Operaciones en Murcia Granada en la primera mitad de 1811

No son muy de referir los acontecimientos que ocurrieron por el mismo tiempo en el tercer ejército, que ántes componia parte del que llamaron del centro. Sucedió á Blake, cuando pasó á ser regente, el general Freire, quien, en Diciembre de 1810, tenia asentados sus reales en Lorca, y puesta su vanguardia en Albox, Huéscar y otros pueblos de los contornos.

Incursión de Sebastiani hasta Lorca en febrero de 1811

Franceses y españoles registraban á menudo el campo, y en Febrero de 1811 quisieron los primeros internarse en Murcia, como para hacer juego con los movimientos de Soult en Extremadura. Extendiéronse hasta Lorca, ciudad que evacuó Freire, no llevando más allá Sebastiani sus incursiones, acometido de una consuncion peligrosa.

Incursión de O´Donell en Huercal Overa en marzo de 1811

Retirados los franceses, tornaron los nuestros á sus anteriores puestos, y renovaron sus correrías y maniobras. Fué de las más notables la que practicaron el 21 de Marzo. Don José O’Donnell, jefe de estado mayor, dirigióse con una division volante sobre Huércal Overa, y destacó á Lubrin al Conde del Montijo, asistido de ocho compañías. Los enemigos allí alojados resistieron al Conde; mas retirándose á poco, camino de Úbeda, viéronse perseguidos y experimentaron una pérdida de 180 hombres con algunos prisioneros.

Incursión de De la Cuadra en mayo de 1811: combate de Ubeda

Menguado cada dia más el cuerpo frances, tuvo el general Sebastiani que ordenar la reconcentracien de sus fuerzas cerca de Baza, aproximándolas por último á Guadix el 7 de Mayo. De resultas avanzó Freire, y colocó su vanguardia en la venta del Baul, destacando por su derecha,camino de Úbeda y Baeza, á D. Ambrosio de la Cuadra, con una division y las guerrillas de la comarca. Este movimiento, hecho con direccion á parajes por donde pudieran cortarse las comunicaciones de las Andalucías, alteró á los franceses, que acudieron aceleradamente de Jaen, Andújar y otras guarniciones inmediatas para contener á Cuadra y atacarle. Trabóse el primer reencuentro el 15 de Mayo en la misma ciudad de Úbeda. Tres veces acometieron los enemigos, y tres veces fueron rechazados, obligándolos á huir la caballería española, que trató de cogerlos por la espalda. Los franceses perdieron mucha gente, sirviéndoles de poco un regimiento de juramentados, que á los primeros tiros se dispersó. Afligió sobremanera á los nuestras la muerte del comandante del regimiento de Búrgos, don FranciscoGomez de Barreda, oficial distinguido y de mucho esfuerzo.

Combate de Venta de Baul (24 de mayo de 1811)

Tambien el 24 intentaron los enemigos desalojar á los españoles de la venta del Baul, mandados éstos por D. José Antonio Sanz. Cargó intrépidamente el frances; mas no pudo conseguir su objeto, impidiéndoselo un barranco que habia de por medio y el acertado fuego de nuestra artillería, que manejaba D. Vicente Chamizo. Se limitó, de consiguiente, la refriega á un vivo cañoneo, que terminó por retirarse los franceses á Guadix y á la cuesta de Diezma. A poco pensó igualmente Freire en distraer por su izquierda al enemigo, y á este propósito envió la vuelta de las Alpujarras, con dos regimientos, al Conde del Montijo. En tan fragosos montes causó éste algun desasosiego á la guarnicion de Granada, y aproximándose á la ciudad, llegó hasta el sitio conocido bajo el nombre del Suspiro del Moro. Estrechado Sebastiani, hubo ocasion en que pensó abandonar á Granada, cuyas avenidas fortificó, no ménos que el célebre palacio moriscode la Alhambra. Alivióle en situacion tan penosa la llegada de Drouet á las Andalucías, habiendo entónces sido reforzado el cuarto cuerpo; socorro con el que pudo éste respirar más desahogadamente.

Sebastiani cede el mando a Leval (finales de junio de 1811)

Pero Sebastiani, al finar Junio, pasó á Francia, ya por lo quebrantado de su salud, ó ya más bien por las quejas del mariscal Soult, ansioso de regir sin obstáculo ni embarazo las Audalucías. El primero, durante su mando, no dejó de esmerarse en conservar las antigüedades arábigas de Granada, y en hermosear algo la ciudad; mas no compensaron, ni con mucho, tales bienes los otros daños que causó, las derramas exorbitantes que impuso, los actos crueles que cometió. Tuvo Sebastiani por sucesor al general Laval.