¿quién trabaja este pequeño campo...? 


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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 34-13 (2) Agosto 23, 1936 

El pequeño campito asignado a la criatura en la inmensidad de la Divina Voluntad. 


Jesús pone a disposición de las criaturas su Vida, basta que obtenga que vivan en el Querer Divino


(2) “Hija de mi Querer, ¿has visto como la inmensidad de mi Fiat es inalcanzable? Ninguna mente creada, por cuán santa sea puede abrazarla y ver dónde terminan sus confines, todos tienen su lugar en Ella, más bien, cada criatura tiene su pequeño campo en la inmensidad de mi Divina Voluntad, pero ¿quién trabaja este pequeño campo que le ha sido asignado? Quien vive en Ella, porque viviendo en Ella se hace la primera trabajadora, y Ella tomando en su regazo a la criatura la tiene ocupada, fundida en el trabajo que quiere que haga en el pequeño campito que le ha sido dado en mi Voluntad, y como posee su Fuerza creadora, lo que la criatura podría hacer en un siglo, junto con Ella lo hace en una hora, así que en una hora puede adquirir un siglo de amor, de obras, de sacrificios, de conocimientos divinos, de adoraciones profundas, y después del trabajo llama al alma al reposo para felicitarse y reposarse juntos, y oh, la alegría que sienten viendo lo bello del campito, y para felicitarse de más regresan al trabajo, es un alternarse entre el trabajo y el reposo, porque entre las tantas cualidades que posee mi Divina Voluntad, es movimiento y actitud continua, no está ociosa, antes bien a cada cosa creada ha dado su trabajo continuo para glorificarse y para hacer bien a todos; los ociosos no existen en mi Voluntad, más bien en Ella todo es trabajo, si ama es trabajo, si se ocupa en conocernos es trabajo, si nos adora, si sufre, si ruega, es trabajo, y trabajo divino, no humano, que convirtiéndose en moneditas de infinito valor pueden conseguir cómo volver su campito más grande. Ahora hija mía, tú debes saber que es mi Voluntad absoluta que la criatura haga mi Voluntad; cómo suspiro verla reinante y obrante en ella, cómo quiero oír decir: ‘La Voluntad de Dios es la mía, lo que quiere Dios quiero yo, lo que hace Dios hago yo’. 

Ahora, siendo mi Voluntad que vive en ella, debía darle los medios, las ayudas necesarias, y por eso mi Humanidad se pone a disposición de la criatura en el pequeño campito de la inmensidad de mi Voluntad asignado a ella, por eso exhibo mi fuerza para sostener su debilidad, mis penas para ayuda de las suyas, mi Amor para esconder el suyo en el mío, mi Santidad para cubrirla, mi Vida como apoyo y sostén de la suya y para servirle de modelo, en suma, mi Divina Voluntad debe encontrar tantos Jesús por cuantas criaturas quieran vivir de mi Voluntad, y entonces Ella no encontrará más obstáculo de parte de ellas, porque Yo las tendré escondidas en Mí y tendrá que hacer más Conmigo que con ellas, y las criaturas encontrarán todas las ayudas necesarias, sobreabundantes, para vivir de mi Voluntad. Es costumbre de Dios que cuando quiere una cosa, da todo lo que se requiere para hacer que lo que quiere tenga su cumplimiento. Por eso quisiera que sepan las criaturas que Yo me pongo a disposición de aquellos que quieren vivir de mi Voluntad, ellos encontrarán mi Vida que suplirá a todo lo que se requiere para hacerlos vivir en el mar de mi Querer Divino, de otra manera su pequeño campito en mi Inmensidad quedará sin trabajo, y por lo tanto sin fruto, sin felicidad y sin alegría, serán como aquellos que viven bajo el sol sin jamás hacer nada, y el sol servirá para quemarlos y para darles una sed ardiente de sentirse morir. Así que todas las criaturas, por razones de creación se encuentran todas en esta Inmensidad, pero si su voluntad no está con la mía, viven a sus expensas, se sentirán quemar todos los bienes y tendrán la sed de las pasiones, del pecado, de las debilidades, que las atormentarán. Por eso no hay mal mayor que no vivir de mi Voluntad”.