Press Play

Ms.Salgado: Presiona Play

En el ajetreado mundo de hoy, es muy fácil verse atrapado en la rutina diaria. Ir a trabajar, ir al gimnasio, preparar la cena, irse a dormir, una y otra vez. Es muy importante encontrar una manera de descomprimirse y alejarse brevemente de esa rutina. Para mi, los videojuegos siempre han sido una de mis maneras de hacerlo.

Mi tio, solo 6 años mayor que yo, es la persona a la que debo agradecer por el amor que le tengo a los videojuegos. Verlo jugar en su playstation por horas era algo que deseaba hacer después de la escuela. Ni siquiera necesitaba jugar. Simplemente verle jugar era suficiente. Sin embargo, uno solo puede ver jugar a alguien más durante cierto tiempo, antes de querer hacer lo mismo. Necesitaba mi propia consola.

Al ver la clara alegría que yo tenía al ver a mi tío jugar sus videojuegos, mis padres decidieron comprarme el Gameboy Color-Morado Atómico para ser más específica. Jugaba cualquier juego que tuviera a mi disposición. Comprandolos en ventas de garage, mirando en los estantes de liquidación de Gamestop, prestando los de mis primos, etc. El Gameboy me duró varios años. Estoy convencida de que todavía estaría funcionando hasta el día de hoy si no lo hubiera regalado.

A los 12 años, conseguí uno de mis primeros trabajos como empacadora de víveres en el supermercado hispano local. Ni siquiera me estaban pagando. Bueno legalmente no les estaba permitido pagarme. Técnicamente estaba ayudando a mi hermana, que era cajera. Solo recibía propinas de los clientes cuyas compras estaba empacando. Con este dinero ganado con tanto esfuerzo, decidí gastarlo todo en mi próxima consola de juegos, un Nintendo Gamecube. Con una consola nueva, vienen juegos nuevos para explorar.

Los viajes de fin de semana a Blockbuster fueron parte importante de mi infancia (Blockbuster era una tienda de alquiler de películas donde también se podían alquilar videojuegos). Todavía puedo sentir las mariposas en mi estómago por la idea de ir allí y el olor exacto de la tienda en sí. Casi todos los fines de semana, mi familia y yo hacíamos un viaje a Blockbuster. Mis padres alquilaban la película más nueva y mi hermano y yo siempre decidimos alquilar un video juego. Esto fue una especie de prueba y error con los juegos, para probarlos primero y ver si nos gustaban lo suficiente como para comprarlos. Fue entonces cuando me encontré con el juego que cambiaría mi vida para siempre: Animal Crossing.

Animal Crossing es un juego de simulación abierto con un reloj interno de la vida real y una oportunidad para la creatividad. A través de los años, las diferentes versiones de los juegos de Animal Crossing me han guiado de diferentes maneras. En la escuela primaria, me sirvió como puro entretenimiento. En la escuela media y secundaria funcionó bien como una distracción de mis estudios. Ahora, como adulta, me sirve como un escape rápido de mi ocupada agenda. Entiendo el atractivo de los juegos de adrenalina y emoción. Tengo mis propios favoritos de estos juegos llenos de acción, pero es algo inexplicable sobre sumergirse en un juego y sentir solo relajamiento y placer. Sin frustraciones. Sin estrés.

Aunque Animal Crossing es algo que valoro mucho, creo que tener una variedad de juegos es una parte importante de tener un pasatiempo como este. Los diferentes juegos brindan diferentes propósitos. Heavy Rain me brindó emoción. Spider-Man me brindó aventuras. Zelda me brindó fantasía. Journey me brindó perspectiva. Horizon Zero Dawn me brindó confianza. FIFA me brindó pasión. Mario Kart me brindó competitividad. Animal Crossing me brindó consuelo.

Entonces, antes de pensar que alguien está “perdiendo el tiempo” jugando videojuegos, traten de considerar la razón por la que juega. Quizás solo necesitaban un descanso.

Ms. Salgado
April 2021

In today’s busy world, it is so easy to find yourself stuck in the same daily cycle. Go to work, go to the gym, cook dinner, go to sleep, repeat. Finding a way to help you decompress and temporarily remove yourself from these busy days is so important. For me, video games have always been my outlet.

My uncle, who happens to be only 6 years older than me is the person I need to thank for my love of video games. Watching him play on his playstation for hours was something I would look forward to doing after school. I didn’t even need to play. Simply watching him was enough. However, one can only watch someone else play for so long, before deciding to take the matter into one’s own hands. I needed my own console.

Seeing the clear joy I was getting from watching my uncle playing his games, my parents decided to get me the Gameboy Color- Atomic Purple to be more specific. I would play any game I could get my hands on. Buying them from yard sales, looking at the clearance racks at Gamestop, borrowing them from my cousins, etc. This Gameboy lasted me years. I am convinced it would still be kicking to this day if I hadn’t eventually given it away.

At the age of 12, I got one of my first jobs as a grocery store bagger at the local hispanic supermarket. I wasn’t even actually getting paid. Well, legally I wasn’t allowed to get paid. I was technically helping my sister, who was a cashier. I would only get tips from the customers whose groceries I was bagging up. With this hard earned money I decided to spend it all on my next gaming console, a Nintendo Gamecube. With a new console, comes new games to explore.

Weekend trips to Blockbuster was a huge part of my childhood (Blockbuster was a video rental store where you could also rent video games.) I can still feel the butterflies in my stomach from the thought of going there and the exact smell of the store itself. Nearly every weekend, my family and I would take a trip to Blockbuster. My parents would rent the newest film and my brother and I would always decide on one video game to rent. This was a sort of trial and error with games, to try them out first and see if we liked it enough to eventually buy it. This was when I came across the game that would forever change my life: Animal Crossing.

Animal Crossing is an open-ended simulation game with an internal real life clock and an opportunity for creativity. Through the years, the different versions of Animal Crossing games have guided me in different ways. In elementary school, it served me as pure entertainment. In middle and high school, it worked well as a distraction from my studies. Now as an adult, it serves me as a quick escape from my busy schedule. I understand the appeal of playing games for adrenaline and excitement. I have my own favorites from these action packed games, but there is something about diving into a game and only feeling relaxation and pleasure. No frustrations. No stress.

Although Animal Crossing is something I treasure dearly, having a variety of games to play I believe is an important part of having a hobby like this. Different games allow for different purposes. Heavy Rain gave me thrill. Spider-Man gave me adventure. Zelda gave me fantasy. Journey gave me perspective. Horizon Zero Dawn gave me confidence. FIFA gave me passion. Mario Kart gave me competitiveness. Animal Crossing gave me comfort.

So before thinking someone is “wasting their time” by playing video games, try to consider the reason why they play. Maybe they just needed a break.