma de un borrón informe, sin apenas trazas de la estructura espiral que he visto en otras ocasiones desde este mismo lugar. Además el seeing es lamentable, lo que unido al viento hace imposible subir a más de 100x. La nebulosa NGC 604 se ve con dificultad debido a estas circunstancias…
La galaxia NGC 253 en Cetus fue otro de los objetivos. Es una galaxia muy brillante, se ve sin ningún problema, pero el cielo de fondo esta demasiado claro y el contraste no es muy alto. Después también me pasé por la M 74, galaxia en Pisces de relativamente bajo brillo superficial pero que se ve sin ningún problema con cualquier aumento. Y a continuación un vistazo rápido a las Pléyades (en una posición un tanto incómoda en el refractor por la altura), con buena imagen a 28x y las nebulosas fácilmente visibles, sobre todo la de Merope. Para este momento el SQM había subido a alrededor de 20,9.
Zonas de Orión y Can Mayor. Canon EOS 200D, 18mm, 19x10" a ISO 6400.
La primera imagen que merecía la pena en esta noche la dio la Nebulosa de Orión y sus alrededores. A aumentos bajos la nebulosa tiene un aspecto buenísimo, con la zona del trapecio brillantísima y las alas expendiéndose a los lados. Pero lo que me sorprendió es poder ver sin problemas el cierre de la nebulosa por el sur, el lado opuesto al trapecio. A 28x (Aspheric 36mm) y 45x (Panoptic 22) se aprecia un evidente arco que parte de las cercanías de la iota Orionis hacia el oeste. Esto le da el aspecto de una burbuja cerrada a la nebulosa e su conjunto, muy bonito al ocular. El filtro UHC no mejora su visibilidad, pero tampoco la empeora. Muy curioso, no recuerdo haber visto antes este arco de nebulosidad, pero es verdad que a la M 42 siempre la he dejado de lado cuando he observado en cielos "oscuros".
El SQM seguía subiendo para terminar estabilizándose en 21,0-21,1. Aún lejos de lo que espero para este sitio, pero menos da una piedra.
En el mismo campo de M 42, la M 43 se también bien, esta si respondiendo mejor al filtro UHC. Y también la NGC 1977, la que los fotógrafos llaman “Running Man Nebula”, visible sin dificultad como una evidente nebulosidad envolviendo al grupito de estrellas de la 42-45 Orionis, de apariencia delicada como un velo que las cubre.
Sin mucha convicción me fui haca el norte, a la zona de la Zeta Ori. Al lado de la brillante estrella salta a la vista la nebulosa NGC 2023, grande y dividida en dos por un gran entrante oscuro, además de adivinarse más irregularidades menores. Esta nebulosa siempre me ha llamado la atención, está muy cerca de una estrella tan brillante como la Zeta Ori, pero aun así la presencia de la estrella no molesta en exceso para verla. De nuevo pruebo a meterle el UHC, pero sin una mejora apreciable aparte de atenuar el brillo de la estrella. Y justo al lado, la NGC 2024, también visible sin dificultad como un evidente halo alrededor de la estrella HD37903, de magnitud 7,8.
Pero lo que más me llamo la atención fue la IC 434. Nunca la había visto hasta ahora, pero mientras estaba por la zona intenté echarle el ojo. En luz integral no veo nada, pero al poner el UHC con el Panoptic 22, dejando la Zeta justo fuera del campo, aparece una nebulosidad alargada hacia el sur. débil pero relativamente evidente, que se extiende hasta la altura de NGC 2024 o un poco más. La nebulosa es más ancha cerca de la Zeta Ori, y se va estrechando hacia el sur, con forma de cuña. Bajando a 28x con el UHC la imagen mejora y la nebulosa se aprecia mejor. Una imagen inesperada, tal como estaba la noche. Se me paso por la cabeza intentar la cabeza de caballo, que se recorta sobre esta nebulosa, pero imposible en estas condiciones…
Via Láctea en Cefeo y Casiopea. Canon EOS 200D, 18mm, 38x10" a ISO 6400.
Y como a mí me encanta meterme en jardines para la escasa apertura que llevo, me puse con un par de objetos que llevaba en mi plan de observación. A estas alturas el seeing seguía igual de mal, con serias dificultades para enfocar estrellas a más de 100x, pero el viento había amainado algo, así que me puse a ello. Un par de planetarias del catálogo Abell…
Abell 12, nebulosa planetaria en Orion, justo al lado de Mu Orionis (mag. 4,1). Esta es una de las planetarias más brillantes del catálogo Abell, pero tiene el inconveniente de estar a sólo 50” de la Mu Ori. Tiene magnitud 12 y 37” de diámetro, y seguramente sería una planetaria NGC de no ser por su situación. Lo intenté primero con el [OIII] a 77x y 111x (Naglers 13 y 9mm, respectivamente), pero aunque parecía que había “algo”, apenas pude sacar nada en claro. El filtro es demasiado restrictivo para los aumentos y el mal seeing de la noche. Sin embargo, cambiando al UHC y 77x la imagen mejora y por momentos se aprecia "algo”, como si la estrella tuviese un halo asimétrico, extendido en dirección de AP 300-320º (al NW de la estrella). A 111x la imagen mejora y en varios momentos la planetaria se distingue con más frecuencia y más claramente, aunque cuesta separarla del halo de scatter de la estrella. En algunos momentos parece como si dicho halo tuviera una extensión "triangular" en dirección NW. Me anoté el AP de planetaria con la estrella, y luego en casa pude confirmar que casaba perfectamente con la Abell 12. A 149x con el UWA 6.7 se pierde, causa de las pobres condiciones de la noche. Objeto de difícil en estas condiciones, en una noche buena de verdad seguro que se ve sin mucho problema.
La siguiente fue Abell 21, la nebulosa de la Medusa en Gemini. Planetaria grande y débil, con magnitud 10.5 pero más de 10’ de diámetro. Es fácil de encontrar por starhop desde la lambda Gem. A 28x sin filtros ya se ve débilmente, pero la mejor imagen es de lejos con el filtro [OIII]. Es un objeto equidimensional de apariencia irregular, pero es difícil precisar detalles concretos. El borde S del objeto es más brillante y definida que la N, que parece más difuminado, formando asi la conocida figura de creciente. A 45x en [OIII] también es visible pero peor definida, y el UHC también disminuye notablemente el contraste respecto al [OIII]. Aunque el nombre mete miedo, no es una planetaria difícil. Yo mismo tengo una observación de este objeto con el 120 y filtro [OIII] en una noche transparente con cielo suburbano (Bortle 6), y por la red hay observaciones con telescopios de sólo 80 mm. Habrá que intentarlo con el A80SS.
El ultimo objeto de la noche fue el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, que fue visitado entre 2014 y 2016 por la espectacular misión Rosetta. El cometa está en Cáncer, cerca de la Iota, y se ve con mucha facilidad (está en magnitud 9,5). Le puse hasta 77x, con una imagen razonablemente buena. Se ve una coma redondeada y relativamente concentrada y una cola corta, de unos 15’ en dirección oeste. He visto muchos cometas, pero es una sensación diferente observar el 67P y saber lo que realmente hay en lo profundo de la coma, el origen de todo ese gas y polvo, que conocemos con tanto detalle gracias a la Rosetta. Como siempre en astronomía visual, no es solo la imagen, sino lo que sabemos del objeto.
En este punto ya había pasado la medianoche y el viento había aumentado considerablemente, así que llego el momento de recoger. Pese a la lucha contra los elementos, no ha sido mala noche, sobre todo después de tanto tiempo. Mientras recogía puse de nuevo a la cámara a trabajar para obtener alguna imagen más de la zona de Orión y la Vía Láctea en la zona de Casiopea. El SQM seguía fijo entre 21,0 y 21,1.