La propia Camanchaca: una neblina emocional
La propia Camanchaca: una neblina emocional
Por Antonia Córdova Sibulka
Un viaje físico hacía el norte de Chile es lo que justifica realmente una búsqueda introspectiva de respuestas emocionales y familiares para Diego Zúñiga (1987), periodista y escritor chileno, que el año 2009 publicó su primera obra literaria, Camanchaca, un relato poco preciso y confuso sobre historias de su infancia y adolescencia, que involucra incesto y autorreflexiones del protagonista.
Camanchaca es un término utilizado en el norte de Chile para describir la neblina densa y húmeda que aparece en las mañanas y noches frías, y que crea una bruma que puede reducir considerablemente la visibilidad. Este concepto delata la confusión e incertidumbre que el protagonista atraviesa en su intento por buscar respuestas sobre sus relaciones familiares y su propia identidad.
La narración de Zúñiga es desordenada y fragmentada, la historia está llena de saltos que relatan distintas épocas de su vida y pareciera que, al leerlo, nadamos en un vaivén de flashbacks de su memoria.
El protagonista narra un viaje con su padre desde Santiago hasta Iquique, justificado con la necesidad de un urgente tratamiento dental, sin embargo, el argumento es más fuerte que eso, la incestuosa y confusa relación con su madre, la nula conexión con su padre y el ejemplo de moral dado por su abuelo serán los pilares para la reconstrucción de la memoria del protagonista.
Dentro de este contexto, el protagonista de Camanchaca intenta aclarar su bruma mental y llenar los espacios vacíos en su propia historia, sin embargo, sus escasas relaciones familiares no aportan mucho más que incomodidad y tensión.
La historia está llena de silencios y espacios en blanco, que caracterizan las explicaciones mundanas que recibe el protagonista, las mismas que parecen ser utilizadas como herramientas de protección para evitar conversaciones sinceras y profundas, las cuales el protagonista busca desesperadamente en su relato.
También, podemos identificar que el protagonista acepta esta atmosfera tensa y silenciosa, dejándose llevar y siendo objeto de distintas situaciones en las que sus familiares lo ponen, es decir, no opone mucha resistencia por cambiar las cosas. Resuenan las sensaciones de incomodidad, tensión, pasividad y nostalgia, mismas que se reflejan en el estilo del autor al narrar.
Camanchaca aborda la situación del autor en el contexto político social del país en la época, así mismo deja ver de qué manera esto se refleja en los contextos familiares y como se deterioran y esconden los vínculos familiares.
Esta historia nos da la oportunidad de reflexionar sobre el posible deterioro de nuestras relaciones más cercanas, cómo las personas que deberían cuidar de nosotros y ser nuestro mayor apoyo, pueden negarse a las conexiones profundas y a las respuestas sinceras.
Por último, el libro nos deja una sensación de nostalgia e incertidumbre, la ansiedad de buscar respuestas y de completar los espacios vacíos en nuestra propia historia, para de este modo, poder formar una visión clara de nuestra propia identidad y autopercepción.