El Askar 120APO comparado con el acromático BlueStar de 120/1000
1 de noviembre de 2024
Hace poco llegó a mis manos un nuevo tubo: el Askar 120APO, un refractor apocromático de tipo triplete de 120mm a f/7 (840 mm de focal). Llevaba ya muchos años (demasiados) utilizando como telescopio principal un refractor acromático de 120mm f/8,3 (en mi caso etiquetado como BlueStar, pero idéntico a los Sky-Watcher y otras marcas bajo las que se ha vendido ese modelo). En su día decidí que el primer paso para sustituirlo sería un refractor apocromático de buena calidad y similar apertura, pero con un presupuesto algo limitado (y estando fuera de España), me lo fui tomando con calma. Empecé entonces a considerar varios modelos. Una cosa que prioricé es que el tubo mejorase los 2,5° de campo máximo del acromático, a la vez que fuera ligero y fácil de transportar. Con mi presupuesto, una elección directa hubiera sido el doblete Sky-Watcher ED120 f/7,5… pero dos cosas no me convencían totalmente: una, que sea un doblete, con el consiguiente residuo de aberración cromática (tras años de uso de acromático ya he tenido suficiente de eso); y dos, que la focal de 900 mm era aún un poco larga para lo que pretendía conseguir. Mi favorito fue durante mucho tiempo el triplete de la misma marca, el Esprit ED120 f/7, que con 840mm de focal y 3,3º de campo máximo, ya se aproxima a mi objetivo. La pega: con 9,5 kg de peso, es un tubo demasiado pesado para lo que es, y requeriría mínimo una montura HEQ-5, si no una EQ-6, para llevarlo razonablemente. Una tercera opción que me gustaba mucho es el William Optics FLT120, un triplete FPL-53 de 120mm f/6,5 (780mm de focal, 3,6° de campo máximo). Hubiera sido lo ideal, pero rondando los 4000€, se me iba con mucho de presupuesto.
Hasta que hace unos meses apareció en mi radar un nuevo modelo comercializado por la empresa china Sharpstar-Askar: el 120APO. Con precio comedido, un peso de 5,7 kg solo tubo (que mi vieja EQ-5 podría llevar sin muchos problemas) y 840mm de focal a f/7, parecía el compromiso perfecto. Se trata de un triplete con un elemento central de baja dispersión que la empresa no especifica. Con el precio que tiene, se puede descartar el vidrio FPL-53 de Ohara, el más apreciado para estas aplicaciones. Casi unánimemente las reviews hablan de una óptica excelente para un telescopio de esta categoría. Así que finalmente me lancé a la piscina y encargué el tubo óptico a secas, sin aplanadores ni reductores, ya que al menos por ahora su uso será casi exclusivamente visual.
Este telescopio forma parte de una nueva serie de tripletes económicos que comprende aperturas de 103, 120, 140, 185 y 203 mm (¡si, 203!) todos ellos a f/7. (Estuve tentado por el modelo de 140 mm, pero de nuevo se me iba de peso y focal). La marca los vende como astrógrafos, pero son también telescopios perfectamente visuales (el caso es que, si los orientan a la observación visual, no ganan un duro con nosotros). Ciertamente, parece ser que la marca se ha ganado una bastante buena reputación entre los astrofotógrafos.
A finales de octubre tenía el tubo en Asturias. Viene perfectamente protegido con una maleta acolchada bastante practica y bonita, cosa muy de agradecer. El tubo en sí tiene un aspecto magnifico, muy bien acabado y sin partes plásticas. Llama la atención el diámetro del tubo, de solo 110mm, inferior incluso a los 116 mm del acromático 120 f/8, que seguramente ha contribuido a su ligereza. El parasol es retractable y su interior está revestido de un material negro mate de muy buena apariencia. El tubo viene con una cola de milano tipo Vixen y una segunda base para tubos guía que a su vez hace de asa para manipularlo fácilmente. Otro aspecto interesante es que el tubo tiene una sección desmontable, que lo acorta 10 cm para permitir el uso de visores binoculares.
Pero quizá lo más sorprendente es el enfocador, sobre todo para un telescopio de este precio. Es un piñón-cremallera de 3,2”, de aspecto muy sólido y movimiento suave, sin ningún tipo de holgura. Tiene un mecanismo de rotación, pero está situado en el “visual back”, de manera que lo que roca es el extremo del ocular, no todo el enfocador (como en el crayford GSO que tengo montado en el BlueStar). Esto me parece una pequeña pega, ya que así a veces las ruedas de enfoque pueden quedar en posición algo más incómoda. Otro problema de este enfocador es que puede deslizar algo con cargas pesadas, algo que en los foros de Cloudy Nights se ha discutido ampliamente y parece ser un problema en todos los modelos de la serie APO de Askar. A los astrofotógrafos no les importa mucho ya que motorizan el enfoque, pero a nosotros, visuales, sí. Como se verá mas adelante, es un problema que me he encontrado en mi tubo, aunque debería tener fácil solución.
El mismo día 1 de noviembre pude ya hacer la “primera luz”, sin salir de casa y por tanto con cielo suburbano (el SQM marcaría más tarde 19,4-19,5). Tras montarlo en la EQ5 y equilibrarlo, los contrapesos se me van al extremo de la barra: me hará falta una pesa extra (la imagen que acompaña representa el telescopio ya equilibrado). Pero como pude comprobar a lo largo de la observación, la EQ-5 sobre el trípode Berlebach lo aguanta sin problemas, y tras tocar el tubo las vibraciones se disipan bastante rápido, (hasta diría que algo más rápido que con el 120/1000). Mejor de lo que me esperaba.
Sobre la montura EQ-5 con trípode Berlebach
El primer objetivo, aun durante el crepúsculo, fue Polaris. La imagen no permite sacar muchas conclusiones, con el triplete sin aclimatar y un seeing bastante malo. No pasé de ponerle los 36x que me da el Panoptic 22. Luego el conjunto Mizar-Alcor, con la primera bien desdoblada a 28x. Sin embargo, el seeing sigue siendo bastante malo y no permite subir aumentos.
Sin embargo, la primera imagen que mereció la pena y empezó a mostrar una diferencia clara con respecto al acromático fue M 13. Con el 120/1000 nunca he tenido problemas para resolver el cúmulo (salvo en noches de muy mal seeing), y en buenas noches recuerdo imágenes muy buenas, con el cúmulo resuelto hasta el centro y las patas de araña bien visibles. Pero es que con el 120APO, incluso en una noche como esta, lo que llama la atención es la puntualidad de las estrellas y la finísima resolución del cúmulo, visiblemente superior al acromático. Observando a 125x (UWA 6,7 mm) la imagen es muy bonita y sugerente. Ganas tengo ya de llevar este tubo a un cielo decente.
Pero una de las características principales de un triplete es la supuesta ausencia de color en las imágenes, que incluso un doblete ED equivalente no consigue (en teoría). Así que mi siguiente objetivo fue Vega, aun alta en el cielo. Una estrella blanca y de magnitud próxima a 0 es un test ideal para detectar aberraciones cromáticas. Aun así, el seeing ha mejorado pero aún no es particularmente bueno, así que el test no será definitivo… pero el caso es que, hasta los 187x (Nagler 9mm + barlow 2x), no conseguí ver el más mínimo atisbo de color en foco. Lo curioso es que a 28x con el ES30 si que había un mínimo color azulado en la estrella, que desapareció por completo con los otros oculares… ¿me esta introduciendo el ES algo de color espurio??
Mientras observaba Vega apareció el esperado problema del enfocador: en efecto, con el ES30 y la diagonal de 2” (casi kilo y medio de carga), cuando el tubo apunta a gran altura, le cuesta mucho mantener el foco y desliza ligeramente (no mucho, lo justo para no mantener el foco durante más de 2-3 segundos). De momento solo pude solucionarlo apretando el tornillo de fijación del enfoque, pero creo que no será difícil ajustar la tensión del enfocador para evitar este problema. Ya veremos.
Tras Vega, me fui a M 57. Me gustó mucho la imagen, un contraste y una definición excelente y una imagen muy fina, con estrellas superpuntuales en todo el campo. De nuevo bastante mejor de lo que he visto con el acromático en estas condiciones, seguramente por el superior contraste del APO. También me pasé por el Velo y la Norteamérica. Bajo estas condiciones ambas se ven sólo con filtros, pero sobre todo la Norteamérica queda muy perjudicada. Con el Askar 120APO a 22x y 28x con el Aspheric 36 y el ES30 con [OIII] ambas se ven, están ahí. El Velo con el [OIII] permite recuperar algo más y resolver los primeros filamentos. La Norteamérica con un encuadre algo mejor que con el acromático, que es lo que buscaba con este tipo de objetos. Los dos oculares dan un campo real muy parecido, alrededor de los 3º. Me encantaría probar un ocular de campo máximo pare este telescopio, como el Panoptic 41… :)
Antes de proseguir con las pruebas, me fui al cometa Tsuchinshan-ATLAS. Esta noche está en Ofiuco, fácil de encontrar en el asterismo 66-67-68-70 Oph. Se ve con los prismáticos 7x50, débil, y con una cola corta de aprox. 0,5º en dirección ENE. Con el Askar 120 la imagen es buena, el cometa tiene una coma condensada y una cola de medio grado más o menos que se abre en abanico, pero con no mucho ángulo (contrastando un poco con las imágenes de hace unas semanas, en las que la cola era más lineal). Obtengo la mejor imagen con el Nagler 13mm a 65x. Rondará la magnitud 6,5 aproximadamente.
Detalle del enfocador de 2,5".
El objetivo
Pero las imágenes de esta noche las dieron los planetas. Saturno estaba ya un poco pasada su culminación, por lo que fue el siguiente objetivo. ¡Qué buena imagen! Incluso a muy bajos aumentos la imagen tiene una definición excelente y ya con el ES30 estoy viendo al menos cuatro lunas, algunas de ellas muy cerca del planeta. Subiendo aumentos, lo que me sorprende es la casi nula degradación de la imagen, hasta los 280x de máximo que tengo con mis oculares (Or-6mm + barlow 2x). Con estos aumentos el planeta queda perfectamente definido, sin atisbos de colores espurios y solo merced al seeing, que ha mejorado y por momentos es bastante bueno. Me sorprendió ver, con la baja inclinación de los anillos, la división de Cassini bien definida en los extremos, y también la sombra de los anillos sobre el planeta, oscurísima y bien definida. Algunas bandas nubosas se dejaban ver en el planeta. En cuanto a las lunas, estoy viendo sin dificultad a Tetis y Dione, emparejados y en línea con el planeta; a Rea, justo en el lado contrario del planeta, y por supuesto a Titan. También apareció una estrella alineada con el polo sur del planeta, que resultó ser Jápeto. Todo con un scatter bajísimo y con fondos muy oscuros en las inmediaciones del planeta.
Júpiter iba ascendiendo por el este, pero mientras sube lo suficiente para superar un árbol, me voy al cúmulo doble de Perseo. ¡Qué decir, otra excelente imagen! A 28x el cumulo queda perfectamente encuadrado, pero mejor aún a 36x con el Pano22. Estrellas superpuntuales y buena saturación de color, sobre todo en las estrellas rojizas (hay varias dispersas entre los dos cúmulos que destacan bien, sobre el blanco del resto de componentes). Muy buena imagen, de esas que a uno le cuesta quitar el ojo del ocular.
Para cerrar esta noche de pruebas, Júpiter, que ya había superado los obstáculos y lucia a cierta altura en el cielo. Pues bien… las sensaciones que me dio la observación de Saturno se repitieron con Júpiter. Cero cromatismos visibles incluso a altos aumentos. Solo momentáneamente a mas de 200x veo un ligero borde azulado y solo en un lado del planeta, que parece ir y venir con el seeing, lo que me hace pensar en refracción y/o turbulencia atmosférica mas que en cromatismo intrínseco del telescopio (pero habrá que confirmarlo más adelante). En los momentos de mayor estabilidad la imagen es muy bonita, con mucho detalle en el disco del planeta y con un color muy neutro. Pero lo que me sorprendió mas fueron los satélites. Ya he comentado muchas veces que con el acromático los discos de los satélites se resolvían bien, hasta el punto de poderse identificar exclusivamente por su tamaño. Pero en el Askar esto es increíblemente fácil, sorprende la facilidad con que se resuelve el disco. Ganimedes es una bola “enorme” a 250x (UWA 6,7+barlow 2x), en contraste con Europa que es mucho menor. Y muy bien definidos, al contrario que en el BlueStar, en el que eran discos más difuminados. Y otra cosa, el color… contrastando un tinte amarillento en Io con los otros satélites… una vez más, ¡qué buena imagen!
Mirando el SkySafari (ejem….) vi que la sombra de Io debería aparecer en algo mas de una hora, casi a la vez que la mancha roja. Pero estaba ya cansado y la alta humedad empezaba a condensar en los oculares, así que decidí recoger (cosa de lo que me arrepentí al rato, hubiera sido bonito verlo). Pero bueno… habrá más oportunidades.
En resumen, es solo una noche normalita, pero por el momento me he quedado muy contento con este tubo, y creo que me va a dar muchas buenas noches. Ya tengo ganas de continuar las pruebas con la Luna y Venus, y sacarlo a cielos más oscuros. Todo se andará.
Referencias