Ballesteros al mando de las fuerzas de la serranía de Ronda (septiembre-noviembre de 1811)

Ballesteros al mando de las fuerzas de la serranía de Ronda

En grado tan sumo como el que acabamos de ver, divertían los nuestros en Cataluña y Aragon las huestes del enemigo, entorpeciéndole para su empresa de Valencia. Tambien cooperó á lo mismo lo que pasaba en Granada y Ronda. Allí privado el tercer ejército de la fuerza que habia sacado Mahy, se encontraba muy debilitado, y hubieran probablemente acometido los franceses, y amenazado á Valencia del lado de Murcia, sin el desembarco que ya indicamos de D. Francisco Ballesteros en Algeciras.

Tomó este general tierra el 4 de Setiembre, teniendo enlace su expedicion con el plan de defensa que para Valencia habia trazado D. Joaquin Blake. Sentó Ballesteros sus reales en Jimena, y medidas que adoptó, unas de conciliacion y otras enérgicas, reanimaron el espíritu de los serranos. Para procurar apagarle, vino inmediatamente sobre el general español el coronel Rignoux, á quien de Sevilla habian reforzado. Amagó á Jimena, y Ballesteros evacuó el pueblo con intento de atraer y engañar al enemigo, lo cual consiguió. Porque Rignoux adelantándose ufano sobre San Roque, fué de súbito acometido por costado y frente, y deshecho con pérdida de 600 hombres. Tomó entónces el mariscal Soult contra Ballesteros disposiciones más sérias; y mandando al general Godinot que avanzase de Prado de Rey con unos 5.000 hombres, dispuso que se moviesen al propio tiempo la vuelta de la sierra los generales Semelé y Barroux, yendo el primero de Veger y el último del lado de Málaga. Componían juntas todas estas fuerzas de 9 á 10.000 hombres, y jactábanse ya de envolver las de Ballesteros. Mas éste se retira á tiempo y con destreza, abrigándose el 14 de Octubre del cañon de Gibraltar. Los franceses llegaron al Campo de San Roque, y se extendieron por la derecha á Algeciras, cuyos vecinos se refugiaron en la Isla Verde.

Godinot fracasa en su intento de llegar a Tarifa

Malográndosele así á Godinot el destruir á Ballesteros, quiso, sin dejar de observarle, explorar la comarca de Tarifa, y áun enseñorearse por sorpresa de esta plaza. No anduvo en ello tampoco muy afortunado. El camino que tomaron sus tropas fué el del Boquete de la Peña, orilla de la mar; paso angosto que, dominado por los fuegos de los buques británicos, no pudieron los franceses atravesar, teniendo el 18 de Octubreque retroceder á Algeciras. Áun sin eso nunca hubiera Godinot conseguido su intento. La guarnicion de Tarifa habia sido por entónces reforzada con 1.200 ingleses al mando del coronel Skerret, que vimos en Tarragona, y con 900 infantes y 100 caballos españoles bajo las órdenes del general Copons.En el intermedio renovaron los rondeños sus acostumbradas excursiones, molestaron por la espalda á los enemigos y les cortaron los víveres; de los que escaso Godinot, hubo de replegarse, picándole Ballesteros la retaguardia. Se restituyó á Sevilla el general frances, y reprendido por Soult, que ya le queria mal desde la accion de Zújar por no haber sacado de ella las oportunas ventajas, alborotósele el juicio, y se suicidó en su cama con el fusil de un soldado de su guardia. Habia ántes mandado en Córdoba, y cometido tales tropelías, y áun extravagancias, que mirósele ya como á hombre demente.

Primera batalla de Bornos

No desaprovechó Ballesteros la ocasion de la retirada de los enemigos, y esparciendo su tropa para disfrazar una acometida que meditaba, juntóla despues en Prado del Rey; marchó en seguida de noche y calladamente, y sorprendió el 5 de Noviembre en Bornos, derecha del Guadalete, al general Semelé, á quien ahuyentó y tomó 100 prisioneros, mulas y bagajes.

Ejecución de Juan Manuel López

Fatigado Soult de tan interminable guerra, trató de aumentar el terror poniendo en ejecucion contra un prisionero desvalido el feroz decreto que habia dado el año anterior. Llamábase aquél Juan Manuel

Lopez; era sargento, con veinte años de servicio, de la division de Ballesteros, y arrebatáronle desempeñando una comision que le habia confiado su general para recoger caballos, y acabar con ciertos bandoleros que, so capa de patriotas, robaban y cometian excesos. Las circunstancias que acompañaron á la causa que se le formó hicieron muy horrible el caso. Negábase á juzgar á Lopez la junta criminal de Sevilla, obligólaSoult, mandándole al mismo tiempo que, á pesar de estar prohibida por el rey José la pena de horca, la aplicase ahora en lugar de la de garrote.

La Junta absolvió, sin embargo, al supuesto reo. Muy disgustado Soult, ordenó que se volviese á ver la causa, sin conseguir tampoco su odioso intento. Irritado el General cada vez más, creó una comision criminal compuesta de otros ministros, quienes tambien absolvieron á Lopez, declarándole simplemente prisionero de guerra. La alegría fué entónces universal en Sevilla, y mostráronlo abiertamente por calles y plazas todas las clases de ciudadanos. Pero ¡oh atrocidad! todavía estaba el infelizLopez recibiendo por ello parabienes, cuando vinieron á notificarle que una comision militar, escogida por el implacable Soult, acababa de condenarle á la pena de horca sin procedimiento ni diligencia alguna legal. Ejecutóse la inicua sentencia el 29 de Noviembre. Desgarra el corazon crudeza tan desapiadada y bárbara; é increíble pareciera, á no resultar bien probado, que todo un mariscal de Francia se cebase encarnizadamente enpresa tan débil, en un soldado, en un veterano lleno de cicatrices honrosas.