“Mi amado Jesús tuvo con certeza el reino de su Voluntad en su Vida escondida, porque la Soberana Señora poseía su Fiat, Él era la misma Voluntad Divina, San José en medio de estos mares de luz interminable, ¿cómo no podía hacerse dominar por esta Santísima Voluntad?”

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 24, cap. 26  julio 7, 1928

  Cómo en la casa de Nazaret reinaba la Divina Voluntad

Después pensaba entre mí mientras estaba acompañando a mi dulce Jesús en la casita de Nazaret para seguir sus actos:  “Mi amado Jesús tuvo con certeza el reino de su Voluntad en su Vida escondida, porque la Soberana Señora poseía su Fiat, Él era la misma Voluntad Divina, San José en medio de estos mares de luz interminable, ¿cómo no podía hacerse dominar por esta Santísima Voluntad?”  Mientras esto pensaba, mi sumo bien Jesús suspirando de dolor en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, cierto que en esta casa de Nazaret reinaba mi Voluntad Divina como en el Cielo así en la tierra, Yo y mi Mamá Celestial no conocíamos otra Voluntad, San José vivía a los reflejos de la nuestra, pero Yo era como un rey sin pueblo, aislado, sin séquito, sin ejército, y mi Mamá como reina sin prole, porque no estaba rodeada por otros hijos dignos de Ella, a los cuales podría confiar su corona de reina para tener su estirpe de sus nobles hijos todos reyes y reinas, y Yo tenía el dolor de ser rey sin pueblo, y si pueblo se puede llamar a aquellos que me circundaban, era un pueblo enfermo, quién ciego, quién mudo, quién sordo, quién cojo, quién cubierto de llagas, era un pueblo que me hacía deshonor, no honor, 

más bien ni siquiera me conocía, ni quería conocerme, 

así que era rey para Mí solo, y mi Mamá era reina sin la gran generación de su estirpe de sus hijos reales.  En cambio, para poder decir que tuviese mi reino y gobernar, debía tener los ministros, y si bien tuve a San José como primer ministro, un solo ministro no constituye ministerio, debía tener un gran ejército, todo atento a combatir para defender los derechos del reino de mi Voluntad Divina y un pueblo fiel que tuviese sólo por ley, la ley de mi Voluntad; esto no estaba hija mía, por eso no puedo decir que cuando vine sobre la tierra tuve el reino de mi Fiat, nuestro reino fue para Nosotros solos, porque no fue restablecido el orden de la Creación, la realeza del hombre, pero con el vivir Yo y la Madre Celestial todo de Voluntad de Dios, fue arrojado el germen, formada la levadura para hacer despuntar y crecer nuestro reino sobre la tierra; así que fueron hechos todos los preparativos, conseguidas todas las gracias, sufridas todas las penas, para que el reino de mi Querer viniese a reinar sobre la tierra, entonces Nazaret se puede llamar el punto de llamada del reino de nuestra Voluntad”.

Conozcamos otras enseñanzas sobre:

 La Sagrada Familia