El Santo Nombre

de Jesús

Enero 3
Visita de la Reina del CieloDìa 21

“…le pusimos el nombre santísimo de Jesús, querido por el ángel. Al pronunciar este nombre santísimo, fue tal la alegría, el contento, que endulzó nuestro dolor, mucho más que en este nombre, quien lo quisiera habría encontrado el bálsamo a sus dolores, la defensa en los peligros, la victoria en las tentaciones, la mano para no caer en pecado, la medicina a todos sus males. Este nombre santísimo de Jesús hace temblar al infierno, lo reverencian los ángeles, suena dulce al oído del Padre celestial. Ante este nombre todos se inclinan y adoran; nombre poderoso, nombre santo, nombre grande, y quien lo invoca con fe sentirá las maravillas, el secreto milagroso de la virtud de este nombre santísimo.”

"El nombre de Jesús te la hará resurgir en el Fiat Divino"


La Reina del cielo en El Reino de la Divina VoluntadVisita del Día 21

"... Ahora hija queridísima, en tanto dolor surge la más bella alegría, tanto, de detener nuestras lágrimas; cuando fue circuncidado le pusimos el nombre santísimo de Jesús, querido por el ángel. Al pronunciar este nombre santísimo, fue tal la alegría, el contento, que endulzó nuestro dolor, 

mucho más que en este nombre, 

quien lo quisiera habría encontrado el bálsamo a sus dolores, 

la defensa en los peligros, 

la victoria en las tentaciones, 

la mano para no caer en pecado, 

la medicina a todos sus males. 

Este nombre santísimo de Jesús hace temblar al infierno, lo reverencian los ángeles, suena dulce al oído del Padre celestial. 

Ante este nombre todos se inclinan y adoran; 

nombre poderoso, nombre santo, nombre grande, y quien lo invoca con fe sentirá las maravillas, el secreto milagroso de la virtud de este nombre santísimo. 

Ahora hija mía, te recomiendo: 

Pronuncia siempre este nombre de Jesús. 

Cuando veas que tu voluntad humana débil, vacilante, se tambalea en hacer la Divina, el nombre de Jesús te la hará resurgir en el Fiat Divino, 

si estás oprimida llama a Jesús, 

si trabajas llama a Jesús, 

si duermes llama a Jesús, 

y si te despiertas, la primera palabra sea Jesús, 

llámalo siempre, es un nombre que contiene mares de gracia, 

y que da a quien lo llama y ama. 


El alma a su Reina 

Mamá celestial, cuánto debo agradecerte por las tantas bellas lecciones que me has dado. ¡Ah! te ruego, escríbelas en mi corazón para que jamás las olvide, y te ruego dar el baño de sangre del celestial niño a mi alma, a fin de que me sanes las heridas de mi voluntad humana, para encerrar la Divina, y como centinela me escribas sobre cada herida el nombre santísimo de Jesús. 

Florecita

Hoy para honrarme harás cinco actos de amor al nombre santísimo de Jesús, y me compadecerás en el dolor que sufrí en la circuncisión de mi Hijo Jesús. 

Jaculatoria

Mamá mía, escribe en mi corazón: “Jesús”, a fin de que me dé la gracia de vivir de Voluntad Divina. 

Fiat Divina Voluntad

"Cada vez que la criatura recita el Padre Nuestro"



Lucas 11, 2:  Cuando oren, digan: 

"Padre, Santificado Sea tu Nombre, que venga tu Reino"


AUDIO

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 29-24 Junio 30, 1931 

La gracia más grande que Dios hizo al hombre en la Creación, fue el poder hacer sus actos en la Divina Voluntad. Cómo este reino existe, y hay Humanidades que han vivido y lo han poseído. 


(1) Estaba pensando en el Santo Querer Divino: “¿Cómo podrá venir su reino sobre la tierra, dados los tiempos tempestuosos que amenazan tempestades, y las tristes condiciones de las generaciones humanas? Es imposible. Y me parece que aumenta la imposibilidad la indiferencia e indisposición de aquellos que al menos se dicen buenos, porque no tienen ningún interés de hacer conocer un Querer tan santo, y su Voluntad que quiere dar la gran gracia de querer reinar en medio de las criaturas, entonces, ¿cómo podrá tener vida un bien que no se conoce?” Pero mientras esto pensaba, mi amable Jesús sorprendiéndome me ha dicho:

(2) “Hija mía, lo que es imposible a la vista humana, para Dios todo es posible. Tú debes saber que la gracia más grande que hicimos al hombre en su creación, fue que podía entrar en nuestra Voluntad Divina para poder hacer sus actos humanos, y como el querer humano era pequeño y el Divino grande, por eso tenía virtud de absorber el pequeño en el grande, y de cambiar el humano en el Divino Querer. Por eso Adán, en el principio de su creación entró en el orden de nuestra Voluntad Divina, y en Ella hizo muchos de sus actos, y mientas con sustraerse de nuestro Querer él salió de dentro de Él, pero sus actos humanos hechos en nuestro Querer quedaron como prenda y derecho del hombre, y como principio y fundamento de un reino divino que él adquiría; en la Divina Voluntad, lo que se hace en Ella es imborrable, Dios mismo no puede cancelar un solo acto de la criatura hecho en el Fiat Supremo. Ahora, siendo Adán el primer hombre creado, era como consecuencia, siendo él como la raíz, el tronco de todas las generaciones humanas, que ellas heredaran, casi como ramas, lo que poseyera la raíz y el tronco del árbol del hombre; y así como todas las criaturas, como por naturaleza heredaron el germen del pecado original, así heredaron los primeros actos suyos hechos en nuestro Querer, que constituyen el principio y el derecho del reino de nuestro Querer Divino para las criaturas. Para confirmar esto vino la humanidad de la Virgen Inmaculada a obrar y a seguir los actos de Adán, para cumplir por completo el reino de la Divina Voluntad, para ser la primera heredera de un reino tan santo y para dar los derechos a sus queridos hijos de poseerlo; y para completar todo esto vino mi Humanidad que poseía en naturaleza mi Divina Voluntad, lo que Adán y la Soberana Reina poseían por gracia, para confirmar con el sello de sus actos este reino de la Divina Voluntad. Así que este reino existe en realidad, porque humanidades vivientes han formado sus actos en Ella, como materiales necesarios para formar este reino, para dar el derecho a las otras humanidades de poseerlo. 

Y para confirmarlo mayormente enseñé el Padre Nuestro, a fin de que con la plegaria se dispusieran y adquirieran los derechos para recibirlo, y Dios se sintiera como con el deber de darlo. Con enseñar el Padre Nuestro, Yo mismo ponía en sus manos el derecho de recibirlo, y me empeñaba en dar un reino tan santo, y cada vez que la criatura recita el Padre Nuestro adquiere una especie de derecho de entrar en este reino, primero porque es oración enseñada por Mí, que contiene el valor de mi oración; segundo, porque es tanto el amor de nuestra Divinidad hacia las criaturas, que ponemos atención en todo, registramos todo, incluso los más pequeños actos, los santos deseos, las pequeñas oraciones, para corresponderlos con grandes gracias; podemos decir que son pretextos, ocasiones que vamos buscando para decirle: ‘Tú has hecho esto, y Nosotros te damos esto, tú has hecho lo pequeño, y Nosotros te damos lo grande.’ Por eso el reino existe, y si tanto te he hablado de mi Divina Voluntad, no ha sido otra cosa que los preparativos de tantos siglos de mi Iglesia, las oraciones, los sacrificios y el continuo recitar el Padre Nuestro lo que ha inclinado a nuestra bondad a escoger una criatura para manifestarle los tantos conocimientos sobre nuestra Voluntad, sus grandes prodigios, así vinculaba mi Voluntad a las criaturas dándoles nuevas prendas de su reino. Y conforme tú escuchabas y tratabas de modelarte a mis enseñanzas que te daba, así formabas nuevos vínculos para vincular a las criaturas en mi Voluntad. 

(3) Tú debes saber que Yo soy el Dios de todos, y cuando hago un bien no lo hago jamás aislado, lo hago a todos, a menos que, quien no quiere tomar, no toma, y cuando una criatura me corresponde Yo la veo no como una sola, sino perteneciente a toda la familia humana, y por eso el bien de una viene comunicado a las otras. Ahora, sí existe el reino, humanidades que han vivido lo han poseído y han hecho vida en él, y ahora mi Voluntad quiere reinar en medio de las criaturas, mis mismos conocimientos lo dicen claramente, ¿cómo entonces tú piensas que es imposible que venga este reino? Para Mí todo es posible, me serviré de las mismas tempestades y de nuevos sucesos para preparar a aquellos que deben ocuparse en hacer conocer mi Voluntad. Las tempestades sirven para purificar el aire malo, y también para quitar cosas nocivas; por eso Yo dispondré el todo, sé hacer todo, tengo los tiempos a mi disposición. Por eso deja hacer a tu Jesús, y verás cómo mi Voluntad será conocida y cumplida”. 

Fiat Divina Voluntad

Luisa escribe también en obediencia a su confesor, el Apéndice Segundo donde nos lleva a girar de nuevo en la tierna Humanidad de Jesús y nos habla de la Circuncisión y del Santo Nombre de Jesús:


El Nombre Santísimo de Jesús