Operaciones en Cantabria, vascongadas y Navarra en la primera mitad de 1811: 1º sorpresa de Arlabán

Se constituye el 7º ejército

Ibase á dar la mano con este ejército el séptimo, que comenzaba á formarse en la Liébana, habiendo sentado en Pótes su cuartel general D. Juan Diaz Porlier, segundo en el mando. Estaba elegido primer jefe D. Gabriel de Mendizábal, quien retardó su viaje con lo acaecido en el Gévora el 19 de Febrero: desventura que le obligó, para rehabilitarse en el concepto público, á pelear en la Albuera voluntariamente como soldado raso en los puestos más arriesgados. Porlier, en consecuencia, se halló solo al frente del nuevo ejército, cuyo núcleo le componían el cuerpo franco de dicho caudillo y las fuerzas de Cantabria, engrosadas con quintos y partidas que sucesivamente se agregaban. Renovales fué enviado hácia Bilbao para animar á las partidas y enregimentar batallones sueltos: tocó hasta en la Rioja, y contribuyó á sembrar zozobra é inquietud entre los enemigos.

Ofensiva francesa sobre Potes

Quisieron éstos apoderarse del principal depósito del séptimo ejército, y acometieron á Pótes en fines de Mayo. Los nuestros habian, por fortuna, puesto al abrigo de una sorpresa sus acopios, y con eso desvanecieron las esperanzas del general Roguet, que, asistido de 2.000 hombres, entró en aquella villa, teniéndola en breve que desamparar, á causa de la vuelta repentina de D. Juan Diaz Porlier, que habia reunido toda su tropa, ántes segregada.

Las guerrillas del norte

Los invasores, por tanto, no disfrutaban aquí de mayor respiro que en las demas partes; causándoles el séptimo naciente ejército y las guerrillas que en el distrito lidiaban irreparables daños. Comprendíanse en

éste las de Campillo, Longa, el Pastor, Tapia, Merino y la del mismo Mina, aunque con especial permiso el último de obrar con independencia. Comprendíanse tambien las otras de ménos nombre que corrian las

montañas de Santander, ambas márgenes del Ebro hasta los confines deNavarra, y carretera real de Búrgos. No entraba en cuenta la de D. José Durán, si bien en Soria; pues por su proximidad á Aragon se agregó, con la de Amor, como las demas de aquel reino, al segundo ejército, ó sea de Valencia.

No pudiendo el frances exterminar contrarios tan porfiados y molestos, trató de espantarlos haciendo la guerra, al comenzar este año de 1811, con mayor ferocidad que ántes, y ahorcando y fusilando á cuantos partidarios cogía. Y éstos, no hallando ya para ellos puerto alguno de salvacion, en vez de ceder, redoblaron sus esfuerzos, anegando, por decirlo así, con su gente todos los caminos. Los mariscales, generales, y casi todos los pasajeros, siendo enemigos, veíanse á cada paso asaltados con gran menoscabo de sus intereses y riesgo de sus personas.

Primera sorpresa de Arlabán

Entre los casos de esta clase más señalados entónces (todos no es posible relatarlos), sobresale el de Arlaban; que así llaman á un puerto situado entre los lindes de Álava y Guipúzcoa, por donde corre la calzada que va á Irun. Don Francisco Espoz y Mina, sabedor de que el mariscal Massena caminaba á Francia juntamente con un convoy, ideó sorprenderle; y marchando á las calladas y de noche por desfiladeros y sendas extraviadas, remaneció el 25 de Mayo sobre el mencionado puerto. Casualmente Massena, á gran dicha suya, retardó salir de Vitoria; mas no el convoy, que prosiguió sin detencion su ruta. Las seis de la mañana serian cuando Mina, emboscado con su gente, se puso en cuidadoso acecho. Constaba el convoy de 150 coches y carros, y le escoltaban 1.200 infantes y caballos, encargados tambien de la custodia de 1.042 prisioneros ingleses y españoles. Dejó Mina pasar la tropa que hacia de vanguardia, y atacando á los que venian detras, trabóse la refriega, y duró hasta las tres, hora en que cesó, cayendo en poder de los españoles personas y efectos.

Más de 800 hombres perdieron los franceses, 40 oficiales, cogiendo el mismo Mina al coronel Laffite. Parte del caudal y las joyas se reservaron para la caja militar; lo demas lo repartieron los vencedores entre sí. Se permitió á las mujeres continuar su camino á Francia; y trató bien Mina á los prisioneros, á pesar de recientes crueldades ejercidas contra los suyos por el enemigo. Se calculó el botin en unos cuatro millones de reales. ¡Poderoso incentivo para acrecentar las partidas!

Napoleón crea el ejército del norte

Conociendo Napoleon cuánto retardaba tal linaje de pelea la sumision de España, había ya pensado desde principios de 1811 en dar nuevo impulso á la persecucion de los guerrilleros, poniendo en una sola

mano la direccion suprema de muchos de los gobiernos en que habia dividido la costa cantábrica, y las orillas del Ebro y Duero. Así por decreto de 15 de Enero formó el ejército llamado del Norte, de que ya hemos

hecho mencion, y cuyo mando encornendó al mariscal Bessières, duque de Istria. Extendíase á la Navarra, las tres provincias Vascongadas, parte de las de Castilla la Vieja, Astúrias y reino de Leon, y llegó á constar dicho ejército de más de 70.000 hombres. Nada, sin embargo, consiguió el emperador frances, pues Bessières no disipó en manera alguna el cáos que producía guerra tan aturbonada, y para los enemigos tan afanosa; volviéndose á Francia en Julio, con deseo de lidiar en campos de más gloria, ya que no de ménos peligros. Tuvo por sucesor en el mando al conde Dorsenne.