Crítica literaria de La contadora de películas de Hernán Rivera Letelier
Crítica literaria de La contadora de películas de Hernán Rivera Letelier
Por Abdías Aravena Contreras
Fue publicada en 2009, "La contadora de películas" es una de las novelas más exitosas de Hernán Rivera Letelier. Inspirada en su propia infancia en las salitreras del norte de Chile, esta obra logra juntar la magia del cine, la escasez de la vida obrera y la potencia de la imaginación del autor.
La novela está narrada por María Margarita, una niña pobre de una oficina salitrera que posee un talento bastante peculiar, este es el poder narrar películas. En un momento donde ir al cine era considerado un lujo, ella se convierte en los ojos y oídos de su familia y del pueblo, ya que al momento de relatar lo hacía con pasión, detalle y dramatismo todas las películas que había visto.
Lo más impactante de esta historia es la capacidad para resaltar el poder de la narración oral y la imaginación en sus lectores. Hernán Rivera Letelier utiliza una estructura ágil, con capítulos cortos y un lenguaje informal, esto hace que la lectura fluya con naturalidad, dándole el toque de cercanía con quienes se introducen en sus obras.
Como en otras obras del autor, La contadora de películas está profundamente enraizada en la memoria. La novela rescata un Chile ya desaparecido, el de las oficinas salitreras, los cines del pueblo y la vida comunitaria entre obreros y sus familias. Pero no lo hace desde la nostalgia, sino desde una mirada poética y crítica a la vez, que resalta tanto la belleza como la dureza de esa realidad.
El cierre de las salitreras, la enfermedad del padre, la pobreza, la frustración de los hermanos… todo esto se entrecruza con el encanto del cine, que aparece como un escape emocional, tanto para la protagonista como para quienes la rodean.
La obra se convierte en un tributo al cine, pero también en su narración misma. La protagonista no solo cuenta películas, las vive, las reinventa, les da su sello propio. En este sentido, el autor reflexiona sobre cómo funcionan los relatos en los seres humanos, no solo como entretenimiento, sino como herramientas para comprender y transformar la realidad.
María Margarita, en su rol de “contadora”, personifica el poder de las historias para aliviar el dolor, dar sentido a lo cotidiano y mantener viva la esperanza de quienes le rodean. El cine es la chispa que alimenta su vocación narrativa, y su evolución como contadora de películas se convierte en una metáfora del propio acto de “escribir”.
Rivera Letelier escribe con una voz clara y llena de imágenes a imaginar. La elección de una narradora infantil le permite jugar con la ingenuidad, la observación y la emotividad sin caer en el sentimentalismo.
La contadora de películas es una novela breve, pero intensa, que conmueve por darle un sentido humano y sensibilidad. Hernán Rivera demuestra aquí su maestría para convertir lo local en mundial, lo pequeño en significativo. Es una obra que celebra el arte de contar, el poder de la imaginación y la resistencia de los sueños frente a la adversidad.