Fiesta de la Santa Cruz

Mayo 3

De los Manuscritos de la S. D. Luisa Piccarreta

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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 3-67  Mayo 3, 1900

Fiesta a la cruz en el Cielo

 

Esta mañana me he encontrado fuera de mí misma y veía todo el cielo sembrado de cruces, pequeñas, grandes, medianas. Las más grandes, más resplandor daban. Era un encanto dulcísimo el ver tantas cruces que embellecían el firmamento, más resplandecientes que el sol. Después de esto pareció que se abría el Cielo y se veía y oía la fiesta que los bienaventurados hacían a la cruz. Quien más había sufrido era más festejado en este día. Se distinguían en modo especial los mártires y quienes habían sufrido ocultamente. ¡Oh, cómo se estimaba en esa bienaventurada morada la cruz y a quien más había sufrido! Mientras esto veía, una voz ha resonado por todo el empíreo que decía:

“Si el Señor no mandase las cruces sobre la tierra, sería como aquel padre que no tiene amor por los propios hijos, que en vez de querer verlos honrados y ricos, los quiere ver pobres y deshonrados”.

El resto que vi de esta fiesta no tengo palabras para explicarlo, lo siento en mí pero no sé manifestarlo, por eso hago silencio.

 Fiat Divina Voluntad

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 2-8 Marzo 31, 1899 

Jesús habla de la virtud de la cruz 


(1) Esta mañana mi adorable Jesús se hizo ver crucificado, y después de haberme comunicado sus penas me ha dicho: “Muchas son las llagas que me hicieron sufrir en mi pasión, pero una fue la cruz; esto significa que muchos son los caminos por los cuales atraigo a las almas a la perfección, pero uno es el Cielo en el cual estas almas deben unirse, así que equivocado aquel Cielo, no hay algún otro que pueda volverlas bienaventuradas para siempre”. 

(2) Después ha agregado: “Mira un poco, una es la cruz, pero de varios leños fue formada dicha cruz; esto quiere decir que uno es el Cielo, pero varios los lugares que este Cielo contiene, más o menos gloriosos, y a medida de los sufrimientos sufridos acá abajo, más o menos pesados, serán distribuidos estos lugares. ¡Oh!, Si todos conocieran la preciosidad del sufrir, harían competencia a ver quién quisiera sufrir más, pero esta ciencia no es conocida por el mundo, por eso aborrecen todo lo que puede volverlos más ricos in eterno”. 

 Fiat Divina Voluntad 

 🎼   La Cruz   

Divina Voluntad  

Luis Alfredo Díaz



Otras citas Sobre la Cruz

Cruz Adorada

De la Hora 18 de la Pasión


"...Destrozado bien mío, contigo reparo, contigo sufro, pero veo que tus enemigos te precipitan por las escaleras, el pueblo con furor y ansias te espera; ya te hacen encontrar preparada la cruz, que con tantos suspiros buscas, y Tú con amor la miras y con paso decidido te acercas a abrazarla, pero antes la besas, y corriéndote un estremecimiento de alegría por tu santísima Humanidad, con sumo contento tuyo vuelves a mirarla y mides su largo y su ancho.  

En ella estableces la porción para todas las criaturas, las dotas suficientemente para vincularlas a la Divinidad con nudo de nupcias y hacerlas herederas del Reino de los Cielos; después, no pudiendo contener el amor con el cual las amas, vuelves a besar la cruz y le dices: 

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En el momento en que Jesús abraza la Cruz

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Vol. 4-180 (1-5); marzo 5, 1903

“Verdaderas riquezas son las eternas”

Encontrándome en mi habitual estado, me he encontrado junto con el bendito Jesús, que llevaba un fajo de cruces, de espinas en los brazos, todo cansado y afanado. Y yo, viéndolo en aquel estado he dicho: “Señor, ¿con qué fin afanarte tanto con este fajo en los brazos?”  Y Él: “Hija mía, estas son las cruces del desengaño, que tengo siempre listas para desengañar a las criaturas”.  

Ahora, mientras esto decía, nos hemos encontrado en medio de las gentes, y el bendito Jesús, no apenas veía a uno que se apegaba a las criaturas, tomaba de aquel fajo la cruz de la persecución y se la daba, y aquél viéndose perseguido, mal visto, quedaba desengañado y comprendía qué eran las criaturas y que sólo Dios merece ser amado. Si algún otro se apegaba a las riquezas, tomaba de aquel fajo la cruz de la pobreza y se la daba, y aquél viéndose esfumadas las riquezas, empobrecido, comprendía que todo es humo acá abajo y que verdaderas riquezas son las eternas, y por lo tanto a todo lo que es eterno apegaba su corazón. Si otro se ataba a la propia estima, al saber, el bendito Jesús con toda dulzura tomaba la cruz de las calumnias y de las confusiones y se la daba, y aquél, confundido, calumniado, se quitaba como una máscara y comprendía su nada, su ser, y todo su interior lo ordenaba en orden sólo a Dios y no más a sí mismo. Y así de todas las otras cruces. 

Después de esto mi adorable Jesús me ha dicho: “¿Has visto la causa por la que tengo este fajo de cruces en los brazos? El amor hacia las criaturas me obliga a tenerlo, estando en continua actitud hacia ellas; siendo la cruz el desengaño primario y el primero que juzga el obrar de las criaturas, de modo que si la criatura se rinde, la cruz le hará evitar el juicio de Dios, dándome por satisfecho cuando uno en vida se somete al juicio de la cruz; pero si no se rinde, se encontrará en el ambiente del segundo desengaño de la muerte, y será juzgado con un estrechísimo rigor por Dios, mucho más por haber escapado del juicio de la cruz, que es juicio todo de amor”.  Después de esto ha desaparecido, y yo comprendía también que es verdad que Jesús ama la cruz, pero muchas veces el hombre mismo incita, provoca a Jesús a darle la cruz, porque si estuviese ordenado en orden a Dios, a sí mismo y a las criaturas, no viendo en él ningún desorden, el Señor se las quedaría y daría la paz.

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Vol. 3-17 (9-10.13)  Diciembre 2, 1899

Elocuente elogio de la cruz


(9) Y Jesús:  “Hazme oír tu voz que recrea mi oído, conversemos un poco juntos, Yo te he hablado tantas veces de la cruz, hoy déjame oírte hablar a ti de la cruz”.

(10) Yo me sentía toda confundida, no sabía que decir, pero Él me ha mandado un rayo de luz intelectual, y para contentarlo he comenzado a decir: “Amado mío, ¿quién te puede decir qué cosa es la cruz?, sólo tu boca puede hablar dignamente de la sublimidad de la cruz, pero ya que quieres que hable yo, está bien, lo hago: 

La cruz sufrida por Ti me liberó de la esclavitud del demonio y me desposó con la Divinidad con nudo indisoluble; 

la cruz es fecunda y me pare la gracia; 

la cruz es luz y me desengaña de lo temporal, y me descubre lo eterno; 

la cruz es fuego, y todo lo que no es de Dios lo vuelve cenizas, hasta vaciarme el corazón del más mínimo hilo de hierba que pueda estar en él; 

la cruz es moneda de inestimable precio, y si yo tengo, Esposo Santo, la fortuna de poseerla, me enriqueceré de monedas eternas, hasta volverme la más rica del paraíso, porque la moneda que corre en el Cielo es la cruz sufrida en la tierra; 

la cruz me hace conocerme más a mí misma, y no sólo eso, sino me da el conocimiento de Dios; 

la cruz me injerta todas las virtudes; 

la cruz es la noble cátedra de la Sabiduría increada, que me enseña las doctrinas más altas, sutiles y sublimes; así que sólo la cruz me develará los misterios más escondidos, las cosas más recónditas, la perfección más perfecta escondida a los más doctos y sabios del mundo. 

La cruz es como agua benéfica que me purifica, no sólo eso, sino que me suministra el nutrimento a las virtudes, me las hace crecer y sólo me deja cuando me conduce a la vida eterna. 

La cruz es como rocío celeste que me conserva y me embellece el bello lirio de la pureza; 

la cruz es el alimento de la esperanza; 

la cruz es la antorcha de la fe obrante; 

la cruz es aquel leño sólido que conserva y mantiene siempre encendido el fuego de la caridad; 

la cruz es aquel leño seco que hace desvanecer y poner en fuga todos los humos de soberbia y de vanagloria, y produce en el alma la humilde violeta de la humildad; 

la cruz es el arma más potente que hiere a los demonios y me defiende de sus garras.

Así que el alma que posee la cruz, es de envidia y admiración a los mismos ángeles y santos; de rabia y desdén a los demonios. 

La cruz es mi paraíso en la tierra, de modo que si el paraíso de allá, de los bienaventurados, son los gozos; el paraíso de acá son los sufrimientos. 

La cruz es la cadena de oro purísimo que me une Contigo, mi sumo Bien, y forma la unión más íntima que se pueda dar, hasta hacer desaparecer mi ser y me transforma en Ti, mi objeto amado, tanto de sentirme perdida en Ti y vivo de tu misma vida”.

(11) Después que dije esto, (no sé si son desatinos) mi amable Jesús al oírme, todo se complacía y llevado por un entusiasmo de amor, toda me besaba y me ha dicho:

(13) ...La cruz es tan potente y le he comunicado tanta gracia, que la volví más eficaz que los mismos sacramentos, y esto porque al recibir el sacramento de mi cuerpo, se necesitan las disposiciones y el libre concurso del alma para recibir mis gracias, que muchas veces pueden faltar, pero la cruz tiene virtud de disponer al alma a la gracia”

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⚜️ Cita completa



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Párrafo 4


Juan 3, 13-17"El Hijo del hombre tiene que ser levantado"
Vol. 15-7 (4)   Febrero 16, 1923

La Cruz que dio la Divina Voluntad a Nuestro Señor...




"Hija mía, cuántas cosas hará conocer mi Voluntad de lo que obró mi Humanidad en esta Voluntad Divina; mi Humanidad para obrar la Redención completa y perfecta debía hacerla en el ámbito de la eternidad, he aquí la necesidad de una Voluntad Eterna.  


Si mi voluntad humana no hubiera tenido consigo una Voluntad eterna, todos mis actos habrían sido actos limitados y finitos; en cambio con Ella eran interminables e infinitos, por esto mis penas, mi cruz, debían ser interminables e infinitas, y la Voluntad Divina hacía encontrar a mi Humanidad todas esas penas y cruces, tanto, que Ella me extendía sobre toda la familia humana, desde el primero hasta el último hombre, y Yo absorbía todas las especies de penas en Mí, y cada criatura formaba mi cruz, así que mi cruz fue tan larga por cuanta es y será la largura de todos los siglos, y tan ancha por cuanto son las humanas generaciones.  


No fue sólo la pequeña cruz del Calvario donde me crucificaron los hebreos, ésta no era otra cosa que una similitud de la gran cruz en la cual me tenía crucificado la Suprema Voluntad, así que cada criatura forma el largo y el ancho de la cruz, y conforme la formaban quedaban injertadas en la misma cruz, y el Querer Divino extendiéndome sobre de ella y crucificándome, no sólo formaba mi cruz, sino la de todos aquellos que formaban dicha cruz.  


He aquí por qué tenía necesidad del ámbito de la eternidad, donde debía tener esta cruz, el espacio terrestre no habría bastado para contenerla.  ¡Oh, cuánto me amarán cuando conozcan lo que hizo mi Humanidad en la Divina Voluntad, lo que me hizo sufrir por su amor.  Mi cruz no fue de madera, no, fueron las almas, eran ellas que me las sentía palpitantes en la cruz en la que me extendía la Divina Voluntad, y ninguna se me escapaba, a todas daba su lugar, y para dar lugar a todas me distendía en modo tan desgarrador y con penas tan atroces, que las penas de la Pasión podría llamarlas pequeñas y alivios.  


Por eso date prisa, a fin de que mi Querer haga conocer todo lo que el Querer Eterno obró en mi Humanidad, este conocimiento rescatará tanto amor, que las criaturas se rendirán y lo harán reinar en medio de ellas". 

Fiat Divina Voluntad

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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 17-50  Junio 25, 1925

Las cruces abren las puertas a nuevas

manifestaciones, a lecciones más secretas, a los dones más grandes.  Para vivir en la Divina Voluntad, el alma debe hacer el sacrificio total de todo, pero todo estará en comprenderla, conocerla y amarla


 

(1) Encontrándome en mi habitual estado, mi adorable Jesús, todo amor y ternura ha venido a mi pobre alma.  Primero se puso junto a mí y me miraba fijamente, como si me quisiera decir muchas cosas, pero quería ensanchar mi inteligencia porque era incapaz de poder recibir y comprender lo que Él quería decirme; después se ha extendido sobre toda mi persona y me ocultaba dentro de Él, cubría mi cara con la suya, mis manos, mis pies con los suyos; me parecía que estaba todo atento a cubrirme y a esconderme toda en Él, a fin de que nada más apareciera de mí.  ¡Oh, cómo me sentía feliz escondida y cubierta toda por Jesús!  Y yo no veía más que otro Jesús, todo lo demás me había desaparecido.  Las alegrías, la felicidad de su amable presencia, como por encanto habían todas vuelto a revivir en mi pobre corazón; el dolor había desaparecido de mí, no recordaba más su privación que me había costado penas mortales.  ¡Oh, cómo es fácil olvidar todo estando con Jesús!  Ahora, después de que me ha tenido por algún tiempo toda cubierta y escondida en Él, tanto que yo creía que no me dejaría más, lo oía que llamaba a los ángeles, a los santos, para que vinieran a ver lo que hacía conmigo y el modo como me tenía cubierta bajo su adorable persona.  Luego me ha participado sus penas y yo todo se lo dejaba hacer, y si bien me sentía triturada por esas penas, me sentía feliz y sentía los gozos que contiene el Querer Divino cuando el alma se abandona en Él, aun sufriendo.  Entonces, después que me ha hecho sufrir me ha dicho:

(2) “Hija mía, mi Voluntad quiere siempre más darse a ti, y para darse más, quiere hacerse comprender más, y para hacer más estable, más seguro y más apreciable lo que te manifiesta, te da nuevas penas para disponerte mayormente y preparar en ti el vacío donde depositar sus verdades; quiere el noble cortejo del dolor para estar segura del alma y poderse fiar de ella; es siempre el dolor, las cruces, las que abren las puertas a nuevas manifestaciones, a lecciones más secretas, a los dones más grandes que quiero deponer en ti, porque si el alma resiste mi Voluntad penante, doliente, se hará capaz de recibir mi Voluntad felicitante, y adquirirá el oído para entender las nuevas lecciones de mi Voluntad; el dolor le hará adquirir el lenguaje celestial, de manera que sabrá repetir las nuevas lecciones aprendidas”.

(3) Yo al oír esto le he dicho:  “Mi Jesús y mi vida, me parece que se necesita completo sacrificio para hacer tu Voluntad y vivir en Ella, a primera vista parece nada, pero después, en la práctica parece difícil, ese no tener ni siquiera en las cosas santas, en el mismo bien, ni siquiera un respiro de voluntad propia, a la naturaleza humana le parece demasiado doloroso, por eso, ¿jamás podrán las almas llegar a vivir en tu Querer con el total sacrificio de todo?”

(4) Y Jesús ha agregado:  “Hija mía, todo está en comprender el gran bien que les viene con hacer mi Voluntad, comprender quién es esta Voluntad que quiere este sacrificio, y cómo esta Voluntad Suprema no se adapta a ser entremezclada y a convivir con una voluntad baja, pequeña y finita; Ella quiere volver eternos, infinitos y divinos los actos del alma que quiere vivir en mi Voluntad, y ¿cómo puede hacer esto si ella quiere poner el aliento de la voluntad humana, aunque fuese en cosas santas como tú dices?  Pero es siempre una voluntad finita, y entonces no sería más una realidad el vivir en mi Voluntad, sino un modo de decir.  En cambio, el oficio de mi Voluntad es dominio total, y es justo que el pequeño átomo de la voluntad humana quede conquistado y pierda su campo de acción en mi Voluntad.  ¿Qué dirías si una pequeña lamparilla, un fósforo, una chispa de fuego quisiera ponerse en el sol para hacer su camino y formar en él su campo de luz, de acción en el centro del sol?  Si el sol tuviera razón se indignaría, y su luz y su calor aniquilarían la pequeña lamparilla, aquel fósforo, aquella chispa; y tú, la primera, te burlarías de ellos, condenando su temeridad de querer hacer su campo de acción en la luz del sol.  Tal es el aliento de la voluntad humana, aun en el bien, en la mía, por eso está atenta a que en nada la tuya tenga vida, y toda te he cubierto y escondido en Mí, a fin de que no tengas más ojos que para mirar sólo mi Voluntad, para darle libre campo de acción en tu alma.  Más bien lo difícil estará en comprender el vivir en mi Querer, no en el sacrificarse, porque cuando hayan entendido el gran bien que les viene, que de pobres serán ricos, de esclavos de viles pasiones serán libres y dominantes, de siervos amos, de infelices felices y aun en las penas de esta pobre vida, y que conozcan todos los bienes que hay en mi Querer, el sacrificio total de todo para ellos será un honor, será deseado, querido y suspirado.  He aquí por qué te incito tanto a manifestar lo que te digo referente a mi Voluntad, porque todo estará en conocerla, comprenderla y amarla”.

(5) Y yo:  “Jesús mío, si tanto amas y quieres que esta Voluntad tuya sea conocida, a fin de que tenga su campo de acción divino en las almas, ah, manifiesta Tú mismo a las almas sus verdades y el gran bien que contiene tu Voluntad y el gran bien que ellas recibirán.  Tu palabra directa contiene una fuerza mágica, un imán potente, la virtud de la potencia creadora, ¡oh! cómo es difícil no rendirse al dulce encanto de tu palabra divina, por eso, dicho directamente por Ti, todos se rendirán”.

(6) Y Jesús:  “Hija mía, es mi costumbre, el orden de mi eterna sabiduría, manifestar mis obras más grandes primero a una sola alma, concentrar en ella todo el bien que mi obra contiene, vérmelas con ella de tú a tú como si ninguna otra existiera; cuando lo he hecho todo, de modo que puedo decir que mi obra la he completado del todo en ella, tanto que nada debe faltarle, entonces la hago correr como en un vasto mar en favor de las demás criaturas.  Esto lo hice con mi Celestial Mamá, primero traté con Ella al tú por tú la obra de la Redención, ninguna de las demás criaturas sabía nada; Ella se dispuso a todos los sacrificios, a todos los preparativos necesarios para hacerme descender del Cielo a la tierra; hice todo como si Ella fuera la única redimida, pero después que me hizo salir a la luz, de manera que todos podían verme y tomar los bienes de la Redención, me di a todos, con tal que me quisieran recibir.  Así será de mi Voluntad, cuando todo lo haya completado en ti, de modo que mi Voluntad triunfará sobre ti y tú sobre Ella, entonces como agua correrá a bien de todos, pero es necesario formar la primera alma para tener las segundas”.

Fiat Divina Voluntad



Vol. 6-91  Enero 28, 1905

La cruz es semilla de virtudes

 

Estando sufriendo más de lo acostumbrado, en cuanto ha venido mi adorable Jesús me ha dicho:

“Hija mía, la cruz es semilla de virtud, y así como quien siembra cosecha por diez, veinte, treinta, e incluso por cien, así la cruz, siendo semilla multiplica las virtudes, las perfecciona, las embellece de maravilla; así que cuantas más cruces se acumulan en torno a ti, tantas semillas de virtudes se arrojan en tu alma.  Por eso en vez de afligirte cuando te llegue una nueva cruz, deberías alegrarte pensando en hacer adquisición de otra semilla para poderte enriquecer y también completar tu corona”.

Jn 3, 14

“Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre

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⚜️Reparemos en María a Jesús,

Por los actos en que ponemos a Jesús “cargado de todos los pecados del mundo; no hay culpa que no recaiga sobre mí”, dice Jesús
Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Hora 19Junto a Jesús oremos para desarmar a la Divina Justicia

“Jesús mío, veo que tus enemigos levantan el pesado leño de la cruz y lo dejan caer en el hoyo que han hecho; y tú, dulce Amor mío, quedas suspendido entre el cielo y la tierra. Y, ¡oh!, en este solemne momento te diriges al Padre y con voz débil y apagada le dices: 

« Padre Santo, aquí estoy, cargado de todos los pecados del mundo; no hay culpa que no recaiga sobre mí. Por eso, ya no descargues sobre los hombres los flagelos de tu divina justicia, sino sobre mí, tu Hijo. ¡Oh Padre!, permíteme vincular a esta cruz a todas las almas y que implore perdón para todas ellas con las voces de mi sangre y de mis llagas. ¡Oh Padre!, ¿no ves a qué estado me he reducido? Por esta cruz y en virtud de estos dolores, concédeles a todos verdadera conversión, paz, perdón y santidad ».”