Ofensiva del ejército francés del centro y del mediodía hacia la Mancha

Ofensiva de José hacia Madrid

Eran de gravedad los movimientos que forzaron á lord Wellington áalejarse de Búrgos. Verificában los los ejércitos franceses del Mediodía y centro y los llamados de Portugal y el Norte. Los primeros pusiéronse en marcha luégo que en Fuente la Higuera celebró el rey José una conferencia con los mariscales Jourdan, Soult y Suchet. Hizo éste grandes esfuerzos para que no se evacuase á Valencia, y lo consiguió; revolviendo sólo sobre Madrid por Cuenca y por Albacete las tropas de los otros mariscales.

El puente largo del Jarama

Creian los franceses trabar refriega en el tránsito con sir Rowland Hill, quien despues de su venida de Extremadura manteníase á orillas del Tajo, en Aranjuez y Toledo, engrosado con la fuerza anglo-portuguesa, que compuso parte de la guarnicion de Cádiz durante el sitio, y con las tropas que trajo de Alicante D. Francisco Javier Elío, y ascendian á 6.000 infantes, 1.200 caballos y ocho piezas de artillería, que se situaron á la izquierda del ejército británico en Fuentidueña. Mas advertido el general inglés de los intentos del ejército enemigo, avisóselo á Wellington, y poniéndose en camino de Madrid, abandonó sus estancias y voló uno de los ojos del puente llamado Largo, sobre el Jarama, en cuyas riberas dejó, con algunas tropas, al coronel Skerret.

Tuvo éste allí un choque con el ejército de José, que seguia la huella de sus contrarios, quienes de resultas desampararon del todo las orillas del Jarama. El general Hill pasó por Madrid el 31 de Octubre; desocupó los almacenes de los franceses; hizo volar la casa de la China; destruyó las obras del Retiro, y recogiendo las divisiones que lord Wellington habia dejado apostadas dentro y en los alrededores ele la capital, continuó su viaje y traspuso las sierras de Guadarrama, dirigiéndose sobre Alba de Tórmes, con objeto de unirse á las demas fuerzas de su nacion, que guerreaban en Castilla la Vieja. Acompañáronle las divisiones principales del quinto ejército español que trajera de Extremadura; mas no las del segundo y tercero, que con Elío habian avanzado á la Mancha, y se le habian juntado, las que tornaron á su respectivo distrito de Valencia y Murcia, cruzando el Tajo por el puente de Auñon, y dando lugar á que José avanzase á Madrid, para continuar ellas su marcha por los lindes de la provincia de Cuenca.

José entra en Madrid

Presentaba Madrid en aquellos días penoso y melancólico aspecto. Las autoridades se habian alejado apresuradamente de la villa, y áun el Ayuntamiento, ya establecido constitucionalmente, habiase quedado reducido á cuatro regidores, por la huida de los otros. Hubieran sobrevenido gravísimos males sin la presencia de ánimo de D. Pedro Sainz de Baranda, y el sacrificio que hizo éste de su persona. Respetable vecino de Madrid y tambien regidor, se puso al frente de todo, erigido en primera y única cabeza de la capital. Las disposiciones de Baranda fueron vigorosas y cuerdas, impidiendo con ellas se realizasen los desórdenes que amagaban, y eran de temer en una gran poblacion, sola y entregada á sí misma en circunstancias críticas y dolorosas.

Entró José en Madrid á las dos de la tarde del 2 de Noviembre. No fué su mansion larga ni duradera, pues de nuevo evacuó la capital el 7 del propio mes, no viéndose entónces los vecinos expuestos á la precaria suerte de pocos dias ántes, por conocer ya el remedio á su desamparo.

Baranda, que se habia recogido á su casa durante la breve permanencia de José en Madrid, fué repuesto en el ejercicio de sus facultades, y continuó portándose atinadamente, hallando recursos que satisficiesen los excesivos pedidos de varios guerrilleros que se agolparon á la capital, y los del general Bassecourt, que el día 11 pisó tambien sus calles.

Enderezó su marcha José tras de los ingleses hácia Castilla la Vieja con intento de obrar mancomunadamente con sus ejércitos de Portugal y el Norte. Lord Wellington, ántes de levantar el sitio del castillo de Búrgos, prevínose para no ser sorprendido por las masas enemigas que de encontrados puntos venían sobre sus huestes; y ya desde el 18 de Octubre se situó en ademan de defenderse y de estar dispuesto para la retirada, colocando la derecha de su ejército anglo-hispano-portugues en Ibear, sobre el Arlanzon, el centro en Mijaradas y la izquierda en Sotopalacios