Maquiavelo y Pico

Autores renacentistas: Pico de la Mirandola y Maquiavelo

Pico de la Mirandola

Hemos dicho hasta ahora que la principal preocupación de los autores humanistas es la de profundizar en la auténtica naturaleza humana,

en el caso de Pico, este tema lo encontramos en su Oración sobre la dignidad del hombre,

que se convirtió en el manifiesto del renacimiento italiano.

Se inicia este texto con la pregunta por el lugar del hombre en el que reside su dignidad,

y en una velada recreación del mito de Prometeo platónico nos dice:

"Hizo del hombre la hechura de una forma indefinida, y colocado en el centro del mundo le hablo de esta manera: ”no te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ¡oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para tí, esos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que les hemos prescrito. Tu no sometido a cauces algunos angostos, te la definirás según tu arbitrio... para que tu mismo, como modelador y escultor de ti mismo te forjes la forma que prefieras para ti."

La libertad se convierte así en el lugar en que reside la dignidad humana,

que permite al hombre hacerse a sí mismo,

puesto que el destino del hombre no desciende de lo alto, ni está determinado por nada espiritual o material, sino que surge del hombre mismo.

El hombre no tiene una naturaleza fija y determinada como el resto de seres que pueblan la tierra,

sino que es un punto de libertad en el universo, una infinita posibilidad abierta.

Esto trae consigo una deuda contraída, la de asumir la responsabilidad de convertirse en una cosa u otra,

hay que hacer un uso adecuado de nuestra libertad, evitando convertirla en algo dañino,

hay que utilizarla para acercarse a lo sumo y no a lo mediocre.

La libertad de Pico, no está manchada por el pecado original, no cree que exista el mal o la depravación en el ser humano creado por Dios (superación de las ideas medievales).

La libertad humana que descubre Pico es para hacerse y para obrar, para elegir, para serlo todo y apropiarse de todo,

para convertir al hombre en un señor sobre la propia naturaleza,

que dueño y señor de todas las cosas solo le mueve la idea de “Si queremos podemos”.

Sobre la filosofía, nos dice que son tiempos duros en los que se ha llegado a extender la “monstruosa creencia de que en modo alguno hay que filosofar”

reclama para los hombres la necesidad de filosofar,

la necesidad de recuperar ese estudio que no admite coerción ni restricción. Él dice de sí mismo:

"...Nunca he filosofado sino por el amor a la pura filosofía; ni he esperado ni he buscado nunca en mis estudios y en mis meditaciones ninguna merced ni ningún fruto que no fuese la formación de mi alma y el conocimiento de la verdad, por mí supremamente ansiada. He sido siempre amante tan apasionado de la verdad que, dejada toda preocupación de los asuntos privados y públicos, me he dedicado por entero a la paz contemplativa. De ésta, ni las calumnias de envidiosos ni los dardos de los enemigos han podido hasta aquí ni podrán nunca apartarme. Ha sido la filosofía quien me ha enseñado a depender de mi sola conciencia, más que de los juicios de los otros y estar atento siempre no al mal que se dice de mí, sino a no hacer o decir algo malo yo mismo". (Oratio de dignitate hominis.)

En este texto la filosofía queda caracterizada como

la herramienta que permite la formación del hombre,

así como su autodeterminación moral

y la investigación de la realidad

hasta lograr extraer la verdad que hay en ella.

Con Pico, asistimos a una reivindicación de la investigación filosófica y de los descubrimientos que esta actividad ha traído a los hombres desde la antigüedad; está sentando las bases, con ello y con su idea de libertad humana de la revolución científica que le sigue.

Maquiavelo

La teoría política de Maquiavelo depende de su concepción filosófica del hombre, por lo que el primer paso para describir el proceder político es conocer al hombre.

Y en esta tarea tiene la pretensión de hallar las leyes inmutables y necesarias que rigen el universo del hombre histórico

basado en una repetición constante de los hechos del hombre:qué es, ha sido y será siempre igual.

Por lo tanto, tal cual ha sido, podemos deducir qué será la historia que resta por hacer.

Su valoración de la naturaleza humana es pesimista:

lo define como ingrato, voluble, egoísta, que simula lo que no es y disimula lo que es, huye del peligro;

y sólo mientras les haces favores son todo tuyos.

Del hombre llega a decir que olvida antes la muerte del padre que la pérdida del patrimonio

y que sus deseos de riquezas y honores son insaciables.

Desde esta concepción de la naturaleza humana se lanza sobre la ciencia política, de la cual es considerado el padre, con su obra El príncipe.

Sus hipótesis caen en lo que se ha dado en llamar el realismo político, y ocupa un lugar privilegiado en la historia para describir el modo de organizar las relaciones humanas.

Espectador de la caída del feudalismo y participe de varias cortes absolutistas europeas,

busca en las regularidades y en la reflexión racional

las causas de la conducta del estado,

dejando a un lado connotaciones morales o religiosas.

Su concepción del estado le lleva a defender que la mejor forma de gobierno es la república, viendo a la república romana como la más perfecta,

y destacando que el gobierno de muchos es siempre mejor que el gobierno de unos pocos.

La libertad está mejor en manos del pueblo, que en la de los grandes.

Sin embargo, y como mal menor acepta que en ciertos momentos de corrupción y desorden es más útil y eficaz la acción de un solo personaje,

siempre y cuando esté adornado de cualidades excepcionales.

La personalidad del político debe poseer condiciones especiales para llegar al poder y mantenerse en él,

capacidad de manipular situaciones ayudándose de cuantos medios precise mientras consiga sus fines: lo que vale es el resultado.

“El que consigue el poder es el Príncipe, el que consigue el orden y la paz son los súbditos.”

Ha de ser diestro en el engaño, amoral, intuitivo y con tesón, hábil para sortear obstáculos, saberse mover según los vientos

y protegido por la fortuna.

El estado es entendido por Maquiavelo como una entidad fuerte y dura con sus ciudadanos,

como una institución que no se ha de mover por la moral,

ni pretender ser buena ni honrada, sino eficaz y en nombre de la eficacia y de la razón de estado ha de justificar sus movimientos y sus leyes.

La violencia, o la religión son tan sólo herramientas al servicio del estado que han de servir para facilitar el gobierno y para proteger a unos hombres de otros.

Hay que recordar que un seguidor de Maquiavelo, Hobbes será el autor de idea de que "el hombre es un lobo para el hombre”.

Comentarios

COMENTARIO DE TEXTO

El Príncipe, Maquiavelo

No es, por tanto, necesario a un príncipe poseer todas las cualidades anteriormente mencionadas pero es muy necesario que parezca tenerlas. E incluso me atreveré a decir que si las atiene y si las observa siempre son perjudiciales, pero si aparenta tenerlas son útiles; por ejemplo: parecer clemente, leal, humano, integro, devoto y serlo, pero tener el ánimo predispuesto de tal manera que si es necesario no serlo, puedas y sepas adoptar la cualidad contraria. Y si se ha de tener en cuenta que un príncipe –y especialmente un príncipe nuevo- no puede observar todas aquellas cosas por las cuales los hombres son tenido por buenos pues a menudo se ve obligado, para conservar suEstado, a actuar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad, contra la religión. Por eso necesita tener un ánimo dispuesto a moverse según le exigen los vientos y las variaciones de la forma y, como ya dije anteriormente, a no alejarse del bien, pero a saber entrar en el mal si se ve obligado. (Maquiavelo. El Príncipe)

COMENTARIO INTERNO

Significado del texto:

El texto refleja que puede ser útil para el gobernante dar una imagen de sí mismo positiva, llena de aparentes bondades pero que, sin lugar a dudas, la realidad no debe ajustarse a esta imagen pues le sería perjudicial, ya que un hombre de estado debe tener la capacidad de poder actuar, en contra incluso, de sus propios principios para conservar su Estado.

Su concepción política se asienta sobre su imagen del hombre. Maquiavelo, en contra de la opinión mayoritaria de su época, considera que los hombres por naturaleza son malvados y perversos. En El Príncipe nos describe al hombre como egoísta, dominado por el miedo, incrédulo ante lo nuevo, vengativo, mezquino, ambicioso e inconstante. Considera que si la política debe actuar sobre esa base natural mezquina del hombre, el resultado sin lugar a dudas es el desorden, el miedo y la violencia. Por lo tanto, sólo el “orden estatal” puede garantizar una adecuada organización de la convivencia humana, garantizando la libertad de todos.

Sobre esta imagen del hombre, levanta esta otra imagen del estado. La condición imprescindible para una acción política adecuada es el conocimiento de los hombres. Al ser éstos, según opinión de Maquiavelo, por naturaleza malvados, sólo la violencia del Estado, su poder soberano, puede frenar la violencia salvaje de los hombres y convertirse en garantía de la libertad de todos. Las leyes que rigen la vida política, leyes constantes porque constante es también la naturaleza humana, son las que debe seguir el gobernante en su labor. La política es el gobierno del Estado desde los poderes que este tiene a su disposición, que son esencialmente dos: el terror, que permite manipular las conductas (el gobernante debe ser temido antes que amado) y la religión, que permite manipular las conciencias y así a los pueblos.

El planteamiento de Maquiavelo es el siguiente:

- En aras de perpetuarse en el poder, el gobernante puede, y si es necesario, debe, conculcar el bien de sus súbditos.

- La justicia y el bien no son las instancias que legitiman el poder político, sino que, éste se legitima a sí mismo: es la llamada razón de Estado.

- La religión se supedita a los intereses del gobernante.

En resumen, una buena legislación, un hábil y astuto político y una religión entendida simplemente como una fuerza social al servicio de la unidad del bien público pueden controlar la naturaleza esencialmente perversa del hombre y frenar su violencia

COMENTARIO EXTERNO:

Relacionar tema con la teoría del autor:

Teniendo en cuenta que Maquiavelo consideraba al hombre malvado y perverso por naturaleza, inclinado al interés personal y poco fiable, su teoría de Estado se estructura acorde con la idea del control de esa violencia innata en el ser humano a través del “orden estatal” o violencia de estado. En consecuencia el gobernante debe estar plenamente capacitado para obrar según esas premisas de maldad. En El Príncipe, Maquiavelo nos muestra las cualidades que el gobernante de Estado (de su Estado Ideal) debe tener a su juicio. Afirma que un hombre íntegramente bueno, moral y honrado no puede ser un buen político. En síntesis un buen gobernante debe ser, desde su punto de vista, una persona amoral, indiferente al concepto del bien o del mal, ya que es necesario que esté por encima de ambos para poder adoptar en cada momento la forma que más le sea conveniente a su interés político. El principio que mueve su idea de buen gobernante y Estado es “El fin justifica los medios”.

Relacionar tema con otras teorías de la época:

En contraposición a la idea de Estado de Maquiavelo, Tomás Campanella en su famosa utopía La Ciudad del Sol, realiza la descripción de una sociedad ideal, cuya forma de gobierno sería una República Universal, donde se establecerían normas de convivencia para “toda” la humanidad. Los habitantes de la ciudad tendrían vocación de universalidad y estarían convencidos de que llegaría un día en que todo el mundo viviera según sus costumbres pero sin tener que utilizar para ello la fuerza, sino el convencimiento, haciendo ver a los demás pueblos las ventajas que su forma de vida conlleva. El recurso de la fuerza sólo estaría justificado para defender la propia libertad si se viera amenazada o para libertar a los pueblos tiranizados.

Giordano Bruno fue entusiasta defensor de la incipiente sociedad burguesa y sostuvo que el progreso se debía al ingenio y el esfuerzo de los individuos, de los que depende su fortuna. El interés de los individuos se convierte en norma reguladora del progreso social. Esto generaría una desigualdad entre los ciudadanos pero redundaría en un bien para la comunidad. Bruno es consciente de que este tipo de desarrollo generará el mal y la injusticia pero también, y en mayor medida, el bien.

Relacionar tema con otros autores de otra época:

El sistema político que defiende Maquiavelo es totalmente opuesto a la ética y a la política que predicaron Platón o Aristóteles, ya que éstas tienen una raíz moral. Este último consideraba que el objetivo de todos los hombres era el bien supremo, el bien del alma, en suma la felicidad y éste bien se descubre a través de la política como ciencia rectora suprema. Aristóteles opinaba que los gobernantes debían pertenecer a la aristocracia, dado que éstos habían sido educados y poseían virtud.

La concepción de justicia de Platón derivaba de la idea ética de la virtud que suponía que cada uno hiciera “lo que le es propio”, es decir, que cada cual hiciera aquello para lo que la naturaleza lo hubiera dotado mejor, consiguiendo de este modo la felicidad para cada uno de los individuos integrantes de la sociedad y no sólo para unos pocos. Platón consideraba que dados sus conocimientos y su educación los sabios eran los que debían gobernar, por tanto, que una ciudad justa debía ser gobernada por filósofos.

Asignatura: FILOSOFÍA. Código 000068 Curso 2004-2005. 28 de Mayo 2005.

Duración del examen 1 hora.

No se permite el uso de ningún material

El examen consta de dos preguntas para desarrollar UNA de ellas y un fragmento de un texto filosófico para proceder a su comentario.

A) Preguntas para desarrollar temáticamente (Elija una de ellas y especifique cuál ha elegido):

1. 1.- Orígenes de la Modernidad

2. 2.- Progreso e historia en el Renacimiento

B) Texto:

"No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ¡oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para tí, esos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que les hemos prescrito" (Pico della Mirándola, G., De la dignidad del hombre)

Soluciones

I. Orígenes de la modernidad

A lo largo de todo el período medieval se ha arrasado con la razón, y la fe ha ocupado su lugar. El Renacimiento es la vuelta al orden de la razón y el descubrimiento de la razón científica.

El Renacimiento comienza en 1.400 y acaba en 1650, momento en que se inicia la Modernidad. Período histórico en el que se inicia el proyecto de sociedad en que hoy nos desenvolvemos, o según otros que hoy ha llegado a su fin.

El Renacimiento para Agnes Heller es un proceso social global en el que se produce un cambio en el sistema de valores, en la concepción de la vida: los cambios se producen desde la esfera económica, social, cultural hasta en el ámbito cotidiano.

Herder dirá que es una época de luz, pero también de confusión, lo que está más en la línea de lo que pensaba Ortega y Gasset que dirá del renacimiento que es una época de crisis donde lo nuevo y lo viejo se cruzan: “Por un lado es persistencia en la vida medieval... y por otro es germinación oscura de vida nueva”. Como decá Pico de la Mirandola se “Se está en la divisoria de dos mundos, de dos formas de vida y el individuo va y viene de la una a la otra”

Los hombres del Renacimiento se caracterizan por: interesarse más por este mundo que por el otro, veían este mundo no ya como un lugar de paso, sino como un lugar en el que vivir; interesarse más por el hombre, que por Dios o por sus instituciones (Iglesia). El hombre confía en sí mismo, en su grandeza, en su dignidad, en su inteligencia y así va a coger las riendas de su propio destino.

En este ambiente de libertad y de exaltación del hombre aparece un espíritu crítico carente de prejuicios que todo se lo cuestiona: el modo de hacer ciencia, las verdades basadas en el criterio de autoridad (Biblia o Aristóteles)

Otros autores como Gilson ven el Renacimiento como “La Edad media menos Dios”. Sin embargo, el hombre no abandonó a Dios, sino a la autoridad eclesial, como muestra el protestantismo. La religión comenzó a sentirse como algo privado, se conserva la fe, pero va desapareciendo la veneración eclesiástica; como demuestra el hecho de que son frecuentes las conversiones paganismo−cristianismo−paganismo.

La renovación cultural pasa por recuperar el pensamiento griego, porque se veía en ellos un modelo de uso autónomo de la razón, pero siempre desde la perspectiva de que lo que los hombres del Renacimiento sabían (nuevos descubrimientos geográficos, científicos y técnicos) era mucho más de lo que sabían los griegos, con lo que se les reconoce su labor, pero no se les otorga autoridad científica. Esto lleva a una confianza en la experiencia, en la reflexión racional, y un poner el duda al modo cartesiano todos los conocimientos hasta ahora recibidos, para construir una nuevo edificio del conocimiento construido enteramente con pilares sólidos que va a ser la tarea que se va a encomendar la Modernidad. Así aparece el interés por las investigaciones concretas y precisas sobre las ciencias humanas y de la naturaleza.

Ortega dirá: “La vida antigua fue cosmocéntrica, la medieval geocéntrica, y la moderna antropocéntrica.”

II. Comentario

Comentario interno:

En este texto Pico nos muestra su confianza, su esperanza en la naturaleza humana, que está basada en la libertad de que dispone el hombre frente a los demás seres de la tierra. El hombre se siente libre de Dios por primera vez en muchos siglos y se siente capaz de las más grandes y arriesgadas aventuras tanto expediciones descubridoras, como investigadoras, científicas.

Términos

Libertad: (decisión y elección), la libertad se convierte en el lugar en que reside la dignidad humana, que permite al hombre hacerse a sí mismo, puesto que el destino del hombre no desciende de lo alto, ni está determinado por nada espiritual o material, sino que surge del hombre mismo. El hombre no tiene una naturaleza fija y determinada como el resto de seres que pueblan la tierra, sino que es un punto de libertad en el universo, una infinita posibilidad abierta.

Teoría del autor

Hemos dicho hasta ahora que la principal preocupación de los autores humanistas es la de profundizar en la auténtica naturaleza humana, en el caso de Pico, este tema lo encontramos en su Oración sobre la dignidad del hombre[1], que se convirtió en el manifiesto del renacimiento italiano. Se inicia este texto con la pregunta por el lugar del hombre en el que reside su dignidad, y en una velada recreación del mito de Prometeo platónico nos dice que la libertad es el lugar en que reside la dignidad humana, que permite al hombre hacerse a sí mismo, pero cuidado, ha de asumir la responsabilidad de convertirse en una cosa u otra, hay que hacer un uso adecuado de nuestra libertad, evitando convertirla en algo dañino, hay que utilizarla para acercarse a lo sumo y no a lo mediocre.

La libertad de Pico, no está manchada por el pecado original, no cree que exista el mal o la depravación en el ser humano creado por Dios (superación de las ideas medievales). La libertad humana que descubre Pico es para hacerse y para obrar, para elegir, para serlo todo y apropiarse de todo, para convertir al hombre en un señor sobre la propia naturaleza, que dueño y señor de todas las cosas solo le mueve la idea de “Si queremos podemos”.

Sobre la filosofía, nos dice que son tiempos duros en los que se ha llegado a extender la “monstruosa creencia de que en modo alguno hay que filosofar” reclama para los hombres la necesidad de filosofar la necesidad de recuperar ese estudio que no admite coerción ni restricción. Él dice de sí mismo:

"...Nunca he filosofado sino por el amor a la pura filosofía; ni he esperado ni he buscado nunca en mis estudios y en mis meditaciones ninguna merced ni ningún fruto que no fuese la formación de mi alma y el conocimiento de la verdad, por mí supremamente ansiada. He sido siempre amante tan apasionado de la verdad que, dejada toda preocupación de los asuntos privados y públicos, me he dedicado por entero a la paz contemplativa. De ésta, ni las calumnias de envidiosos ni los dardos de los enemigos han podido hasta aquí ni podrán nunca apartarme. Ha sido la filosofía quien me ha enseñado a depender de mi sola conciencia, más que de los juicios de los otros y estar atento siempre no al mal que se dice de mí, sino a no hacer o decir algo malo yo mismo". (Oratio de dignitate hominis)

En este texto la filosofía queda caracterizada como la herramienta que permite la formación del hombre, así como su autodeterminación moral y la investigación de la realidad hasta lograr extraer la verdad que hay en ella.

Con Pico, asistimos a una reivindicación de la investigación filosófica y de los descubrimientos que esta actividad ha traído a los hombres desde la antigüedad; está sentando las bases, con ello y con su idea de libertad humana de la revolución científica que le sigue.

Comentario externo:

Contrasta esta visión tan exultante de la naturaleza humana con la que posee Maquiavelo en el mismo momento histórico; él ve al ala naturaleza humana de un modo pesimista. El hombre es ingrato, voluble, egoísta, simula lo que no es y disimula lo que es, huye del peligro; y sólo mientras les haces favores son todo tuyos. Del hombre llega a decir que olvida antes la muerte del padre que la pérdida del patrimonio y que sus deseos de riquezas y honores son insaciables.

Desde esta concepción de la naturaleza humana se lanza sobre la ciencia política, de la cual es considerado el padre, con su obra El príncipe. Sus hipótesis caen en lo que se ha dado en llamar el realismo político, y ocupa un lugar privilegiado en la historia para describir el modo de organizar las relaciones humanas. Espectador de la caída del feudalismo y participe de varias cortes absolutistas europeas, busca en las regularidades y en la reflexión racional las causas de la conducta del estado, dejando a un lado connotaciones morales o religiosas

Su concepción del estado le lleva a defender que la mejor forma de gobierno es la república, viendo la república romana como la más perfecta, y destacando que el gobierno de muchos es siempre mejor que el gobierno de unos pocos.

Sobre la libertad, tan venerada por Pico, nos dirá que está mejor en manos del pueblo, que en la de los grandes. Sin embargo, y como mal menor acepta que en ciertos momentos de corrupción y desorden es más útil y eficaz la acción de un solo personaje, siempre y cuando esté adornado de cualidades excepcionales.

[1] Un discurso inicial a Las 900 tesis. Se trataba de elaborar una serie de afirmaciones recogidas de autores árabes, escolásticos, Platón, Aristóteles, neoplatónicos, pitagóricos, caldeos y 47 proposiciones cabalísticas, a las cuales añadió 500 propias, sobre todas las ramas del saber, que pretendía se discutieran en Roma. Aquel proyecto, naturalmente ofendía los ideales de la Iglesia y las verdades bíblicas, y le valió persecución y cárcel, por no hablar de su muerte, parece que por envenenamiento.