2/08/2020
A principios de este año se hicieron 20 años desde que adquirí mi primer telescopio (uno se siente viejo al decir esto…). Llevo cierto tiempo pensando en rescatar aquel telescopio, simplemente por nostalgia y por curiosidad, para comprobar como resisten el paso del tiempo las impresiones que tenía con aquel telescopio. Así que, por fin, durante el pasado mes de julio me puse a ello.
El telescopio en cuestión no es nada especial, se trata del típico refractor Tasco de 60 mm fabricado en China que se podía adquirir en grandes superficies (el mío se compró en el Corte Inglés de Oviedo 😉). Concretamente se trata de un Tasco Lumina 675, con un tubo de 60mm a f/15 sobre una montura ecuatorial ligera (tipo EQ-1) con trípode de madera. Y sí, ese 675 hace referencia a los aumentos máximos anunciados por el fabricante… tardé muy poco en darme cuenta de lo absurdo de la cifra. En su día el telescopio tenía la pinta que veis en la imagen adjunta (foto de internet, no tengo fotos del mío).
Lo más curioso era el buscador, que no era un tubo independiente, sino que consistía en un prisma móvil que entraba en el camino óptico del objetivo y redirigía parte de la luz a un ocular, que daba 10x y un campo ridículamente pequeño. La verdad es que funciono bien hasta que falló el mecanismo de movimiento del prisma, momento en que lo retiré y cubrí el hueco en el tubo con cartulina negra como veis en la foto actual. El portaocular es de 0.96” y venia acompañado por un adaptador a 1,25” y una diagonal híbrida 0,96”-1,25”. Mecánicamente era lo que se puede esperar de este tipo de telescopios, bastante endeble. Sobre todo, la montura, incomoda de usar y con holguras, aunque terminé acostumbrándome a ella y le di buen uso.
Pero ópticamente creo que tuve bastante suerte, y recuerdo imágenes bastante buenas, sin problemas apreciables. El telescopio venia con tres oculares de 1.25”, dos Huygens de 20 y 12,5mm, y un Special Ramsden (SR) de 4mm, además de una barlow 3x y un tubo erector. El ocular de 4mm (225x) apenas lo usé, y la barlow introducía una enorme cantidad de cromatismo. Los Huygens daban un campo de sólo 30º y también introducían algo de cromatismo, que era evidente observando la Luna. Claro que de ésto solo me di cuenta más tarde, cuando mejoré el set de oculares. Con este panorama no tarde en buscar nuevos oculares, y termine con una colección de Plössl SkyWatcher de 20, 12,5, 10 y 7.5mm, además de un Kellner de 42mm como ocular buscador.
Una cosa excelente de este telescopio fue que vino acompañado de una edición especial para Tasco del libro Estrellas y Telescopios, de Pedro Arranz y Jorge García (ed. Equipo Sirius). Guardo este libro con mucho cariño, ya que fue mi guía (junto con el Comellas) en los primeros meses de afición y ayudó mucho a poner las expectativas en su sitio, y que la afición no muriese con las primeras dificultades. Con este telescopio observé tres años y medio, y tengo anotadas 188 estrellas dobles y 167 objetos de cielo profundo, entre ellos 90 Messiers, y 4 cometas… lo cual no esta nada mal ya que lo saqué poco a cielos oscuros (una de las últimas salidas que hice con el 60 la he rescatado hace poco y subido a mi web, la tenéis aquí, al igual que algunos dibujos de aquella época). Algunas observaciones que recuerdo especialmente son el eclipse de Luna de enero de 2001, los cometas LINEAR (2001 A2) e Ikeya-Zhang (este último espectacular, con máximo en magnitud 2,5, pude seguirlo durante dos meses), la oposición de Marte de 2001 (dibujos aquí) o una espectacular conjunción entre Saturno y M 1 en abril de 2003 observada con cielo oscuro, con los dos objetos visibles en el mismo campo. Hice también mucha observación solar por proyección. El Sol repleto de manchas que vi aquellos primeros años no lo he vuelto a ver, culpa de los ciclos solares tan débiles de los últimos años.
Bueno, hasta aquí el rollo nostálgico. Como comentaba antes, hace tiempo que pensaba rescatarlo, y este verano me he puesto a ello. Tenía claro que no iba a usar EQ-1 original, y en su lugar utilizaría mi Vixen Porta. Así que lo que hice fue adquirir una cola de milano y unas anillas de tubo guía. No fui capaz de encontrar anillas para tubos de 60mm; incluso llegué a probar unas anillas de objetivo fotográfico que tuve que devolver porque eran demasiado grandes. Así que una vez instaladas las anillas y de una limpieza de las ópticas, estamos listos para la sesión “revival” :)
La primera oportunidad para observar llego el 24 de Julio. La sesión fue breve: el anochecer estuvo nublado, pero el cielo se abrió durante 3 horas a partir de la medianoche. Monté la Vixen Porta e instale el tubo, dirigiéndolo en primer lugar hacia Mizar/Alcor, la primera doble que observe en su momento. La verdad es que la Porta trabaja perfectamente con este tubo, y mucho mejor que la vieja EQ-1, con movimientos mucho más suaves. Lo primero fue hacer algunas pruebas con distintas configuraciones ópticas. Uso el juego de Plössl SW que aún tengo (incluyendo ahora un Plössl 32mm en sustitución del Kellner 42), además de mi juego de oculares actual, principalmente los Nagler T5 de 13 y 9mm, un Meade UWA de 6,7 y un Ortho de 6 mm. No consigo hacer foco con el adaptador de 1.25” y una diagonal de la misma medida con ningún ocular. Por poco, pero no llega. Sí lo consigo con la diagonal hibrida, pese a una ligera perdida de luminosidad (es la que venia con el telescopio…). Así que termino usándola o, cuando la comodidad lo permite, directamente con el ocular en el adaptador, sin espejo diagonal (como solía hacer en su momento). Otro problema importante es el viñeteo en el Plössl 32, muy marcado sobre todo al usar la diagonal, quedando reducido el campo útil a poco más de 1º. Esta claro que la mayor limitación del telescopio es el portaocular de 0.96”.
En cuanto a la observación en sí, el conjunto Mizar-Alcor da una buena imagen, exactamente como recordaba de este telescopio. El par Mizar AB se resuelve sin problemas con cualquier aumento, aunque la imagen es mas oscura de lo que recordaba. Las estrellas son perfectamente puntuales, sin rastro de cromatismo, y a partir de 70x muestran un disco de Airy bastante gordo y un anillo de difracción. Estando acostumbrado a telescopios mayores, me sorprende el tamaño del disco de Airy… en fin, es un 60mm.
A continuación, paso a M 51. Estoy observando con cielo suburbano y MALE que no llega a 5.5, así que no sabia si la vería a la altura que esta ahora. Pero apareció con los oculares de 20mm y 12.5mm, como dos manchas difusas casi en contacto. Los Nagler 13 y 9 mejoran muchísimo la imagen, claro…
La doble-doble, Epsilon Lyrae, era uno de mis favoritos con este telescopio. A unos 69-72x con el Plossl 12.5 o el N13 las dos componentes son claramente alargadas, y a mas aumentos se resuelven perfectamente, con un pequeño espacio oscuro entre las componentes. La imagen es oscura, pero muy limpia.
De qui pasé a M 57. En su momento nunca estuve seguro de observar la estructura anular claramente. Hoy la veo, pero no es algo que destaque particularmente, aunque mejora notablemente con los Nagler y el UWA. También es verdad que, debido a la altura, estoy usando la diagonal híbrida y pierdo algo de luminosidad…
M 13 es una bolita luminosa a bajos aumentos, pero subiendo a 100x o más tiene un aspecto granular, pero sin una resolución clara. Tuve que quitar la diagonal y observar directamente, con la consiguiente incomodidad y posición de contorsionista. Como comparación, con el Vixen 80SS sí que se resuelve parcialmente la periferia del cúmulo.
Lo siguiente fue la planetaria M 27. Hace ahora casi 20 años que la observe por primera vez, en una noche de septiembre justo en el mismo sitio en el que estoy ahora. La imagen de hoy de la nebulosa es prácticamente idéntica a lo que vi aquella vez, y al dibujo que hice aquella misma noche. La forma bilobulada de la nebulosa se ve sin problemas a 45-70x. Ha sido curioso volver a ella después de haberla visto tantas veces con otros telescopios.
Júpiter y Saturno estaban a tiro, aunque comenzaban a aparecer nubes. Ambos planetas sin cromatismo apreciable, pero me decepcionaron un poco los detalles. En Júpiter se ven bien las dos bandas nubosas principales, pero poco más, quizá alguna banda clara por encima y por debajo de la NEB y SEB. No vi la mancha roja, aunque no sé si estaba visible (sí que recuerdo haberla visto un par de veces en su día). Los satélites perfectamente puntuales. En Saturno, de nuevo buena imagen, pero sin detalles en el disco, y algún cambio de coloración en los anillos A y B e indicios de la división de Cassini en los extremos. De los satélites solo Titan era visible.
Al final de la observación apareció Marte, aun a tres meses de su oposición de octubre con 14” de diámetro. La imagen en el refractor me sorprendió por su nitidez y limpieza. A 120-150x (buena imagen con el Ortho 6mm a 150x) se ve un pequeño disco con la fase claramente visible, así como el casquete polar sur. En el disco aparecía una banda oscura que se corresponde con la zona de Mare Sirenum y Cimmerium. Todo muy pequeño, pero de nuevo una imagen muy limpia.
Un par de días después, mientras esperaba para observar el cometa NEOWISE, monté el 60 de nuevo para observar la Luna creciente de 6 dias. Y aquí si que me quede sorprendido, no recordaba imágenes tan buenas de La Luna con este telescopio. El cromatismo es virtualmente ausente, salvo un borde ligerisimamente azulado en el mismo limbo a altos aumentos. Se nota la relación focal f/15. El seeing es bastante bueno y en la zona del terminador la imagen es muy definida. Cráteres como Maurolycus o Gemma Frisius aun tienen el fondo oscuro y muy contrastado con las paredes brillantes, sin indicios de cromatismo. Por el norte Rima Ariadaeus aparece como una hendidura recta y oscura. Estuve además un rato observando la zona de Nectaris y Rupes altai, con Vallis Rheita y otros valles radiales de Nectaris visibles con esta iluminación. La imagen con el Ortho 6mm (150x) era de nuevo muy limpia y definida. Llegué incluso a ponerle una barlow 2.5x con el Nagler 9mm (en torno a 200x, es una barlow corta que con este tipo de oculares me da unos 2x de ampliación), con una imagen aun sorprendentemente nítida y clara. Obviamente los detalles son los que da un 60mm, pero la imagen me ha sorprendido mucho. Se nota que los oculares que uso ahora y la experiencia no son los mismos que entonces…
Se me ocurrió acoplar la Canon EOS 200D y tomar algunas imágenes, primero a foco primario y luego con la barlow 2x. Dejo aquí un par de imágenes obtenidas. Las imágenes dan una buena idea del grado de detalle y de aberración cromática del telescopio (ver los siguientes enlaces).
En resumen… ha estado muy interesante recordar mis inicios en astronomía con este telescopio, y las sensaciones que da encontrar por ti mismo aquellos primeros objetos. El telescopio obviamente es lo que es, pero parece que fui bastante afortunado con la óptica e incluso ahora sería un telescopio perfectamente utilizable con accesorios de cierta calidad. De hecho posiblemente lo utilice regularmente para vistazos rápidos de Luna, planetas y dobles (y algún que otro objeto de cielo profundo). El mayor problema es el enfocador de 0,96”. Habrá que decidir si merece la pena sustituirlo por uno de 1,25”, o bien buscar una diagonal híbrida de mas calidad, asumiendo el viñeteo.