El pintor de pesadillas
El pintor de pesadillas
Por Maryory Jarecca
Sentir, yo no parí carne, 2023.
En un rincón del patio de la casona, con luces cálidas y olor a sopaipillas, se contemplan unas pinturas de características tétricas que parecieran estar recién salidas de tus peores pesadillas. La muestra artística de Copromorfo es parte de la variedad artística que la feria del libro independiente “Rebeldía Literaria” realizó en la casa cultural socialista Desierto Rojo, que se celebró en pleno centro de Antofagasta.
Copromorfo dentro de su exhibición, expone “Sentir, yo no parí carne”, una pintura de acrílico sobre tela de carácter surrealista donde se visualiza la imagen de Cristo, protegido por su madre en medio de criaturas con aspectos animalísticos o más bien monstruosos, y otros más futuristas como robots que intentan herir a este hombre como en una cacería de brujas. La imagen compuesta de múltiples personajes hace que cada vez se aprecie algo nuevo, sorprendiendo la capacidad imaginaria del artista para la creación de peculiares seres.
¿Quién es Copromorfo?
“Toda la vida me han dicho que pienso diferente, tonteras o puras mierdas”
La forma del excremento, se nombra asimismo el antofagastino Eduardo Chávez (37), abanderado con la diferencia de su imaginario. Sin embargo, Chávez no solo realiza pintura en óleo, de hecho es una de las últimas técnicas que ha estado realizando. Sus artes visuales también abarcan la fotografía, dibujo, escultura, pintura digital, impresiones 3D, animaciones, incluso vídeojuegos.
Su viaje hacia el arte se remonta a su infancia, armando su primer computador con partes que los demás desechaban, así, ante la falta de internet y apretando teclas, emprendió un viaje en el mundo software con el descubrimiento de Macromedia Flash, donde realizó sus primeros videojuegos con tan solo 13 años. Estos primeros pasos serían una predicción de su futuro con la creación de la primera empresa de videojuegos de la región, Cactus Games. Así como Da Vinci, la persona favorita de Eduardo, tiene una fascinación por distintas áreas como la ingeniería, ciencia y arquitectura. Luego emprendiendo su camino en el arte más tradicional como la pintura, encuentra inspiración y un referente en El Bosco, pintor conocido por sus características oníricas y padre del surrealismo.
Como si se tratase de un robot, el artista tiene dificultades para expresar sus emociones, por eso el arte se ha vuelto la mejor herramienta para comunicarlas. Las obras elegidas para la exhibición se relacionan directamente con su sentir que se reflejan en el simbolismo, elección de colores y formas que traza cuando las padece. Cada línea sale desde el corazón y por eso mismo se prohíbe así mismo borrar cada trazo que realiza.
Copromorfo manifiesta sus más sinceras emociones mediante esta exposición y logra su objetivo de generar sensaciones, no necesariamente agradables, en quienes tienen la oportunidad de ver su trabajo. Además de su incursión por la pintura, también tiene otros proyectos creativos con perspectiva crítica, como la creación de un videojuego sobre un circo de ratones que viajan por el mundo en busca de fama, llevan entretención pero a su vez, enfermedades. El artista mediante sus obras continúa plasmando el lado oscuro del mundo, pesadillas que se vuelven más reales.